[ESTA HISTORIA ES UN BORRADOR]
Trabajar en una morgue nunca fue algo tan terrorífico como lo que Emily está a punto de vivir.
¿Estás lista para entrar a un mundo lleno de tentaciones?
¿Crees que conoces a la gente que te rodea?
¿Crees que te conoces...
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Un zumbido atraviesa mis tímpanos, abro los ojos cegandome por la luz, el calor sofocante me quema los pulmones con cada bocanada de aire, toso tratando de respirar de nuevo y observo la herida de mi abdomen que se encuentra curada con una mezcla rara, lo toco, sintiendo la viscosidad de ésta, como si fuese una mezcla de plantas trituradas.
Me levanto apoyando mis manos en la piedra del suelo, los ojos están cerrando de nuevo la sala, salgo de ella, viendo como la estancia está completamente destruida.
A lo lejos veo a un elfo corriendo, cargando un arco en su mano, se gira por unos segundos cruzando nuestras miradas y me sonríe, es Syvad, lo observo mientras desaparece entre la gente. Vuelvo a bajar la mirada tocando la mezcla de mi abdomen que ha conseguido que no sienta ningún dolor.
Ha sido el.
Una tos que procede de uno de los laterales hace que me mueva rápido entre los escombros, Vronuss se encuentra en el suelo, completamente frío, siento como algo dentro de mí se rompe.
— Vronuss — musito tirándome en el suelo y sujetando su mano, observo su herida que está curada con la misma mezcla, no puedo evitar sonreír.
Aprieta mi mano con muy pocas fuerzas, pero tiene una herida enorme en la cabeza, acaricio su sien, sus ojos me miran, de una forma vacía, y no tarda en quedarse completamente dormido.
Vuelvo a levantarme, observando la guerra que está moviendo la balanza en nuestra contra, son muchos, es imposible que ganemos.
Rob sigue luchando, completamente agotado, su pecho sube y baja con brusquedad, le falta el aire, a lo lejos observo a Mad y Patrick escondidos, corro hacia ellos esquivando varios ataques, no tengo suficientes fuerzas para otro combate.
— Emm — Mad tiene los ojos vidriosos.
— Chicos, necesito que lleguéis a la sala del trono — acaricio el brazo de Mad — el rey está herido, necesito tiempo y que alguien se quede con él por si despierta.
Ambos se miran y asienten sin articular ni una sola palabra, estiro mi mano, y los llevo a la zona donde el rey se encuentra, que, por suerte, está lo suficientemente resguardada por los escombros.
— ¿Vamos a morir? — la cara de Mad está completamente inundada por lágrimas.
— Espero que no — beso su frente y me dirijo a la sala de los portales.
Solo tengo una opción, si muero, que al menos haya sido intentando lo imposible.
Abro la puerta de la sala de los portales, la cual, los ojos, han arreglado bastante rápido, o quizá sea un espejismo.
— Necesito ir a Tormentum — digo lo más convincente que puedo.
— Batalla en tu mundo — uno de los ojos aparece frente a mi.
