LA LEYENDA

CAPÍTULOS DEL 120 AL 124

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CAPÍTULO 120. LA EMPERATRIZ FALLECIÓ REPENTINAMENTE
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Hacia las ocho de la mañana siguiente, Su Alteza Qingping Pei Yuanlie reunió a un gran número de guardias de hierro y abandonó la ciudad imperial con el pretexto de sentir curiosidad por la profecía del monje Huian sobre la ciudad de Wangyue. Todo el pueblo chismorreaba sobre sus monerías, y todos los funcionarios civiles y militares estaban llenos de justa indignación. Se dijo que Su Majestad cambió de rostro en el acto durante la reunión matutina de la corte. Después de la corte, el general todopoderoso Ling Weize solicitó un edicto imperial y se dirigió de nuevo a la ciudad de Wangyue. Se dijo que Su Majestad lo aprobó. Alrededor de las diez, el general Ling reunió a los soldados en la Puerta Este para pasar lista, y luego se dirigió a Ciudad Wangyue.

Ese día, casi todo el mundo hablaba de los dos ejércitos que se dirigían a Ciudad Wangyue. La atención de todos se centraba en esto. Nadie esperaba que a eso de las cuatro y media de la tarde, la campana de la muerte sonara de repente en palacio, y los civiles quedaron totalmente confundidos. Desde palacio llegaban noticias de que la emperatriz, enferma desde hacía varios años, había fallecido. Poco después, el edicto imperial fue publicado en las concurridas calles de todas las ciudades del interior. Tras la muerte de la primera madre, todos los civiles vestían de luto y no se permitía ningún acontecimiento alegre en el plazo de un mes.

"Mi señor, tiene razón. La emperatriz ha muerto."

Después de arreglarlo todo fuera, Lei Zhen regresó hoy con una expresión complicada en los ojos. No es que sospechara de Shen Liang, pero le preocupaba que su predicción sobre Ciudad Wangyue se hiciera realmente realidad.

"La emperatriz murió repentinamente. Me temo que fuera ya se está liando."

Ahora la atención de todos estaba puesta en la ciudad de Wangyue. ¿Quién habría pensado que la emperatriz moriría en este momento?

"Bueno, la gente pobre está bien. Suelen llevar ropa de lino áspera. Ahora todos los ricos se apretujan en las tiendas de telas para comprar el lino, pero la familia Murong ya ha comprado todo el lino del mercado. El último lote de barcos mercantes para la compra de telas no llegaría hasta pasado mañana. Mucha gente ha acudido a la familia Murong, y la familia imperial no es una excepción. Hay demasiada gente en palacio, y el lino reservado está lejos de ser suficiente."

Aunque Lei Zhen estaba en el patio de Chongling, recibió todas las noticias a tiempo y conocía básicamente la situación exterior.

"No pueden esperar a que vuelvan los barcos mercantes. Lei Zhen, envía a alguien a la familia Murong y diles que deben aguantar y conseguir los mejores intereses al menor precio."

Después de la fuerte lluvia de mañana, no sólo la ciudad de Wangyue, sino también todos los canales de agua estarían llenos. Los barcos que navegaban por el agua tenían que atracar cerca, incluidos los de comercio de telas. La familia Murong era comerciante, y aunque Shen Liang no diera instrucciones especiales, sabían cómo operar.

"Entendido."

Lei Zhen asintió y se fue. Shen Liang jugó con el niño con un tambor sonajero y dijo: "Hermano Yue, diles que se queden en casa unos días. A los del patio delantero y trasero, ignóralos."

"Entendido."

Qi Yue sólo deseaba que la orden durara para siempre, por si esa gente siempre quería hacer daño a Liangliang.

"¿No vas a la escuela mañana?"

"No, la escuela va a tener vacaciones otra vez. Me quedaré en casa y acompañaré a mi You'er."