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Lennox.


Salgo de la camioneta y me encuentro con mi edificio, es elegante y sofisticado.

Sigo caminando dejando que mis emociones me controlen, entro por las gigantescas puertas de vidrio polarizadas, y me dirijo al elevador, llego y las puertas de este ya están abiertas, entro y me acomodo el traje intentando contener mis impulsos.

El elevador llega al piso 65 y sus puertas negras se abren, salgo de él y sigo caminando adentrándome en uno de los pasillos, este me lleva a la puerta de mi secretaria.

Tomo un largo respiro intentando calmarme, abro la puerta y la encuentro a ella mirando su portátil con mucha atención. Hago un ruido desde mi garganta y la mujer pone su atención en mí, como debía ser desde que llegue, esta abre sus ojos pasmada por mi presencia y se para de su asiento. Se acomoda el bléiser y me mira mostrándome una sonrisa de aparente amabilidad.

Asco.

—¿Podría decirme que ha sucedido con mi club? —interrogo acercándome a ella con pasos lentos.

—¿Co-cómo? —pregunta desconcertada.

Claro que lo está.

—Uno de mis bares en Genoa fue... ¿Saqueado? —informo divertido por la mujer que da pasos hacia atrás intentando huir de su destino.

—Pero ¿cómo? —se atreve a preguntar sabiendo la respuesta, eso me hace enfurecer aún más, pese a eso no permito que aquello se muestre.

Cuando su espalda choca contra la pared, pongo mis brazos en la cadera y sonrió mostrando mi burla por su huida fallida, paso al lado de su escritorio y llego a ella que ahora esta arrinconada.

—¿Sabe qué es lo que más odio en este mundo?

No responde así que sigo hablando:

—A los traicioneros, a quienes nunca serán leales a nada ni nadie. Y usted perfectamente es aquello, ¿o no?

—No sé de qué me habla Lennox—replica con descaro.

—No le di permiso de pronunciar mi nombre. —Quito las manos de mi cadera y pongo una en su mentón mientras la otra reposa en su cuello—. Usted me traiciono y le paso información valiosa a los Vipere , pero tranquila ya me encargué de ellos y de mi bar—aclaro—, ahora... solo falta acabar con un cabo suelto y eso es usted, Greta.

—Yo-yo, por favor...

Tiembla ante mi tacto en su piel, le aprieto un poco el mentón callándola cuando empieza a tartamudear.

—¿Quiere piedad?

No dice nada y eso me hace soltar una leve risa, bajo mi mano de su mentón y la pongo también en su cuello.

—No la tendrá—aviso.

Cojo su cuello con fuerza y el rostro de esta se empieza a poner más pálido, los ojos se le abren y sus pequeños brazos golpean los míos, sus labios se abren buscando aire y eso le doy. La tiro al suelo con fuerza y ella sigue en busca de lo que le negué durante unos segundos, vuelvo a mi exsecretaria y aquella me mira con pánico, intenta huir y no lo logra, me agacho y le cojo una pierna arrastrándola de vuelta a mí, patalea, llora, grita, hace todo lo que puede por tener unos momentos más de vida.

Es asquerosamente patética.

Cuando tengo su rostro de nuevo frente a mis ojos, Greta ruega porque frene, y eso no me convence, solo me divierte.

La cojo de la cabeza, y detallo su rostro. Su cabello negro está enredado y desordenado por toda su cara, se lo quito y la veo, tiene un morado en su cara y sus ojos marrones están con pequeños puntos rojos, una parte de su labio está reventado y no puedo dudar que de seguro tiene dientes rotos por el fuerte golpe contra el suelo.

Sonrío y al parecer es un aviso claro de mi sadismo. Alzo su cabeza y en golpes secos empiezo a golpear su cráneo contra el piso sintiendo como se le rompe entre mis manos, la vida de ella desaparece gracias a mí. Cuando ya estoy satisfecho por el dolor que infringí paro y tomo un largo respiro viendo toda la oficina.

Me levanto del suelo y miro a la muerta por ultima vez, sonrío y camino a la puerta. Antes de que yo pueda abrirla, alguien más lo hace por mí desde el otro lado.

—Buenas noches—saluda Emanuele desde el otro lado de la puerta.

—Buenas noches—hago lo mismo mientras camino y paso por su lado.

—¿Ya te encargaste de la secretaria? —inquiere caminando detrás de mí.

Ambos entramos al elevador, oprimo el botón "1" del panel y las puertas se cierran.

Greta le paso información a un grupo de "mafia" que se hacen llamar los Vipere. Ellos fueron por uno de mis bares y tuvieron su victoria temporal gracias a la información que la mujer le paso sobre como es la organización de I miei soldati, donde vendemos la mercancía y dos lugares de donde la ocultamos.

Dos días después mandé a Soldati, Burattini y Assassini. Asesinaron, torturaron y terminaron obteniendo más de lo que yo les había pedido a mis Marionette, rápidamente todo se volvió a organizar en el bar; sin embargo, las calles en estos días han estado en guerra por lo sucedido.

—Lo hice—le informo—. Quiero que le pongas vigilancia a las personas más cercanas a mí. No me volverá a pasar lo mismo.

Esta es la segunda vez que alguien me traiciona.

—Tendré que ponerme vigilancia a mí mismo... Interesante—dice irónico.

—Si desconfías de tu mismo, hazlo. No me interesa tener a un amigo como traidor.

—Bueno...

Lo miro y su rostro muestra bastante...diversión por la situación.

—También quiero que incrementes la seguridad en los bares, las bodegas y mis hoteles—ordeno—, y quiero que aliste mi avión para este fin de semana.

—¿Va a irse?

—A Italia—respondo—. Después de lo que paso con los Vipere necesitaré nuevas alianzas y poner de nuevo orden en las calles.

—Así será—declara.

—Encárgate de lo que te ordene.

El elevador frena y abre sus puertas, salgo y dejo a Emanuele, camino de nuevo saliendo del edificio y llego a la camioneta, abro la puerta antes de qué el chofer lo haga y entro en él.

—¿Adónde?

—La mansión.


NOTA:

HOLAAA.

ACLARACIÓN INNECESARIA:

LIAM NO SERA UN PERSONAJE BUENO. LENNOX ES SADICO COMO ABRAN DE HABERSE DANDO CUENTA EN ESTE Y EL ANTERIOR CAPITULO QUE NARRO LIAM. ÉL SABE APARENTAR SER UN ANGEL, PERO NO LO ES, NO LO FUE Y NO LO SERA.

 FIN DE LA ACLARACION :)

HASTA PRONTO.

¿Y si tú fueras mi muerte? #1Where stories live. Discover now