Capitulo 19

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Lance...

Salí temprano a entrenar cuando me sentí con la capacidad física de hacerlo. Llevo varios días desde que David me dio aquella paliza que no salgo del apartamento o al menos no a trotar. Cuando me visitó mi abuela tuve que usar maquillaje para ocultar los moretones que todavía se me notan.

Geo la amiga de la bruja piojos utilizó su maquillaje para cubrir los moretones para que mi abuela no se diera cuenta. Al principio dude. Aunque no parecía que lo tuviera, yo sentía que mi abuela lo iba a detectar.

Gracias al cielo y la experiencia de la bonita me salve que me descubriera.

Me recordó que debía reponerlo antes que la infiltrada lo note. Dice que es muy delicada con sus cosas y odia que las agarren si permiso.

Cómo su laptop.

Me confesó que desde que la conoce no le ha prestado ni una sola vez. A la bonita le da rabia porque siente que es egoísmo de su parte porque se supone que son amigas y ella le ha prestado todo pero la bruja no.

Pensándolo bien a mi no parece que sea acto de egoísmo, ya que, a mi tampoco me gusta que toque mis cosas. Soy un león que lo odia totalmente.

No me gusta que entren a mi cuarto, que toquen mi cuaderno, mi block de dibujos y mi telescopio. Cualquier cosa de allí. Esa es una de las razones por la que no dejo entrar a los idiotas de amigos y a las chicas que traigo.

Tengo cosas muy parecidas que no deseo que se me pierda ninguna. 

Mi respiración es errática de todo lo que había corrido. Estoy empapado de sudor, siento las gotas rodar por mi espalda y cuello. Decido descansar porque desde que salí no he parado y aunque no quisiera, necesito descansar.

Las personas que me pasan por el frente voltean a mirar cómo si nunca hubiesen visto una persona descansando en una puta banqueta. Quizás sea mi cara que les llame la atención o mi forma de sentarme.

Brazos y piernas extendidas.

Sé que parece que estuviera insinuando, pero joder, no saben lo bien que se siente sentarse de esta forma.

Una rubia sexy pasa y la miro por el rabillo del ojos mientras estoy hidratándome.

Lleva un conjunto cortito de top negro y falta plisada que no dejaba mucho para la imaginación. Ella al percatarse de mi, me hace un guiño coqueto que me hizo sonreír de manera traviesa.

Miles de imágenes sombrean mi imaginación

Si ya puedo correr, entonces ya puedo follar así que hoy, puede que tenga una noche divertida.

Paso el último sorbo. Ella espera que me acerque. Es una traviesa. Me acerco hasta ella con mi mejor sonrisa y entonces pasa algo que me hace detenerme en seco.

Aprieto los ojos con fuerza y el rostro de la sexy rubia aparece otra vez. Pestañeo y sacudo la cabeza abrumado, tanto que no puedo ir a dónde está la chica y comienzo a correr.

Dios mío.

¿Qué acaba de pasar?

¿Por qué me apareció el rostro de la infiltrada en aquella chica?

¿Qué clase de embrujo es este?

¿Qué me está haciendo?

Desde anoche no puedo borrar de mi mente sus ojos. Lo que causó dentro de mi cuando se enfocaron directo en los míos. Una forma tierna e inocente que expresaron.

Usualmente cuando miro a una chica a los ojos estos solo denotan diversión, lujuria y deseo, sensualidad. Pero jamás, ni siquiera un ápice de dulzura como lo hizo anoche la infiltrada quien estaba muy entusiasmada con el telescopio.

Y Llegaste Tú| Terminada| CorrigiendoWhere stories live. Discover now