Capítulo 25 Revelación

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🍁Capítulo 25 «Revelación»

No había algo más tan tortuoso para Julia que aquel dolor abdominal. Pero tener la mirada fija de Hernán, por la curiosidad de lo que tenía decirle, lo era aún más.

Incluso a Sara ya le estaba dando algo de miedo, sus manos sólo se limitaban a lavar los vasos ignorando tal escena. La dueña fue la más interesada por ver tal tensión y sólo atinó a pensar que Hernán estaba más interesado en Julia, sin importarle que había una novia de por medio.

—Sí, estas son las variedades de café frío. Es perfecto para refrescarse.–Julia estaba en su modo trabajo, mostrando una actitud de una empleada muy amable y delicada.

—Entonces me da este.–Señaló la carta.—Gracias señorita.

—Excelente elección, dígame su nombre por favor.

—Es Carlos.

—Muchas gracias por su compra, Carlos. Ya pronto lo llamaran para que recoja su pedido. La atención será inmediata.

—Bien, eso es bueno, estoy algo apurado...–Asintió contento por el rostro "angelical" de Julia.

Cuando Julia se alejaba del campo de visión de los clientes, su expresión se volvía automáticamente tosca.

—Toma, es el pedido de Carlos y este de Stefany.–Entregó los dos pedidos a Hernán, para que lo preparase.

—Que bien te sale fingir una sonrisa después de tantos intentos. Toda una "señorita", buena actuación.–Alzó su pulgar derecho con una sonrisa sarcástica.

—Tú idiota, apúrate que son pedidos caros. Ya pronto cambiaremos de lugar, esta hora ya aparecen más el público femenino.

—Ya voy...–Tomó uno de los vasos y giró hacia Julia viéndola de forma minuciosa.—Insisto a que no te ves bien, pero bueno si dices que estás bien. Entonces estás muy bien.

De forma discreta, Julia se acercó a él para susurrarle.

—Hernán, deja de mirarme tan fijamente, cuando te dije aquello con seriedad, no era para que estuvieras viéndome con un rostro de sospecha toda la tarde.

—Bueno, entonces seguiré con mi labor.–Mostró un rostro de indiferencia hacia ella y una agradable sonrisa a los clientes.

Que rápido te adaptas...

—Disculpa Julia..., ya vino un cliente.–Sara señaló nerviosa a una de las mesas.

—¡Ah!, ya voy Sara.–Julia apuntó la frente y mano de Hernán.—Y tú apúrate.

La tarde pasó muy rápido, pero quien resultó con un gran agotamiento fue Julia. Se dirigió al baño de hombres, pero al ver a Sara cerca, por primera vez fue al de mujeres. Hernán vió aquella escena extraña, ya que ella le repetía que no iría al baño contrario, sin importar qué.

Tengo que cambiarme, técnicamente no estoy haciendo nada malo.

Después de unos minutos, Sara tocó la pequeña puerta del baño en donde se encerró Julia, por ya no salir por mucho tiempo.

—Eh... Julia, ¿te encuentras bien?

—¡Sí!–Habló con una voz de quejido.—No... Bueno, Sara me puedes hacer un gran favor.

—Dime.–Se acercó a la puerta un poco preocupada.

—No tendrás alguna pastilla para el dolor.

—¿Te duele el estómago?

—Sí..., en realidad es más abajo.
Tú sabes. Eso.

—¡Oh!, entiendo. Creo que llevé hoy una pastilla para aquello. Lo tengo en mi bolso, te esperaré en la cocina para que lo tomes. No es bueno aguantarte el dolor.

Ahora soy Juli@  |Finalizado|Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz