Capítulo 10 ¡Desde cero!

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🍁 Capítulo 10 «¡Desde cero!»

El estruendo causó sorpresa para todos los clientes que miraban fijamente la escena, tan sólo la mesera quien los mirara de cierta distancia, se acercó cautelosa para preguntar, pero por alguna extraña razón su mano sudaba y su rostro mostraba miedo. La figura de aquel sujeto, reflejaba en los ojos de la joven un total desagrado.

—¿Desea algo señor?

—Siempre vengo aquí, ¿y dices qué deseo? Muñeca, ya deberías saberlo.–Volteó a ver a Julio con una sonrisa lujuriosa.—Por ahora no te molestaré, hoy me distraeré con algo nuevo.

Con aquello le era más claro a Julio, que aquella mesera estaba siendo intimidada por aquel adulto mayor y era ahora ella, su siguiente víctima. No sabía las razones por la cual no se defendía, pero podía intuir que era una forma de que no la votaran de su trabajo, si ocasionaba algún disturbio.

¿Distraerte? Te voy enseñar que es distraerse de verdad.

—¡Oh! ¡Eres tú tío, tiempo de no verte!–Agarró su arrugada mano para agitarlo con fuerza.—Ah, mesera, cóbrate del almuerzo. Tengo que irme con mi tío, mi tía también te espera ¿No es así?

—¿Um?–El hombre mayor no entendió su repentino actuar, pero afirmó encantado a su propuesta.—Claro.

—Si...–La mesera recibió el pago un tanto sorprendida y preocupada por Julio.

Hernán sólo veía aquella escena un poco desconcertado, no tenía idea de que tenía en mente Julio para actuar de manera tan negligente y avezada. «¿Qué está tratando de hacer ese idiota? Es obvio que no es un familiar suyo.»

—Cariño no te distraigas, estábamos en tan buen ambiente.–La joven novia mostró un rostro de tristeza y tocó sus manos con suavidad para llamar su atención.

—Mi dulce Ayla, tenemos mucho tiempo aún. Te prometo que ya no voltearé ¿Seguimos?–Tocó su mentón con suavidad, para continuar comiendo.

En ese momento Julio salió junto al adulto señor. Para la visión de los espectadores, después del breve escándalo, ya no pareciera ser muy extraño aquel dúo, que incluso todos creyeron el cuento de ser familiares.

Los segundos pasaron, y así también los minutos sin un frenesí. En donde la consciencia de Hernán se convertía en un completo lío, puede que no le interesara mucho meterse en la vida de Julio, pero el cargo de consciencia si aquel femenino y pequeño cuerpo le pasara algo, pudo más. Por lo que sus ojos miraban la ventana intranquilos, ignorando la presencia de su novia quien intuía su distracción.

—Cariño, ¿por qué miras tanto la ventana? ¿Pasa algo?

Los ojos sorprendidos de Hernán voltearon hacia Ayla por ser descubierto . Una sonrisa tranquila bordeó sus labios, para calmar el ambiente y dar una escusa un tanto creíble.

—Te tengo una sorpresa Ayla, saldré por un momento ¿Sí?-Le guiñó el ojo con un rostro coqueto, para luego salir apresurado.

Miró todas las esquinas, pero por alguna razón escogió la parte derecha del callejón. A unos cuantos pasos oyó el sonido de un estruendo, pareciera ser el sonido de dos personas en forcejeos. Por lo que corrió lo más rápido que pudo.

Los ojos de Hernán pensaron ver a Julio en una situación bastante complicada y desesperante. Pero su rostro mostró total sorpresa, al ver una escena completamente distinta a lo que pensó.

—¿Ahora si pides auxilio? ¿No muy galante? ¡Viejo pervertido!–Con una sola pierna Julio pateaba el hombre del sujeto, que se encontraba en el suelo totalmente derrotado.—¿Creías por ser baja te aprovecharías de mi? ¡Fui cinta negra en karate!¡Defiéndete ahora!–El pie pequeño de Julio, seguía golpeando el cuerpo de aquel hombre, Hernán nunca pensó que correría tan presuroso sólo para terminar de defender al hombre mayor, al ver a Julio muy enojado sin la intención de parar su forma de castigo. No tuvo opción en sostenerla agarrándola de ambos brazos, para que se calmara.

Ahora soy Juli@  |Finalizado|Where stories live. Discover now