-T5- Capítulo 102 En realidad, soy su yerno

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🍀Capítulo 102 «En realidad, soy su yerno.»

Mirando fijamente aquella elegante casa, Julio pasó saliva al estar frente a frente a lo que él consideraba, la entrada a su juicio final.

—¿La casa de tus padres era tan grande antes, Hernán?

—No hay que estar nerviosos, saldremos de esta. Como siempre lo hicimos.

Julio solo asintió con mucha determinación. Determinación que se esfumó cuando Hernán tocó el timbre. Y su suegra no tardó en salir a recibirlos con una gran sonrisa.

—Los estábamos esperando: Hijo mío, mi nieta hermosa y mi cuñada, ¿Julia? –Con los brazos abiertos, la sonrisa de Irina se congeló. —Estás algo diferente y tú cabello está... ¿Corto?

Cálmate Julio, cálmate malditasea.

Sin saber cómo reaccionar, Julio la saludó de inmediato.

—Suegra, ¡buenos días!

—Oh, ¿estás mal la garganta? Tu voz está un poco rara.
Espera, tú no...

Julio solo podía sonreír, mientras sudaba frío ante la mirada atenta de su suegra.
Ya que era evidente su cambio de apariencia.

Bloqueando la visión de Irina, Hernán pasó al frente, llevando el pequeño coche dentro de la casa, donde estaba recostada su hija.

—Primero pasemos, madre.

—Claro. Claro que sí, pasen.

Gracias, Hernán. Casi olvido cómo respirar.

Irina de inmediato se acercó al coche de su nieta, cargándola con mucho cuidado.

—Hola mi vida, ¿la nana Zaria te agradó? ¿Jugaste mucho con ella?

—Mi hija se comportó muy bien con Zaria, ella mencionó que está encantada de cuidarla –habló Hernán en un tono orgulloso.

—Mi nieta Ángela definitivamente es un angelito, no le pudieron dar mejor nombre ¿Quién no caería ante tu encanto?

Eso es hija mía, distrae con tu ternura a mi suegra, mientras yo me preparo mentalmente.

Sin previo aviso, la voz de Emilio sonó en un tono alto, mientras se acercaba a la entrada.

—Mamá, ¿ya llegaron, verdad? La comida ya lo apagué...

Cuando Emilio hizo contacto visual con Julio, se sorprendió tanto de ver su verdadero cuerpo en vivo y directo, que no pudo contener su sorpresa.

—¡Cuñad..! –Sin terminar de hablar, se tapó la boca nervioso.

Julio solo podía hacer una especie de telepatía con él en ese momento, mientras a Emilio se le podía notar lo que pensaba en ese instante.

«¡Ese es tu verdadero cuerpo!»

No digas nada por ahora, no estoy preparado aún.

Entendiendo la situación, Emilio asintió de inmediato.

—Hijo, salúdalos primero. Mira que también tu sobrina está emocionada de verte –mencionó Emilia, dándose cuenta del extraño ambiente entre ambos.

—Bienvenidos... –Alzó su mano con una sonrisa nerviosa. —Y hola querida sobrina, estás más grande y gordita.

—¿Verdad, que sí? –expresó Irina emocionada, por tener de nuevo a su nieta en sus brazos.

Ahora soy Juli@  |Finalizado|Where stories live. Discover now