Perdida

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-¿Ya estás listo?- Me pregunto Nat en la entrada de mi cuarto que comparto con Buck. Tenía las flores y gomitas en la mano, en un puesto de la calle pedí que me hicieran un pequeño arreglo.

-Sip, deséame suerte.

-Suerte le deseo a Buck. Ya me voy, a ver si nos vemos al rato.

Me encontraba frente a la puerta muy emocionada de ver la reacción de mi Buck. A decir verdad las bolsas de gomitas no eran pequeñas, e intenté encontrar las mejores flores.

Después de analizar la situación y respirar al fin decidí entrar. Abrí la puerta y el cuarto estaba hecho un desastre, parecía que había pasado un tsunami por aquí. Bucky estaba moviendo todo y aventándolo. Antes de que me viera entrar dejé el arreglo en el baño y me fui corriendo hacia el.

-¿Estas bien? ¿Que pasa?

-¡No encuentro mi IPad Steve ayúdame, ayúdame, ayúdame! La dejé toda la noche en la caja fuerte me metí a bañar y la saqué para meterla en mi mochila ¡según yo la metí pero no está! ¿No la tienes tu?

Estaba hablando tan rápido que apenas y los entendía. Nunca lo había visto tan estresado, pero entiendo su desesperación.

-No Buck yo no la tengo, es mejor si la rastreamos. O le preguntamos a los del hotel si alguien entró... no quiero ser pesimista pero te la pudieron hacer robado en la calle.

-La estaba rastreando pero se le acabó la pila, está en el hotel eso si me salía !pero no está en el puto cuarto!- Las primeras lágrimas empezaron a correr de sus ojos, se veía mal, no me gustaba verlo así.

Estábamos unos pasos alegados el uno del otro pero sin pensarlo dos veces caminé lo más rápido posible para abrazarlo. Hace años que no lo hacía. Con sus delgadas manos estaba apretando mi suéter, tenía su cabeza escondida en mi hombro, no paraba de llorar. Levante mi mano y le empecé a hacer cariños en la cabeza. No se estaba calmando.

-Esta bien... llora, no te voy a soltar.- No se por que dije eso, Bucky empezó a llorar sin parar, luego empezó a gritar de dolor... -¿Que pasa mi Buck?- Dije lo más calmado posible para no alterarlo más.

-E-etooy can-sa-a-do.- Esta tan delgado que agarre su cintura y lo cargué para llevarlo a la cama. Me acosté en ella y puse a Buck encima de mi.

-Mira, ahorita no hay servicio de hotel por la hora pero mañana podemos preguntar quien entró a la habitación. Quiero que te tranquilices un poco, solo trata de respirar y pensar que todo va a estar bien.- No me respondió.

Poco a poco sentía como se calmaba, ya no gritaba ni lloraba solo le costaba respirar. Se movió para ponerse a lado de mi y acostar su cabeza sobre mi pecho. De nuevo le empecé a hacer cariños en la cabeza, me gustaba sentir su pelo largo entre mis dedos.

-Tengo algo que te va a levantar el animo, te tengo un regalo.- Acomode su cabeza sobre la almohada y me levante hacia el baño para agarrar el arreglo. Por el estrés de la situación deje todas las bolsas de mis compras en el baño. Me había comprado una sudadera muy bonita de una marca un poco cara. Al ver toda su ropa tirada por el cuarto, y ver que era la misma de siempre pensé en dársela, él la necesitaba yo solo la quería.

Salí del baño con el arreglo y la bolsa de la sudadera en mi mano. Bucky no se paró de la cama solo alzó su mirada y me dio una hermosa sonrisa. Le deje el arreglo en frente de él y poco a poco se acercó para ver todas las gomitas que tenía el arreglo, acariciaba los pétalos de las flores y sentía las flores nube, tenía una gran sonrisa que no duró, poco a poco lágrimas empezaron a caer de sus ojos.

-Buck te tengo otra cosa para que no estés triste mi-

-Gracias. Gracia de verdad, no recibía un regalo hace años... se siente bonito.- A mi también se me soltó una lágrima.

Antes de que los dos lloráramos desesperadamente le entregue la bolsa con la sudadera. ¡Nunca voy a poder explicar la felicidad que le dio! Sus ojitos se iluminaban y parecía que las lágrimas se secaron rápido.

-La sudadera es de una marca cara... Steve no te la puedo aceptar.-

-Si puedes, yo decido en que gastó mi dinero y tú te mereces eso y mucho más.-

No lo pensé dos veces y poco a poco me acerqué para juntar nuestros labios, él se dejó. ¡Nos estábamos besando! Deje caer mi peso sobre él y no solté ese beso. Parece que era muy pesado para él y decidimos cambiar cuando alguien abrió la puerta. Bucky calló al piso y yo sobre el. Me pare lo más rápido y lo jale del brazo para poder levantarlo antes de que vieran lo que estábamos haciendo.

-¡AAAHHH!- Fue un grito de dolor y fue  lo único que pude escuchar en ese momento. 

Roommate with a broken heart Where stories live. Discover now