Ultimo paseo

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En realidad no hubo mucha platica.

Desde que empecé a juntarme con Steve dejé de pensar en lo que pasaba y solo sacaba las palabras necesarias para poder hacerle conversación. Y en realidad no se sentía bien.

Ahora estoy en un taxi con Steve y Natasha, nos estamos dirigiendo a un restaurante que según ellos es hermoso y la comida es deliciosa.

Estoy en la ventana derecha del coche y Steve está en el medio, su mano está descansando sobre mi pierna y por alguna razón no se siente correcto.

Lo e conocido mejor en estos últimos días que los años de amistad que tuvimos cuando éramos niños. Es muy guapo, eso no lo puedo negar.

Dicen que es mejor conocer la peor cara de alguien para poder conocer su lado más oscuro primero y enamorase del dulce pero se que ese lado oscuro es su verdadera cara, el humor y su sentido del humor es la segunda. Yo no quiero estar con alguien con el lado egoísta y grosero al mando.

-¿Todo bien?- Me pregunta Nat al ver que no e hablado durante lo que queda del camino.

-Si, solo estoy pensando.- Dirigí mi vista hacia Nat y me encontré con los hermosos ojos azules de Steve.

-¿Pero todo está bien?- Me pregunto ahora Steve.

-Eso creo.

Después de unos minutos llegamos a nuestro lugar de destino. Un hermoso restaurante con luz cálida, muchas plantas y unas hermosas mesas en la parte de afuera. Habían muchos artistas alrededor. Era hermoso.

-¿Que te parece?- Me pregunto Steve con una gran sonrisa y yo estaba encantado.

-Es hermoso... wow.

-Hay que sentarnos afuera para disfrutar de la vista.- Dijo Nat y nos dirigimos a una mesa un poco alejada de las demás.

Llego un mesero a entregarnos a la carta y la empezamos a ojear. Nat pidió un plato de pasta, Steve pidió un filete y una sopa de brócoli, y yo pedí una ensalada de pollo.

La verdad durante la comida no hable mucho pero me gustaba escucharlos, me estaban contando de sus anécdotas de cuando eran niños. No la estábamos pasando muy bien.

-Entonces una vez se callo en un rio y casi se rompe la rodilla. Como estábamos en mi casa de campo mi mamá le tuvo que prestar mi ropa interior rosa y el estaba más indignado por la ropa que por su rodilla.- Todos estallamos de risa y al mismo tiempo Steve se moría de pena.

-Y aparte recuerdo que fue una amiga de Nat que era guapísima.- Dijo extendiendo la a. -Entonces Nat andaba gritando "Steve trae calzones rosas" y yo me moría de pena.

-Pobre de ti.- Dije siendo sarcástico.

Pasamos toda la comida platicando después de eso la verdad me sentí cómodo. Me sentía escuchado.

-Gracias por incluirme.- Me sentía incluido y se los tenía que decir.

-Ay Buck.- Dijo Nat con mucha ternura y se paró de su asiento para abrazarme. -Siempre encuentra a las personas que te hagan sentir incluido.

-Te amo.- Me dijo Steve.

Mientras estábamos en este hermoso momento un señor que vendía algo se nos estaba acercando, no alcanzaba a ver qué vendía, creo que necesito lentes.

-Buenas tardes jóvenes, ¿Creen que me podrían ayudar comprándome una pulserita? Cada una sale a un dólar.

-¡Claro!- Dije. Agarre un billete de cinco dólares que tenía en mi chamarra y se lo di.

Roommate with a broken heart Donde viven las historias. Descúbrelo ahora