Una pequeña ayuda

72 7 1
                                    

Llegue al cuarto de hotel como siempre antes que Bucky, me siento tan cansado, me siento muy mal. No se si fue todo el estrés de la platica de mi papá y Rusia o lo que comí por el estrés que me daba la situación.

Al llegar me metí a bañar y me puse la pijama más caliente que traía por que de verdad que hacía un chingo de frío.

Cuando salí del baño me tumbe en la cama y quería llorar, eso era lo único que quería hacer. Pensé que me iba a dar tiempo hasta que escuche que la puerta se abría, Bucky ya había llegado. No me moleste en voltearlo a ver ni nada por el estilo, yo creo que solo se puso su pijama y se acosto en la cama para poder pintar.

E sido tan grosero con el que no creo que me quiera dirigir la palabra. Me encantaría que me enseñara sus dibujos, que me cuente que es lo que piensa y escucha de los demás, me encantaría tener una platica con él, así como en los viejos tiempos aunque nunca fueran a ser iguales. Mi papá se fue y su madre se murió. Los dos cambiamos y no creo que fue por el bien.

Ya había pasado un buen rato y yo me seguía sintiendo mal y el frío del cuarto empeoraba todo. Daba vueltas en la cama por el dolor de estómago y de cabeza que tenía, "una pequeña ayuda no me vendría mal" Pensé y creo que leyó mis pensamientos.

-¿Estas bien?- Me pregunto con su tono de voz tan dulce y amable como siempre.

-No...- Trata de ser amable Steve. Tu puedes, es alguien que quieres.

-¿Te puedo ayudar en algo?-

Lo volteo a ver y me doy cuenta de lo hermoso que son sus ojos, como no tiene ni un poco de odio ni rencor en su mirada después de todo lo que e hecho y dicho. Me siento mal por mis acciones, pero se que pensar en el pasado no va a hacer que cambie.

-¿Tienes alguna pastilla para la cabeza?- Dije tratando de ser amable. Me dirigió una sonrisa y se fue a a su maleta para sacar una bolsa. ¿Apoco tiene que tomar tantas medicinas? Fue lo único que pensé y sentí un poco de pena por el.

-Te puedo dar esta o está...- Dijo extendiéndome los empaques para que yo agarrará uno. Cuando me sentía mal mi mamá me daba uno de los que tenía en la mano así que lo agarré para sacar dos pastillas. -No quiero que pienses que te quiero envenenar.- Dijo y los dos soltamos una risa. Se fue a una mesita que había con una cafetera y yo me recargue contra el respaldo para tomarme las pastillas ¿Apoco se va a tomar un café a está ahora? Pensé pero vi que solo calentó agua.

-¿Que vas a hacer?-

-Un té.- Dijo y me volteo a ver con una gran sonrisa. Nos quedamos en silencio unos segundos pero sentía que él quería que hablara más. -Estoy haciendo para los dos.- No apartó su vista de mi y me dirigió otra sonrisa. Que lindo gesto de su parte preocuparse por mi. ¿Habría pensado lo mismo las otras noches? Quien sabe.

-Muchas gracias, es un lindo gesto de tu parte.-

Él se quedo preparando los tés y yo solo lo miraba y me congelaba por el frío que estaba haciendo. Se veía que todo lo que hacía le ponía una sonrisa, dedicación y amor.

Termino de preparar los tés y me paso uno de manzanilla y unos sobres de azúcar. Agarre uno de stevia y lo agregue a mi té,  se fue a dejar los demás en una cajita a lado de la cafetera y pensé que al menos podría preguntarle cómo le fue el día de hoy.

-¿Como estuvo tu día?- Le pregunte y una sonrisa le surgió. ¡Amo su sonrisa! Nunca había visto a alguien sonreír tantas veces y eso que se que no es alguien feliz, no está ni cerca de serlo.

-Muy bien, la señorita Potts me encontró en el parque, vio mis dibujos y me dijo si quería participar en su próximo proyecto, claramente dije que si.-

-¡Industrias stark! Mi sueño es trabajar ahí.- Me sentí tan bien por el.

-Seguramente lo vas a lograr ¿A ti como te fue?-

-Muy bien. No se si sabías pero Nat se fue a Rusia y me urgía hablar con ella de muchas cosas entonces estuvo divertido, hasta que hablamos de mi familia, de los entrenamientos y frío de Rusia, creo que por ese estrés me siento mal.- Creo que me abrí mucho y siento pena.

-¿Romanoff es tu mejor amiga?-

-Si, ¿La conoces?-

-No pero conozco a su hermana, son muy lindas pero tienen un carácter duro.- Exacto. Creo que a los dos se nos acabaron las palabras pero no sentí nada de incomodidad, creo que es buen momento para decirle que lo siento. -Siento mucho la manera en la que me comporté estos días contigo... no era mi intención pero habían muchas cosas pasando por mi cabeza y pues, no hay nada en realidad que me justifique. Perdón.-

-Esta bien, no te preocupes.- De pronto esa sonrisa que traía en su rostro se desvaneció. ¿Dije algo mal? No se, pero sentí culpa. Ahora el silencio era incómodo. -Me estoy muriendo de sueño así que creo que me voy a acostar, si necesita algo despiértame.- Dijo y se dio la vuelta para mirar hacia la pared.

-Descansa Buck. Gracias.- Dije y también me acoste pero volteando del lado izquierdo para poder mirarlo a él. ¿De verdad lo amaba? Era alguien muy guapo pero más importante que eso tenía el corazón más hermoso y por ser hermoso también es frágil. Nunca me perdonaré por todo lo que le hice, todo el daño que le causé y por no tener la valentía de poderle decir "Lo siento" hace unos años.

Roommate with a broken heart Where stories live. Discover now