Ahora soy Juli@ |Finalizado|

-T3- Capítulo 48 Un lazo roto

🍁 Capítulo 48 «Un lazo roto»

Tres días habían pasado, y a Julia sólo le faltaba una semana para dejar de trabajar en la cafetería. Más de tres meses a su servicio, fue gracias a Fátima que como Julia obtuvo un nuevo pero cómodo trabajo a pesar de las circunstancias que se encontraba en ese momento. Ya la dueña estaba buscando nuevos empleados a partir de esa semana, al ya Julia haber presentado formalmente su renuncia, aunque Hernán no lo había hecho aún.

Justo antes de que Julia saliera del trabajo, Sara le suplicó tener un momento a solas para decirle algo importante. Aunque a Julia le angustió esto en un primer momento, accedió sin ningún problema.

Cerca de una pequeña tienda, ambas comían un bocadillo caliente para calmar el hambre y el ambiente.

Sara miraba a las personas pasar y por ratos miraba a Julia de reojo.

Aunque Sara suele ser una chica tímida, ahora mismo me está dando miedo...

—Eh...¡Bueno!–Alzó Julia la voz, por lo que la reacción de Sara fue casi saltar por la impresión.

—Yo... Yo. No sé por dónde comenzar.

—Dime, como mi amiga no hay problema en confiar en mí.–Sonrió.

—Tú, ¿eres la hermana de Maicol?

La sonrisa de Julia se quedó congelada.

—¿Ah?...

¡¿Dónde oyó eso?!
Acaso ella escuchó todo de mí...

—¿Porqué...Lo dices...?

—Yo, necesito tu ayuda.

Creo que esto está tomando otro rumbo.

—¿Ayuda?

—Yo, esa vez...Esa noche.

Noche..., con sólo oír eso creo que acabo de sentir un temor único.

—La noche...–Arrastró las palabras.—Yo...–Los dedos de Sara se entrelazaban por el nerviosismo, hasta que tomó valor.—¡Yo oí que tu eras el hermano de Maicol!

Ah..., se a referido a mi esta vez como hermano y no hermana.
Sí, lo oí muy bien.
¡Ella escuchó todo ese día, esa noche, esa hora y ese minuto!

No puedo mentirle más a Sara, esta vez sí debo confiar en ella.

—Sara, ¿te acuerdas cuando nos oíste a Hernán y a mi ese día en el baño?

—Eh..., ¿esa vez que me explicaste sobre sentirte un chico?

—Sí, la verdad es que en parte te mentí y a la vez no.

—¿Eh?–La miró confundida.

—Pasado mañana será sábado, ¿puedes venir a mi casa en la mañana?, te explicaré todo. Te daré mi dirección por celular.

—¿Tu casa?

—Aunque en realidad es alquilado... Tu querías mi ayuda, así que será mejor aclarar todo mañana.

—Sí, está bien.–Sara asintió con la cabeza de forma obediente.

—Ahora, será mejor que vayas a tu casa. Tus padres se preocuparán por ti, aún eres menor de edad.

—...Sí, tienes razón.

Espera, ir a la casa de hombre, ¿no pensaran que es peligroso también sus padres? Aunque no creo que se refiera a mi como un hombre... Espero que venga sola, después de todo me contó que es hija única.