64. El regalo.

495 41 23
                                    

—Nunca me dijiste que querías de regalo de cumpleaños—busco información mientras bailo con Milly, ella se mueve contra mi como una experta.

Se gira para mirarme.

¿Como es posible que se vea tan hermosa?.

Esta mujer me tiene loco.

Ella me rodea com sus beazos y me siento bendecido.

—Tu eres el regalo de cumpleaños perfecto, eres todo lo que una mujer podria desear y más—me responde hablandome casi al oído por encima de la musica—Tu eres todo lo que quiero y necesito.

Bajo mis manos a su trasero y la aprieto contra mi.

Me muerdo el labio inferior para resistir el impulso que tengo de besarla.

—¿O sea que no quieres el regalo que te compré? Conmigo basta y sobra ¿no?—ella se detiene

—¿Me compraste un regalo?—le brillan los ojos al escuchar eso, yo asiento.

—Si no lo quieres lo devuelvo—levanto los hombros.

—Sabes que siempre voy a querer todo lo que tu me des, gracias amor—me da un besito.

No debiste hacer eso》

Milly se separa sonriendome, pero yo no le doy oportunidad, pongo mi mano en su cuello y la atraigo de nuevo hacia mis labios.

Estaba loco por besarla, ella corresponde el beso con la misma intensidad.

《Alguien traiga un balde de agua fría que se nos queman los dragones》

Necesitamos calmarnos.

—Matt—Milly gime mi nombre cuando me separo de ella.

No puedo explicar lo que ha generado en mi escucharla gemir, y verla sonrojada, sudando, con los labios hinchados.

Matt, calma, estas en un lugar publico.

Demasiado publico, hay personas en todo alrededor.

Necesito salir de aqui o pasará algo, que no creo que nadie quiera ver.

—No me mires asi—me pide.

Me río, porque ni siquiera he hecho nada y ya he puesto a Milly nerviosa.

—No estoy haciendo nada—levanto las manos en señal de inocencia.

—No mientas, te conozco—me mira—Ya sé lo que esta pasando por esa mentecita tuya.

—No se de que me hablas...—le miro el cuello detenidamente, amo jugar con Milly—Amor tienes algo ahí.

—¿Que cosa?—intenta mirar.

Me encanta porque siempre cae.

—Quedate tranquila—ella obedece ladeando su cabeza y yo aprovecho de besar su cuello—No puede ser que siempre caigas amor—le hablo al oido, antes de robarle un besito.

—¿Estas coqueteando conmigo?—sus ojos azules reflejan las luces de colores, creo haber estado asi antes—Porque te advierto que necesitaras mas que eso para llamar mi atención.

—No estoy coqueteando—niego—Si yo coqueteara contigo no podrías soportarlo.

—¿Ah si?—se cruza de brazos—Quiero verte intentarlo.

—La última vez que lo intenté, te mojé las bragas—me burlo—Imaginate que pasaría si lo intento de verdad.

Ella rodea los ojos.

—Esa vez en París solo tuviste suerte de principiante.

—Claro, olvidaba que la profesional eres tú, la Reina invicta del coqueteo—hablo con sarcasmo.

La casa del Dragon (MATT POV)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora