Capítulo 17

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Donovan

El gris de sus ojos me recorre. Incrédula porque esté de pie luego de que sus balas me atravesaron. Pero mal por ella si no entiende que hizo más de lo que quise, hizo que en lugar de sentirme furioso por casi matarme, la muy maldita me guste más.

__ ¿Sorprendida? - me pasa llevando con el hombro y pese a querer que lo haga, no la sigo. No soy así. No voy atrás de nadie porque mi orgullo da para saber que siempre seré yo en todo aquello que toco.

Ella no tiene tatuado el mío en la piel, sino en el alma

Cruzo mis brazos esperando que se dé la vuelta. Tiene rabia. Aunque fuera otra emoción la que reinara en ella siempre mirará sobre su hombro.

Está rabiosa. Impotente. Y con dolor por lo que...

Se me viene encima con un golpe que evado al echarme para atrás. Lanza un rodillazo y la muevo pero es lista a la hora de rodearme hasta quedar en mi espalda dando un codazo en mi cabeza. Me la quito tirandola al piso, donde es cuestión de nada para verla de pie.

Con poca energía aún es fuerte.

Me toma del nacimiento del pelo estampando la esquina de la mano en la nariz. La levanto con las manos llevándola a la pared, su cara queda contra esta en lo que su pecho sube y baja con rapidez. Aprieta los dientes cuando la domino. Odia que lo haga. Pero odio sangrar y lo hago a causa suya.

__ Esto es lo que quise ver. - me acerco a su cara y me escupe.

__ Me lo quitaste, Dragón. - acusa en una avalancha que me golpea la cara. Sus ojos le brillan y ese dolor ahora es mayor al que vi cuando me dijo todo lo que ocurrió hace años. - Era mi hijo. Mi niño. Mío. No tenías ningún derecho a quitarmelo.

Sus ojos hermosos están inundados de las lágrimas que ahogan su llanto.

__ Eres un malnacido. Te odié todos estos años por dejarme sola. Rogué porque salieras de ese agujero y fueras por mí. Por nosotros. - desborda emociones. - Le prometí que nos protegerías. Le dije que lo amarías tanto como yo.

__ No hagas promesas por mí.

__ Eres un maldito. - escupe mordaz. Odio es lo que veo. - Dices que le cobrarás el daño a quienes lo hicieron, pero tú me diste el golpe más fuerte.

__ Deja el drama. Hice lo que debiste hacer. - se me suelta, empuja con golpes fuertes hasta ponerme en la puerta.

__ ¡No me digas que hago drama! ¡Kilian era mi hijo, Donovan! ¡Ese bebé por el que lloré al saberlo muerto! - dejo que se desahogue. - Cuando lo vi, lo sentí. Se parecía a tí, con un toque mío. Era el niño más hermoso que mis ojos habían visto. Me negaba a creerlo. Porqué si era mi bebé significaba que pasé estos años permitiendo que me lo dañaran.

__ Y aún así quieres que siga con vida. Si lo trataron como un animal siendo un crío recién nacido, si hubiese cumplido su objetivo hoy estaría en un templo lleno de pederastas. - la enfrento y niega. - A diferencia de tí me voy por lo estratégico. Tú solo piensas en el amor que le puedes dar, cuando morir o sufrir era lo único que había en su destino.

Se niega a aceptarlo.

__ Sabes que digo la verdad. Pero tu mismo afecto lo llevaría a estar en las manos de Ronald.

__ Había otra forma.

__ En este mundo no hay más formas. - le dejo claro. - Camina.

No me hace caso. No piensa en lo que necesita enfocándose en lo que quiere como si eso fuera a darle algo que ganar. Para sobrevivir en un mundo de mafias, debes estar dispuesto a perder algunas ocasiones. El dolor conlleva a la recuperación de lo que muchos temen, pero tiene sus ventajas.

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