2. La actitud de Sandra

1.6K 114 30
                                    

Pov. Mario

—Al fin en mi apartamento.

No niego que hoy ví muy rara a Sandra, esa actitud conmigo me preocupó demasiado. Sólo espero no sea nada malo.

Quién podría decir que el patán de Mario Calderón se preocupa por su Secretaria. Lo normal, ¿verdad?

Recibo una llamada por el teléfono de mi casa.

Sí, es Armando.

—¡TIGRRRRE!—Digo.

Tigre, tigre. Tigre su abuelo, respete, ¡Atrevido!

Como siempre, esa voz provocándome migraña.

—Ya uno no se aguanta ni una bromita. Mi Vicepresidente, ¿A qué viene su llamada?—Pregunto.

Oiga, ¿Ya vió a su Secretaria?

—Sí, claro, siempre la veo. Le pido ayuda, cafés, y muchas más cosas que un Vicepresidente Comercial le encarga a su Secretaria.—Respondo a su interrogante con la seriedad del asunto.

Idiota, ¡No hablo de eso!

—Entonces, ¿de qué habla?—Enarqué mi ceja izquierda.

No sé, ¿no notó que se le veía rara?

—Claro que sí, lo noté...—Suspiré.—Le pregunté, pero lo niega.

Entonces, preocúpese, que no sólo sirve para fastidiar.

—Sí, claro. Le insistiré.—Hago una pausa—¿Qué decía? ¿Que yo fastidio?

Eso hace tiempo, ¿Recién se da cuenta?

—Supongamos. ¿Y cómo le va con su mostre-?—¡Ups! casi la cago.—Digo, ¿Cómo le va con su mujer?

Ah, chistosito.—Afortunadamente no se enojó.—Pues, muy bien.

—Que bueno, me alegro, mi estimado Vicepresidente.

Sí, sí, bueno, Calderón. Yo ya me voy a dormir.Armando bosteza en la llamada.

—¿Tan temprano?—Interrogo.

Sí, ¿acaso no puedo? Metido, que le importa a usted.—Responde con molestia.

—Bueno, duerma, duerma. Que hay que madrugar.

Sí, Calderón, hasta mañana.

—Hasta mañana, Armando.

Termina la llamada y pongo en su lugar el teléfono de la casa. Espero que Sandra se mejore y mañana vuelva todo a la normalidad.

Ahora sí, evitaré pensar y me iré a dormir antes de que se haga más tarde.

. . .

Suena el despertador.

Abro los ojos y bostezo. Me paro de mi cama y me coloco mis pantuflas. Me encamino hacia el baño con una de mis toallas y me voy directo a la ducha.

Sé que fue un error • MandraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora