7. El picnic.

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Milly ha cerrado los ojos en medio del beso.

Dejo de besarla y la veo allí con los ojos cerrados esperando por más.

Suelto una risita y ella abre los ojos, enseguida se sonroja antes de comenzar a reírse también.

—Ahora puedes decir que te han dado un beso en París bajo la torre Eiffel—excuso mi comportamiento —Consideralo parte de la experiencia.

Un beso en París es una experiencia grata.

《Y tu que mueres por darle la experiencia completa

Para nada, solo quiero que disfrute de todo lo que hay.

Tus besos, por ejemplo

Es lo que hay.

—Presumiré de esto con mis amigas cuando vuelva a Australia—responde seguido de una risa nerviosa.

El señor se acerca a darme el teléfono y yo le agradezco.

Siempre estaré agradecido con el desconocido.

Busco a Milly de nuevo con la mirada, parece nerviosa y sus mejillas están sonrojadas.

¿Te has puesto mal por un besito?

Mira quien habla》

—¿Quieres subir a la torre?—pregunto cambiando el tema para no caer en momentos incómodos.

—¿Se puede subir?.—creo que Milly esta procesando todo.

—Claro niña—paso mi brazo alrededor de sus hombros y la llevo caminando en dirección a la Torre.

—No soy muy fan de las alturas—al oír aquello me detengo enseguida.

—¿Prefieres hacer algo más?

La vista desde arriba es lo más lindo, pero honestamente yo solo quiero que ella haga lo que quiera, lo que más le guste, este viaje lo dedique a ella y si prefiere hacer algo más, se lo concedo.

—¿Podemos sentarnos un rato?.

—Claro que si.

Es típico de la ciudad hacer picnics cerca de la torre, así que hay muchas parejas y personas disfrutando de la noche que recién cae.

Milly y yo caminamos hacia un lugar donde podamos sentarnos, donde no hayan tantas personas rodeandonos.

—Aquí esta bien—Milly se sienta sibre el cesped.

Veo a la demas parejas, y todos comen o beben algo y la idea de un mini picnic ahora mismo me tienta.

Vuelvo mi mirada a Milly y esta no podría estar más feliz, tiene una sonrisa preciosa.

Solo conozco algo que podría hacerla aún más feliz.

—¿Qué?—me mira esperando que me siente.

—Espera, falta algo—hundo mis dedos en su cabello castaño despeinandola antes de irme—No te muevas de aquí, ya vengo.

Conozco muy bien París, así que se exactamente como llegar a la pastelería más cercana.

Pido una caja de macaroons y una de croissants de chocolate además, una botella de vino, para empezar.

Me pongo en fila para pagar un poco desesperado por no dejar a Milly tanto tiempo sola.

Me llevo la mano a los labios recordando el beso.

Nunca un beso me había transmitido tanto.

La fila avanza un poco lento, pero llega mi turno al fin, pago y tomando las compras me voy casi corriendo a donde deje a Milly.

La casa del Dragon (MATT POV)Where stories live. Discover now