-T3-Capítulo 47 ¡Las pastillas son la clave!

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🍁Capítulo 47 «¡Las pastillas son la clave!»

—Hernán, ¿te pasa algo?

—¿Algo? Estoy bien, sólo creo que tengo un poco de dolor de cabeza.–Al sentir las malas vibras debajo suyo, Hernán cruzó de brazos.—Más importante, parece que alguien ya se enteró de muchas cosas.

Maicol terminó de ponerse las zapatillas ajustando el pasador con fuerza. Se levantó y miró a Hernán desafiándolo.

—¿Sabes quién soy yo?

—Su hermano, ¿no es así?–Señaló a Julia.

—¿Eh? ¿Cómo lo sabes?

Cierto, ¿cómo lo sabe?
...
¡Ah! Es cierto, yo le conté en el acuario. Ni siquiera le importó ese detalle en ese momento...

—Eso no es lo importante, mi hermano...–Maicol miró alrededor suyo.—Es decir, Julia con más razón es importante para mí. Te estaré vigilando, ¡muy de cerca!

—Bueno, por lo menos ya no tendré un rival.–Lo miró despreocupado.

—¡Ahora lo que tienes es un enemigo!

—No te preocupes, no me metería con alguien cercano a Julia.–Hernán sonrió con tranquilidad.

Julia al ver que se acercaba a ella, estiró su brazo al costado suyo.

—Un metro, ¡un metro!

Maicol se puso delante de Julia.

—Tienes un metro de restricción, yo soy el único que puede acercarse a ella ¿Lo entiendes?

Hernán sólo suspiró malhumorado.

¿Tengo dos niños aquí?

—¡Muévanse los dos! La cafetería pronto va llenarse, ¿piensan discutir toda la tarde?

—Ahora voy...–Maicol se apresuró a tomar los pedidos para llevarlos fuera, sin antes voltear hacia Hernán con una mirada de advertencia.

Moviéndose de manera intranquila, Hernán tambaleó un poco recostando su cuerpo al marco de la puerta. Julia al darse cuenta de aquello lo miró preocupada.

—Hernán estás caminando raro. Detente ¡Baja tu cabeza!

Moviendo ligeramente su cuerpo de manera erguida, Hernán volteó con una sonrisa hacia Julia.

—¿No tienes miedo que te ataque? Un metro de restricción...¿ya no es válido?

¡Crees que me dejaré besar por segunda vez!

—Atacar mi trasero, baja tu cabeza ahora mismo. No confundas las cosas ¡No ves que no alcanzo!–Su mano tocó su frente de un palmazo apenas agachó él su cuerpo, quedando Hernán aturdido por el repentino trato.—¡Tienes mucha fiebre! ¿Por qué no nos avisaste?

—Sólo es fiebre, no soy tan débil

—No soy tan débil... ¡Pareces borrego recién nacido! Siéntate y no te muevas.

Como si fueran órdenes, Hernán se sentó de inmediato en una de las sillas de la cocina. Julia sólo buscaba algo útil en el botiquín de emergencia.

—Ayer me excedí en tomar bebidas frías. Mi cuerpo estará bien en unos minutos, preocuparme por esto sería una pérdida de tiempo. Incluso si tuviera una herida grave en mi cuerpo, con resistirlo sería suficiente.

Julia movió ligeramente su rostro sorprendida y volteó de inmediato hacia él.

—No importa que tan resistente seas, no deberías tomar a la ligera tu salud.

Ahora soy Juli@  |Finalizado|Where stories live. Discover now