17. Uno de los dos

865 120 116
                                    

—Espera…—Con toda la fuerza que tenía, Takemichi cubrió su cabeza en un intento por oponer resistencia—. Vas a arruinar mi cabello.

La risa socarrona de su acompañante taladró los tímpanos del teñido. Parecía divertirse al molestarlo.

—Takemicchi luce más lindo sin ese peinado ridículo.

El ojiazul alzó la mirada, entre curioso y ofendido, pues aunque no quisiera admitirlo, la confesión —aunque burlona— provocó una sensación revoloteante en su pecho.

Sin embargo, la visión de Takemichi se volvió borrosa, por lo que no pudo distinguir el rostro del chico que lo acompañaba. Y como si de una pesadilla se tratara, por más que frotó sus ojos o forzó su vista, no hubo resultado, sólo una creciente sensación de angustia que lo sofocaba y empañaba sus ojos.

Era como sí…

—¡Takemichi! —La voz firme de una mujer lo hizo sobresaltar y abrir los ojos de golpe. No tardó mucho en reconocer que esa voz era la de su madre.

—¿Hmmm? —Se limitó a responder, intentando normalizar su respiración y limpiando el rastro de llanto que escapaba por el rabillo de sus ojos. ¿Qué clase de sueño había sido aquel?

—Takemichi, ya levántate que se hace tarde.

Con pesar, el teñido se levantó de la cama, dispuesto a arreglarse para ir a la escuela —aunque fuera en contra de su voluntad—.

Se sentía aturdido y confundido por culpa de su extraño sueño, y si bien, no era un secreto que era un llorón sin remedio, tampoco encontraba el sentido en llorar sólo por eso.

Takemichi dió un suspiro largo y pesado, no queriendo pensar más en eso. Rebuscó su uniforme entre las cosas de su —no tan ordenada habitación—, dispuesto a comenzar un nuevo día.

No podía ser tan malo, después de todo, siempre podía contar con la compañía de un rubio que le alegraba el día; Mamoru Satō, quien, de alguna forma, le hacía olvidar cualquier preocupación de su mente.

Tras un par de minutos de indecisión de sí realmente valía la pena ir a clases o si podía darse el lujo de ser feliz por un día, además de un par de —nada— sutiles amenazas de su madre, Takemichi terminó de vestirse con su típico uniforme oscuro y...

ओह! यह छवि हमारे सामग्री दिशानिर्देशों का पालन नहीं करती है। प्रकाशन जारी रखने के लिए, कृपया इसे हटा दें या कोई भिन्न छवि अपलोड करें।

Tras un par de minutos de indecisión de sí realmente valía la pena ir a clases o si podía darse el lujo de ser feliz por un día, además de un par de —nada— sutiles amenazas de su madre, Takemichi terminó de vestirse con su típico uniforme oscuro y su característico peinado. Al fin estaba listo.

«—Takemicchi luce más lindo sin ese peinado ridículo».

Como si se tratara de una melodía, las palabras de su sueño se repitieron una y otra vez mientras vislumbraba su reflejo en el espejo.

—Pero si me veo bien así —se quejó indignado.

Inconscientemente, Takemichi deshizo su peinado y quitó poco a poco todo el gel de su cabello.

Cuando terminó, sonrió complacido. Debía admitirlo, llevar el cabello alborotado le daba un aspecto más joven, enmarcaba su rostro y resaltaba sus ojos.

Si no me recuerdas te muerdo ~Maitake♡~जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें