~SUCESO~

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Al terminar el juego, la euforia continuaba, gritos de alegría por parte del equipo ganador y sus mas singulares admiradores.

Las horas pasaban, nadie parecía poder o querer dormir, cada carpa mágica se encontraba iluminada y las estrellas brillaban con tranquilidad  y hermosura. 

Harry tenía una sonrisa en el rostro, mientras comentaba junto a su padrino del juego, adoraba ese momento, se sentía parte importante de su vida. Ya sentía a la familia que siempre debió haber tenido. 

Mas minutos pasaban en el reloj y la noche se volvía pesada. Ya era momento, aunque no lo quisieran, de descansar.

—Mañana pueden continuar hablando—comento Remus con un cansancio visible en su mirada—. Necesitamos descansar..—se acercó a una lámpara y la apago sin avisar.

Todo se quedó a oscuras, pues había sido la única encendida.

—Dime, Remus ¿Alguna vez te has aburrido de tu vida?—le pregunto Sirius en alguna parte de la carpa.

—Cada maldito segundo, contando desde el día en que te conocí.

Sirius resoplo.
—¿Harry?—llamó—. Harry... HARRY—se alteró.

—Estoy aquí, a tu costado... Eso creo—le contestó.

Otro resoplido.
Sirius no tenía una varita al costado y Harry no podía arriesgarse a usar magia fuera de Hogwarts. No podían encender de nuevo la lampara.

—Vamos, Remus—le rogó Sirius—. No podemos ver nada.

No hubo respuesta.
Solo escuchaban la pesada respiración del castaño. Ya se había quedado dormido.

Pasaron cerca de cinco minutos, Black se transformo en Canuto, pero su visión no era muy buena, era como si alguien hubiera amarrado una cinta encima de sus ojos. 

—Sabes, cachorro—le comentó a Harry—. Tu padre siempre decía que Remus era como una especie de mosquito.

—¿Ah?

—Ya sabes... Esos mosquitos que...—se perdió en un extraño ruido que percato y venía desde afuera. Se levantó y trato de afinar sus oídos. ¿Que había sido eso?

Una luz brillante ilumino la carpa, Harry y Sirius voltearon el rostro hacia el sofá donde se encontraba Remus.

—¿También lo escuchaste?—le preguntó el animago.

No obtuvo  respuesta.

Otro ruido, unos gritos y extrañas pisadas que por la distancia Harry aun no podía percibir.

—¿Que? ¿Que sucede?—pregunto calmado a su padrino.

Remus se levanto del sofá, se acercó a una silla, cogió una casaca y sin dejar de iluminar el lugar se la aventó a Harry.  

—¿Ya nos vamos?

—No. Tu te vas—le dijo calmado—. Hay un bosque cercano, lo consideró seguro si te adentras más. No te debes preocupar de cualquier forma saldrás. Y te encontraremos.

—No entiendo..—dijo el azabache empezando a enojarse—. ¿Porque me tengo que—unos fuertes gritos resonaron en sus oídos, entonces pudo visualizar dentro de la carpa distintos colores, le hicieron recordar los fuegos artificiales usados hace horas. Pero estos eran hechizos por defensa y por ataque.

Harry desvío rápido la mirada a su padrino. No quería alejarse de el. Al no poseer varita era vulnerable a todo.
Pero su padrino ya no se encontraba en frente de el. En su lugar un perro de tamaño no normal, le pedía con la mirada casi suplicante que se retirada hacia el bosque.

No sabia que hacer, pero aunque deseara hacer algo, Remus y Sirius ya habían tomado las decisiones por el.
Apretando con fuerza su varita y sujetando con la otra mano su casaca, salió de la carpa. Todo estaba oscuro y no se habría visto nada si no fuera por las llamas que crecían y ardían en algunas carpas. El temor le empezó a invadir, se paralizo y solo contemplaba a los magos corriendo en todas dirección mientras se agachaban evitando los hechizos.

Parecía que se quedaría en un mismo lugar. cuando una mano lo cogió con fuerza del brazo y empezó a tirar de el.
Harry reacciono, reconoció rápido al mago y no hizo esfuerzo en alejarse.

Caminaron con rapidez para poder tomar una distancia adecuada de todo el alboroto. 

Se detuvieron en un árbol, Harry miro al mago con agitación.
—¿Que se supone que estas haciendo?—le pregunto.

El joven mago quien también se encontraba agitado lo miró.
—Tratando de remediar mi error—le respondió.

—Olvidalo—murmuró y se dio media vuelta para alejarse de el.

—Vale!! Lo siento—le grito. El azabache se detuvo—. ¿Es que acaso quieres que me arrodille? Creí que no querías vivir con rencor.

Harry no pudo evitar reí, no de manera amigable.
Volteo y lo miro a los ojos.

—¿Y ese extraño interés de la noche a la mañana?—le preguntó—. ¿O es que te enteraste de algo?

—No se de que hablas.

Harry se acerco más al joven mago, la distancia de un rostro al otro era muy corta.

—Sabes muy bien de que hablo, Ron. Lo sabes muy  bien.

Always-Nuevo inició.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora