~NO LO HAGAS~

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Harry no sabia que era peor, si tener que soportar que Dolores Umbridge sea la nueva directora, el tener que estar bajo las clases de oclumancia o esperar los TIMOS.

A eso se le sumaba la reciente preocupación de su padrino. Resultaba que últimamente había ciertas noticias desagradables  sobre una fuga en azkaban y aunque a Harry eso no le importaba en lo más mínimo. Al parecer era un punto preocupando por Dumbledore, Sirius y Remus.

Harry podía comprender la preocupación de los dos hombres. Pero no entendia porque Dumbledore se debía sentir así, el nisiquiera le había hablando en casi todo el año y no se encontraba en Hogwarts, había tenido que escapar.

Esta bien. El escape fue lo más inteligente que había hecho y todo lo había ocasionado no era culpa del director, sin embargo Harry aún sentía algo de rencor.

Fuera de ello, el azabace necesitaba  mantener su mente fría y solo preocuparse por sus TIMOS.
En aquel momento se encontraba en la biblioteca, cerca de una ventana donde ingresaba la luz natural, sentado cerca de una mesa vieja leyendo lo único que podía permitir el Ministerio.

A los pocos minutos  de tranquilidad, un libro cayó con fuerza en media de aquella mesa. Harry se sobresalto y levanto la mirada.

—Dilo de una vez—comento enojado.

—Sabes que no fui yo—le respondió Draco totalmente ofendido y furioso—. Y que estés diciendo lo contrario, me hace darme cuenta que no eres alguien que vale la pena. 

—Nadie dentro del grupo sería capaz de delatarme, todos querían  aprender a defenderse usando algo que tenemos prohibido: magia. Ademas tu eras el único que sospechaba sobre las prácticas que daba. Ellos quería que les enseñará  y solo hice eso. Como tu nunca has ayudado no lo comprenderias.

—Al parecer nunca me conociste, Potter

—No puedes conocer a una persona en meses. Eso me queda claro.

Draco  desvío la mirada hacia la ventana, no podía ver nada, pero prefería eso a tener que soportar la mirada fría de Harry. 

—Haz cambiado—dijo con voz suave—. Ya no eres el mismo, Potter.

Harry volvió a poner su mirada en el libro que había estado leyendo antes de ser interrumpido por Draco.
No respondió solo prefería leer.

Draco respiro profundo y suspiro pesadamente.
—Queria informarte sobre la fuga en azkaban, seguro ya lo debes saber, pero...

—No me interesa—comento fríamente sin levantar la mirada del libro.

—Solo esperaba que tomaras precaución  y te cuidaras. No eres muy querido entre ellos. Para ser sincero, todos los que escaparon te quieren muerto.

—No hare nada. No soy idiota para hacer algo que ponga en peligro mi cuello... Lo prometo.

Draco se quedó callado por unos segundos. Abrió levemente la boca  con la intención de decir algo, pero se arrepintió, agarro su libro y se retiró de la biblioteca.

Harry sólo podía mirar de reojo como se iba, con impotencia apretó con ambas manos el libro que tenía.

~Sala común de los leones~

El prometer que no se pondría en peligro iba a ser en vano. Bien sabia que no podía cumplir lo que prometía.  Las promesas siempre se olvidaban.

El dia de los TIMOS se levantó pesadamente con molestia por los  constantes dolores de cabeza que estaba teniendo. Bajo hacia la sala común y se   sentó  en el sofá, se froto los ojos e intento despejar toda señal de pereza.

Había conversado con su padrino  sobre los constantes dolores de cabeza y solo le había aconsejado el descansar. Eso no le había resultado nada favorable, incluso le había empeorado aquel dolor.

Pero eso no era lo peor, por alguna razón sus sueños se hacían cada vez más confusos, se podía ver en el Ministerio, con una pequeña esfera.
Queria ir a aquel lugar, sabia que era algo importante, quizá  era aquella arma de la que había hablado su padrino. La que Voldemort tanto buscaba.

Necesitaba ir. La voz en su cabeza le decía que debía ir. Que tenía que encontrar aquella arma que el Ministerio guardaba. 

"Debo encontrar la manera"pensó Harry en voz alta  dejando caer su cabeza en el respaldo del sofá.

Los demás alumnos seguian su camino, algunos bajaban de sus dormitorios  y salían. Otros se quedaban, conversaban o incluso comían. Pero ninguno parecía importarle la presencia del azabache.

—Tengo que terminar con esto de una vez—murmuró—. No tengo opción...—se levanto del sofá con algo de remordimiento, faltaria a un TIMOS, pero eso no le hacía sentirse fatal, lo que en verdad le incomoda  era saber que no iba a cumplir con la promesa que le había hecho a Draco.

Always-Nuevo inició.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora