Capítulo 23 Miradas asesinas

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🍁 Capítulo 23 «Miradas asesinas»

Entre pasos apresurados de una huida perfecta, ya alguien se estaba ahogando y teniendo un gran dolor de cuello.

—¡Para, detente!–Julia frenó sus pies.—Ya hemos caminado mucho, ¡ya me puedes soltar!

—Ah, es verdad. Me olvidé que te estaba arrastrando.

—¡Oye!–Julia agarró la casaca y lo tiró fuera de su cabeza. Suspiró por el sofoco y miró de reojo a Hernán, asintiendo habló resignada.—Lo acepto, esta vez sí me salvaste, te debo una...

Con un notable sonrisa, Hernán no tardó en responder:

—Oh. Nada mal, es la primera vez que lo aceptas ¡No olvides tu promesa!

Hernán movió ligeramente su cabeza debajo del cuello de Julia, alzando sus cejas por lo que vió y tosiendo brevemente.

—Está bien que aún sigas siendo un hombre por dentro, pero no sabía que podías exhibirte de esa manera.–Enfatizó.—De hecho, para mi no hay ningún problema, de todos modos no hay mucho que mostrar.

—Oye, ¿de qué hablas?–Su expresión se tornó confusa.

Al bajar su mirada por tales palabras, las orejas de Julia se pusieron rojas, al notar qué era lo que Hernán veía. Ella traía sólo un polo blanco, pero en su apuro, no se había puesto ninguna venda alrededor del pecho para cubrirse, si se llegaba convertir en mujer. Podía verse claramente que no tenía nada detrás de aquel delgado polo. De inmediato Julia se tapó con la casaca con la que fue antes cubierta. Y señaló al atrevido.

—Soy un hombre ¡Pero no mires!
Incluso para mí, es vergonzoso que me mires de esa manera ¡Eso es acoso!

Hernán sólo asintió despreocupado.

—Entonces, ponte mi casaca. Te lo presto.

—Oh, gracias, ya que no hay de otra lo usaré.–Se cubrió todo su pecho de inmediato.

Una pequeña risilla alertó a Julia, por lo que giró incrédula hacia él.

—¿Y ahora qué?

—Así sí parece, que estuvieras usando la casaca de tu pareja.

—¿Eh?–Se miró a si misma y lo señaló.—¡Tú maldito poste de luz! ¿Qué tonterías estás hablando?

—Bueno, viéndote bien, pareciera que fueras desaparecer por lo grande que te queda.

¡Estoy usando la casaca de un gigante, podría cubrir un auto entero!

—¡Tú, no puedes dejar de sacarme de quicio!–Lo volvió a señalar con ahínco.—¿Aunque sea un momento?

—Sólo te estoy siendo sincero a lo que veo ¿Acaso es malo dar opiniones sinceras?–Se mostró pensativo.—Cierto, es por eso que no te agrada tu cuñado.

¿Opiniones sinceras? Si, claro ¡Tú estás molestándome!

Antes que su dedo señalándolo temblara aún más, suspiró con pesadez y bajó su brazo.

Todas las veces en que Julia trataba de calmarse y mantener esa paz interna, era en vano, no podía controlarse debido a las entrometidas palabras de su ahora compañero de trabajo, pero había una cosa que sí era cierta, le debía un favor. Así que debía calmarse, por ahora.

—Olvídalo, mejor me iré a mi departamento, me cambiaré primero. Cuando vaya a la cafetería, te regresaré tu casaca.

—Entiendo, me pasé está vez.–Suspiró viéndola de reojo, Julia también volteó al notar cierto arrepentimiento, hasta que oyó la última frase.—Puedes irte.–Movió sus dedos como símbolo de que se fuera.

Ahora soy Juli@  |Finalizado|Where stories live. Discover now