Capítulo 1

3.9K 177 73
                                    

Melanie Grey.

—¿Me dejas manejar? —pregunta Geo detrás de mi. Enfoco mi atención en ella unos mini segundos a través del espejo y la vuelvo a posar en el ojo que me estaba delineando.

—Te prometo que seré cuidadosa—no le presto atención.

Sigo con mi delineando de gato y la escucho reprochar.

—¿Qué te cuesta?

—La vida.

—No seas exagerada —protesta—.Préstamelo.

—No.

—¿Por qué?—dejo caer mi quijada y ella aparta la mirada de mi con complicidad.

—Por estar mirándole más nalgas a Lance casi visitamos a San Pedro —se lo recuerdo y su sonrisa, descarada se extiende mecánicamente.

Por estar de babosa nos fuimos contra un árbol. Lance había pasado justo por el lado nuestro en unos shorts y camisa deportiva muy fea. Geo conducía esa mañana era sábado e íbamos de camino al teatro. A mí me dio igual cuando lo vi pero ella se distrajo mirándole las nalgas y cuando se recordó que estaba conduciendo, nos chocamos contra un árbol.

Perdí la conciencia, todo se volvió oscuro y en mi boca percibí un sabor metálico horrible. Desperté en el hospital unas horas mas tarde con un corte en mi ceja derecha y la encías lastimadas. Por suerte no se me rompió ningún diente. El doctor que estuvo al pendiente de mi me preguntó que había ocurrido.

Le dije que mi amiga se había distraído mirando las nalgas del tipo más feo y antipático de la universidad. Aquello le causó gracia. Creyó que estaba bajo el efecto de algo porque sabía que lo mío lo tenía sentido. Luego de evaluar que en mi sangre no había una gota de sustancias raras, le causó mas gracia.

El policía que estaba tomando nota también se echó a reír como si se tratara el fin del mundo, mientras mi mejor amiga me quería asesinar.

Esa misma tarde nos dejaron ir. No hubo cargos en nuestra contra aunque si me dejó una fea cicatriz en mi cejita. Geo no me habló durante dos días y yo como soy orgullosa tampoco le dirigí la palabra.

Ella andaba de golosa y casi no matamos.

La razón no le dejo mi carrito y protejo mi vida.

—Es que Lance tiene un culo tan grande y redondo que es imposible ignorarlo—su voz risueña me hace regresar, medito lo que dijo y después arrugo la cara con horror—. ¿A quién no se le van ojos cuando un semental como el te pasa cerca?

—Bueno, si, a las idiotas.

—¡Hey!—protesta ofendida y sonrío como maléfica. Me giro sobre mi linda silla de dado de terciopelo e ignoro las señas que me hace. Ella mueve la boca pero no la escucho porque mi concentración está enfocada en la línea de gato.

—Mira si el culo de Lance aparece lo voy a ignorar, lo prometo—le doy mirada fugaz, no le creo.

—Te dije que no.

—Haré todo el esfuerzo.

—Olvídalo.

—Mel.

—Naranjas.

—¿Por qué?

—Victor y yo corremos peligro bajó los efectos de Lance, no me arriesgaré otra vez—me apunto la ceja —. ¿Ves está cicatriz? Ahora tengo que pintarla porque quedó medio pelona y es gracias a ti.

—Tampoco es para tanto.

Abro la boca indignada.

—Me parezco a Scar del rey león— aguanta una carcajada, desgraciada —. Y no, no te dejaré que manejes a Víctor.

Y Llegaste Tú| Terminada| CorrigiendoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora