~DIRECTORA~

812 62 2
                                    

Los dias siguieron su desagradable curso, y con cada hora se hacía a la idea de que la enseñanza  de oclumancia era un momento afortunado que tenia Snape para someterlo a una tortura psicología.

Cada clase era peor que la anterior, era una perdida de tiempo y energía. Pero para su pesar debía seguir intentándolo. 

La navidad paso tan desapercibida para Harry que decidió pasarla encerrado en su habitación  intentando crear una barrera en su mente para proteger sus pensamientos y evitar oir aquellas palabras. Pero a pesar de todos los intentos, a un no era capaz de dominarla a causa de su constante inestabilidad emocional.

«Todos son felices sin ti» escuchaba por momentos aquella voz en su cabeza   «Ni siquiera se percatan de tu presencia»

Harry negó despacio y fruncio el ceño.

«Se llevan el crédito de tus victorias. Se burlan  de tu sufrimiento»

—No...—susurró cansado frotando levemente sus ojos por debajo de sus anteojos. Ya  venia semanas luchando con lo mismo. Sentía que no podía resistirse más a aquella peculiar voz.

«Tu eres el niño que vivió. El único. No necesitas de nadie. No necesitas estar encerrado en este lugar. Liberate y harás  cosas grandiosas»

—Lo soy—murmuró  rindiendose a aquella voz—. Yo puedo—empezo a  sintir poder dentro de si mismo, por primera vez sentia que aquella voz no mentía. No decia cosas incoherentes. El era el niño que vivió. El podía solo. No necesitaba de nadie, no necesitaba ayudas innecesarias.

«¿Y qué esperas? Demuestra. No te dejes burlar por ellos»

—Si—sonrió  Harry sintiendo un impulso. Sintiendo confianza indiscutible.

«Hazlo. Tu puedes. Destruye a todos esos que se burlan de ti. Alejalos de ti. Ellos solo te disminuyen. Acabalos. Termina con todos. Hazlo. HAZLO AHORA»

En el rostro de Harry se dibujo una amplia sonrisa. Sentía que aquella voz lo entendía a la perfección. Tantas semanas siendo humillado por Snape y sus innecesarias clases de oclumancia. ¿Para qué? El no necesitaba de aquello. El no era débil, podía cuidar su mente, podía hacer lo que fuera necesario sin la ayuda de un adulto, se había cuidado el solo durante tanto años. ¿Porque ahora debia pasar lo contrario?

Su sonrisa se hizo más marcada. Y murmuro "Yo puedo" repetidamente. Mientras deslizaba su mano hacia su varita. Lo iba a hacer. Tenía que hacerlo de una vez por todas. Debía hacerlo, sería tan sencillo. Tan fácil el poder acabar con todos.
Se levantó de la cama y se dirigió  a salir, abrió la puerta y quedó cara a cara con Neville. 

—¿Te encuentras bien?

El azabache fruncio la mirada   confundió y su sonrisa desapareció al instante. Neville lo miraba preocupado. 

—¿Qué?—se aturdio el azabache.  Era como si hubiera despertado de un sueño.

Ambos estaban en el dormitorio de Hogwarts. Debido a que las fiestas ya habían finalizado y las clases se habían  retomado.

—No pude evitar darme cuenta que cuando despertaste... estabas medio raro, te quedaste sentado en tu cama y no te moviste para nada, incluso has faltado a clases. Tenias un mirada... estabas  mirando... No se a donde y hablabas solo. ¿Te sientes bien?

Harry negó riendo.
—Estaba solo pensando en cosas sin importancia... Olvidalo. Ya sabes que debo aprender a bloquear mi mente. Ya sabes. Por la oclumancia.

—oh... ¿y te está funcionando?

—De maravilla—respondió rapido dandose cuenta que aún tenia la pijama puesta—. Sabes Neville debo cambiarme. ¿Toca pociones, cierto? Voy a tardar. Ve y trata de distraer a Snape por mi. Porfavor.

Neville palidecio.
—¿Seguro?

—Se que podrás. Eres bueno haciendo eso—le dijo dando media vuelta, se dirigió a buscar su tunica para alistarse rapido.

~º~

Aunque había sido una mala idea el pedirle a Neville que distrajera a Snape, por lo menos había servido para que no recibiera un castigo. Lastimosamente fue Neville el que lo recibió.

Snape considero y pensó que castigar a Neville después  de clases sería una forma perversa de hacer sentir mal a Harry, pero fue mucha su sorpresa ver como el azabache salía con total  normalidad de la mazmorra dejando solo a Neville con el profesor que más temia. 

Las cosas iban empeorando. Y más para el grupo secreto que Harry había formando con ayuda de Luna.
Una tarde  después de una larga disculpa por parte de Harry hacia Neville, vieron con horror como Umbridge se acercaba com paso firme  hacia ellos, con una sonrisa desagradable y algo tenebrosa.
Se detuvo en frente de los jovenes.

—Bien señor Potter. ¿Se ha divertido durante  estas maravillosas  vacaciones?—le pregunto con su desesperante dulce voz.

—No—respondió  Harry tratando de sonar lo más seco.

—Puedo afirmar que pasar las fiestas fuera de Hogwarts  lo lleno de gran incertidumbre. 

—La verdad...

—Claro que si. Cuando uno esta totalmente  interesado en algo solo espera poder retomarlo. ¿Verdad? Que usted pueda ser con sus fechorías siempre  me ha causado intriga. Dígame señor Potter. ¿Quiere ir en contra del Ministerio?

—El Ministerio  me puede...

—Señor Potter—siguió hablando Umbridge sin borrar su sonrisa—. No debe ir en contra del Ministerio, todo lo que hacemos es por su seguridad.

Harry miro de reojo  a Neville. Era claro que algo se traía entre manos.

Dolores pronunció más su sonrisa  y con un tono de voz más agudo  y exageradamente dulce dijo:
—Si. Si, queridos. Ya se que estaban creando ejércitos  en contra del Ministerio. Y como suma inquisidora no debo permitirlo.  Su seguridad es primordial para jovenes tan indefensos  como ustedes.

Harry empezó a sentír una rabia inmensa dentro de si mismo. Tenía un traidor en su mando. Alguien le habia soplado a la Umbrige.

—No comprendo de lo que habla, profesora—se negó  el azabache.

Dolores solo siguió  sonriendo.
—Veo que aún no comprende lo complicado de esta situación. Usted... Usted señor Potter fue en contra del Ministerio, hizo cosas terribles, enseñar magia peligrosa a los indefensos alumnos, bajo el cargo de un director incompetente. 

—No hice nada—se negó Harry, no iba a permitirse caer en su juego.

—Usted sabe muy bien lo que hizo. Y el Ministerio debe saberlo también. Los alumnos como usted están realizando acciones que perjudican su bienestar, siendo manipulados por un director que no merece aquel cargo.

—No se atrevería—siseo con rabia.

Dolores se acercó más a Harry. 
—Ya lo hice. Señor Potter.

~º~

Finalmente, lo había  logrado, Dolores Umbridge bajo mandado del mismo ministerio de magia, había logrado conseguir el cargo de directora de Hogwarts tras descubrir las reuniones secretas que realizaba Harry con otros alumnos. Dolores habia alegado de manera exagerada  que eran acciones peligrosas, en contra de la integridad de jovenes, las cuales eran vidas  inocentes que desconocían los peligros de la magia, incluso que el mismo Albus Dumbledore era el que motivaba sin razón aparente por el simple gusto de ver estragos a su alrededor.

*Si me permiten opinar es un hombre que no sabe distinguir entre lo que es correcto  o no. Esta pasando por la demencia, es un peligro que siga trabajando con jovenes* había sido la declaración de Dolores Umbridge a el diario el profeta.

Con la decisión del Ministerio, de revocar a Albus Dumbledore de su cargo, y posteriormente su desaparición, porque el ex director no se había dejado atrapar por el ministro.
A los Profesores y alumnos no les quedo de otra que ser obligados a mantenerse en silencio y seguir las reglas impuestas por Umbridge.
La cual cada día decidía  encontrar el minimo defecto  para despedir a cualquier  docente y reprimir la mínima muestra de rebeldía o felicidad.

Always-Nuevo inició.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora