15. El espejo

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Matt Pov:

Me despiertan los golpes en la puerta.

¿Qué mierda?

Abro los ojos y miro el reloj en la mesita, son las 7:00.

¿Quien toca la puerta a esta hora?

Milly esta dormida profundamente a mi lado, me rodea con su brazo, la hago a un lado con cuidado de no despertar para levantarme, pero ella me vuelve a rodear acurrucandose más contra mi.

—¿A donde crees que vas?—habla con la voz ronca y adormilada, aun tiene los ojos cerrados.

¿Como puede prenderme algo tan tonto?.

—Voy a...

—Nada—me iterrumpe—No me interesa, no te vas a mover de mi lado—me abraza más fuerte, y yo no puedo evitar reír.

—Milly...—intento levantarme de nuevo y ella tira de mi hasta que caigo de nuevo sobre la almohada, tiene los ojos cerrados aun.

—No es negociable—entierra su carita en mi cuello, subiendome encima la mitad de su cuerpo.

Le acaricio la espalda con suavidad.

—Están tocando la puerta—le digo al oído.

—¿Esperas a alguien?—levanta su cara lo suficiente para mirarme, esos ojos azules por la mañana se ven aún más brillantes.

—A nadie cariño—su cara se tranquiliza—Pero debería ir a ver de que se trata.

—Déjalos que esperen—me da un besito en los labios.

—Me tienta—tocan la puerta de nuevo y ella hace una mueca.

—Anda—se separa de mi, sentadose en el medio de la cama.

Le doy un besito, y me levanto sin ganas a abrir la puerta.

Me encuentro con el carrito de comida, es el servicio a la habitación.

¿Por que coño traen el desayuno tan temprano?.

Entro el carrito a la habitación y el olor es increíble, enseguida me despierta el apetito.

—¿El desayuno?—a Milly le brillan los ojos emocionada, yo asiento.

Gatea sobre la cama hasta llegar al borde, se ve hermosa con mi ropa puesta y su cabello desordenado.

Le acerco más el carrito y ella destapa la bandeja de los churros, se lleva uno a la boca feliz.

—Mírate, y eso que no querías que abriera la puerta—me siento a su lado y ella me da un besito.

—Solo quería que te quedaras conmigo en la cama un rato más ¿acaso es un crimen?—me mira y muerde de nuevo su churro.

—Claro que no—me río—Aun podemos volver a la cama si tanto lo deseas.

—Es un hecho que volveremos a la cama señor, yo le dije que no se iba a salvar de mi hoy—se acerca mas hasta chocar su nariz con la mía—Y ya he recargado energías.

La casa del Dragon (MATT POV)Where stories live. Discover now