39. Marido y mujer

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—Queridos hermanos, estamos aquí presentes para unir en matrimonio a Sandra Patiño y a Mario Calderón. Por lo tanto, antes de ello pueden dar unas palabras.—Replicó el Sacerdote.

La pareja ya había conversado anteriormente sobre quien empezaría y ese era Mario, así que; le pasaron un micrófono y habló.

—Sandra, sé que la mayoría de veces hablamos sobre lo que sentimos por el otro, pero ante todos quiero dar a conocer nuevamente lo mucho que te amo.—Acarició la mejilla de la menor.—Me haces sentir el hombre más feliz de la tierra y nunca dudé el hecho de querer pasar el resto de mi vida junto a ti... Eres la mujer que amo, deseo formar una familia contigo y darnos la oportunidad de amarnos hasta ancianos.—Los demás rieron.—Te amo y nunca me voy a cansar de repetirlo, gracias por darme a conocer lo que es el verdadero amor.

Ella sonrió con pequeñas lágrimas en sus ojos, estaba extremadamente feliz.

El castaño le entregó el micrófono y no dudó ni un segundo en expresarse.

—Mario, lo que siento ahora mismo es una mezcla de sentimientos que realmente no puedo explicar.—Suspiró.—Eres el hombre de mis sueños y aunque hace unos años tenía como objetivo conseguirme un alemán de dos metros, tú eres mucho más de lo que esperé.—Los invitados, el sacerdote y Mario soltaron carcajadas.—Eres lo mejor que me pudo pasar, aunque tú digas que no sabes mucho del amor... Me lo demuestras de tantas formas que podría llorar de lo feliz que me haces. Te amo, demasiado. Yo también quiero formar una familia contigo y quedarnos juntitos hasta ancianos.

Al terminar, se envolvieron en un abrazo el cuál creó un ambiente muy lindo en la iglesia.

—Ya que desean unirse en matrimonio, unan sus manos y manifiesten su consentimiento.

Asintieron.

El momento llegó...

—Mario Calderón, ¿quieres recibir a Sandra Patiño cómo esposa y prometes serle fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y así amarla y respetarla todos los días de tu vida?

—Sí, mil veces acepto.

—Sandra Patiño, ¿quieres recibir a Mario Calderón cómo esposo, y prometes serle fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y así amarlo y respetarlo todos los días de tu vida?

—Sí, acepto, acepto.

La pareja sonrió.

—Confirmamos este consentimiento que han manifestado. Han sido unidos y que no los separen.

El pequeño Jimmy ingresa en la puerta principal de la Iglesia y camina hacia los novios con los anillos dentro de una cesta con pétalos de tulipanes.

Aquellos le sonríen y toman un anillo cada uno.

—Bendiga estos anillos que van a entregarse el uno al otro en señal de amor y de fidelidad.

Mario le coloca al anillo a Sandra diciendo:

—Sandra Patiño, recibe esta alianza, en señal de mi amor y fidelidad a ti.

Al mirarse y sonreír, la nombrada le coloca el anillo al castaño diciendo:

—Mario Calderón, recibe esta alianza, en señal de mi amor y fidelidad a ti.

Los invitados los observan con ilusión.

—Al ser confirmada esta unión, los declaro marido y mujer.—Dirige su mirada hacia su menor y asiente.—Puede besar a la novia.

Los actualmente esposos sonríen con felicidad y unen sus labios en un beso.

—Te amo, tomate.—Susurra el castaño.

Sé que fue un error • MandraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora