4. Equitacion (parte 2)

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Me despierto temprano de nuevo.

Ayer dejé a Milly en su casa, lo bueno es que ahora sé donde vive.

Aun sigue preocupándome que vaya en Uber pero no tuve la suficiente confianza para decirle.

Así que me iré temprano al hipódromo y allí la voy a esperar, para no incomodarla.

Me tomo una taza de café antes de salir, el clima de hoy no podría ser más Londinense. Hay mucho viento y parece querer llover todo el día.

Salgo a la 6:20 am y solo tardo 15 minutos en llegar en mi auto al hipodromo.

Supongo que Milly ya debe estar sentada en el banquillo esperándome.

Me bajo del auto, con todas las intenciones de decirle a Milly que vayamos a desayunar a algún café cercano antes de las clases.

—Milly, temprano otra vez ¿no?—practico que decir.

—No asi no—me aclaro la garganta y empiezo de nuevo—Hola Milly... Hace frío, aun quedan 45 minutos antes de la clase ¿Quieres ir conmigo por un café?.

¿Estaría bien decir eso? Tratare de que no suene forzado.

Igual lo voy a hacer, entro al hipódromo y mis esperanzas caen al suelo al ver el banquillo vacío.

Bueno ya debe estar por llegar, sé que aunque le dije que no llegue tan temprano, igual no va a hacerme caso.

Me siento en el banquillo.

Y miro el cielo nublado, hoy dejé mi libro en casa a propósito para obligarme a hablar con ella.

Espero pacientemente a que llegue.

Juego con mi teléfono, tomo fotos del paisaje tratando de distraerme, pero pasan los minutos y ella no llega.

Mierda.

Ya me preocupaba el hecho de que vaya en taxis o en uber a todos lados.

Tranquilo Matt, ya va a llegar

Veo el auto del incompetente instructor llegar, son las 7:10 y Milly no ha llegado

¿Qué le habrá pasado a esa niña?.

¿Se perdió?

Ayer se fue bastante lastimada cuando cayó del caballo, ¿será que le duele mucho?.

Ni siquiera tengo su número.

No puedo soportarlo más, me voy corriendo al estacionamiento.

Entro al auto y me pongo en marcha hacia su casa.

Manejo lo más rápido que puedo, tardo 20 minutos en llegar a su edificio por culpa del tráfico.

¡Que alivio!

El alma me regresa al cuerpo al verla de pie frente al edificio, con el teléfono en la mano.

Me detengo frente a ella y bajo la ventanilla.

—¡Ahí estas!—Ella me mira como si fuera su salvador, y yo nunca estuve más aliviado de ver  alguien—Sube.

Tenía miedo de que le hubiera pasado algo, verla entera me da una sensación indescriptible de paz.

Viste ropa cómoda aunque poco abrigada para el clima de hoy, y lleva el cabello mojado.

Esta niña va a pescar un resfriado como siga saliendo con el cabello mojado.

Resisto las ganas de regañarla por eso.

Nadie lleva el cabello húmedo en Londres.

—Hola Matt—habla al subirse al auto, parece haberse quitado un peso enorme de sus hombros, suspira y me sonríe—De alguna u otra manera siempre me salvas, no se como agradecerte.

La casa del Dragon (MATT POV)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt