La casa del Dragon (MATT POV)

17. El golpe.

Con toda la rabia agarro a Fabien del cuello de la camisa.

Voy a golpearlo, voy a hacer que le pida perdon a Milly, voy a hacer que se arrepienta hasta de haber nacido.

《Y que agradezca que Darksister es de utilería que no lo puedo atravesar con ella.》

—Vamos, pegame—Fabien me provoca.

Y claro que no pienso desaprovechar la oportunidad de partirle la boca.

—¡Matt no!—la voz de Milly me detiene, se levanta del suelo y me mira con preocupación.

No quiero involucrarla, ni que piense que soy agresivo, porque no lo soy.

Puedo tolerar muchas cosas, incluso que se hable de mi, y que me traten mal... Pero no voy a permitir que nadie trate mal a las personas que amo.

Lo siento Milly pero no puedo ceder esta vez.

Quizas no lo golpee la cara, pero lo voy a golpear. Se lo ha ganado.

—Crees que voy a dejar pasar que te haya empujado—niego y desvio mi puño hasta el estomago de Fabien con fuerza—Esto es para que respetes a las mujeres—lo miro a los ojos mientras le hablo.—En especial a la mía.

Mía.

Lo tomo con fuerza de los hombros mientras lo veo torcerse de dolor y lo empujo hasta el suelo como el lo hizo con mi niña.

Lo miro desde arriba advirtiendole que soy capaz de mas que esto.

Me he contenido por la presencia de Milly, y porque la respeto.

Milly me mira sorprendida, sé que esperaba mas de mi, pero esto es lo que soy.

Un dragón dispuesto a quemar sin pensar en las consecuencias cuando lastiman a los míos.

Quizas si me parezco a Daemon en algo.

Milly y su instinto de supervivencia actúan, me toma de la mano y me lleva hacia el ascensor.

No tengo motivos para huir, Fabien empezo.

Pero Milly esta nerviosa, asi que decido ir con ella solo para no causarle mas incomodidad.

—¡No se va a quedar así!—Grita fabien mientras la puertas del ascensor se cierran.

Aqui te espero imbecil.

—¿Qué mierda Matt?—Milly comienza a reclamarme mi reciente comportamiento—No tenias que caer en su juego.

Entiendo las razones de Milly para estar asi, pero ahora quiero que entienda las mías.

—Y no tenía intención de hacerlo cariño—me mira—No tenia ninguna intención hasta que empezó a hablar de ti como si fueras una cosa, y cuando te empujó, eso fue la gota que colmo el vaso —la tomo de la mano.—No me importa un carajo lo que ese tipo tenga que decir, siempre y cuando no te involucre a ti, el te empujo y no lo podía permitir—le acaricio la mejilla con las yemas de mis dedos—No puedo permitir que nadie te dañe ¿entiendes?

Ella suspira y asiente.

Al menos ha entendido mi punto.

—Matt, prométeme que no golpearas a nadie de nuevo—me pide.

Yo niego.

—No puedo prometer eso Mils, si tengo que hacerlo para defenderte lo haré.

—No quiero que golpees personas por mi—deja clara su posicion en este asunto.

No tengo otra opcion, tengo que ceder, pero con una condición.

—Bien Milly, pero si el empieza algo yo lo voy a terminar.