~CASA DE LOS GRITOS~

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Al día siguiente las sospechas de que Harry estaba escondiendo algo de suma importancia se hacían cada vez más fuertes con el pasar de los minutos.

Los profesores estaban preocupados, excepto uno, el director trataba de encontrarse con el azabache por los corredores, pero le era imposible, Harry era más rápido que el viento y tan escurridizo como una serpiente.

Ron junto a Hermione tenían la dura tarea de conseguir el perdón del azabache, en realidad no lo querían, pero las duras palabras de Dumbledore les ponían en aprietos.

Albus necesitaba enterarse de todo lo que hacia Harry, que comía, a que hora comía, con quien hablaba, porque hablaba, etc. Necesitaba con mucha urgencia informantes.

Es por ese motivo, que dejando de lado el orgullo, Ron y Hermione volvieron a utilizar de su tiempo para perseguir al azabache e intentar por lo menos dejar las cosas en paz.

Algo de lo cual no quería saber nada Harry, porque ni siquiera quería tenerlos cerca.

Por desgracia el castillo tenía muchos retratos que eran soplones, entrometidos, chismosos y nada prudentes. Gracias a eso la castaña y el pelirrojo dieron rápido con el paradero del azabache.

—Eh...—Ron no sabia como empezar una conversación, se acerco a la mesa donde estaba Harry—Hola—hablo soportando el calor de las cocinas como también de su vergüenza.
El azabache gruño sin dejar de guardar comida en una bolsa especial que le había dado un elfo no muy amable.

—Dumbledore esta muy preocupado por ti. Creo que... Deberías ir a verlo.

“Si. Claro. Iré a verlo, para poder preguntarle sobre los miserables amigos que tuve” pensó Harry con los dientes apretados.

Al no recibir respuesta, el pelirrojo se empezó a sentir muy incomodo y fruncio el ceño. ¿Que estaba haciendo? Había caído muy bajo, no podía creer que estaba casi rogando por el perdón de un creído como el elegido.

Sin decir nada le arrebató de la mano a Harry una manzana y salio junto a Hermione de las cocinas.

El azabache prefirió no enojarse, tenia asuntos más importantes en su vida que preocuparse por personas que no eran nada honestas.

Término de guardar la comida y salió de las cocinas bajo la mirada de un furioso elfo que no dejaba de murmurar.

°°°°
*Casa de los gritos*

—¿Estas seguro que nadie te ha visto extraño?—le pregunto Sirius sentado en la madera sucia y al frente de la cama—. En mis tiempos estaba prohibido sacar comida de las cocinas.

—Tu mismo lo dijiste, en tus tiempos, ahora ya no importa mucho—le dijo Harry con una pequeña sonrisa—. Oye...—se rasgo la nuca con algo de incomodidad—. ¿No tienes algo mas que decirme?—Sirius lo miro con una ceja alzada—. Tal vez... No se... Algo sobre mis padres.

—Ya te conté todo, Harry. Anoche me dejaste seco de tantas preguntas, como también de las amenazas—sonrió quitándole importancia ante la mirada de arrepentimiento del azabache—. Veamos—dijo agarrando una pierna de pollo—. Has otra pregunta—dio una enorme mordida al pollo.

—Mm...—Harry se puso a pensar—. ¿Porque estas seguro que Snape estuvo enamorado de...

El fuerte ruido de la puerta abriéndose de golpe, lo interrumpió, ambos se levantaron rápido y con horror miraron hacia la entrada.

Albus Dumbledore se encontraba con el rostro completamente desencajado, no comprendía nada de lo que estaba viendo ¿Como era posible que uno de los prisioneros más peligrosos estaba al costado de uno de sus alumnos y hasta el momento no lo había asesinado?

Su instinto de proteger a Harry despertó y levantó su varita con la sola intención de desmayar o matar a Black.

Always-Nuevo inició.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora