Capitulo 27

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Lance...

La cachetada que me dio aquella mujer por no haber correspondido casi me mete en problemas con la policía. Verán después de mi triunfo fuimos a celebrar en la casa de Robin con un montón de desconocidos quien festejaron junto a mi. A mí realidad me importa una mierda quienes eran los que aclamaban mi nombre. Yo solo quería pasarla bien con la chica conocí unos segundos después del combate. Era preciosa. Alta, cabello rojo intenso, ojos marrones y piel blanca. 

Todo marchaba excelente. Había música de Skrillex de fondo con alto volumen, comida, bebidas y la basura blanca por la que todos enloquecen consumir rondaba cada esquina.

Cuando llegamos a la casa la chica de piel pecosa no tuvo rodeos al decirme lo que quería. Con un beso ardiente selló lo que sería inicio de una noche increíble pero lamentablemente no se dio. 

Por desgracia no pude complacerla. 

Ella se enojó tanto conmigo que me golpeó tan fuerte que me hizo un corte con las uñas y se me desarrollo un profundo dolor de cabeza que por más quise quedarme en la fiesta — a  pasar mi frustración y mi impotencia — no pude, me tomé un par de tragos para olvidar lo que paso y antes de la doce de la noche me fui a casa.

A la mañana siguiente estaba dentro de un puto salón siendo interrogado por un policía que tenía aliento a mierda. Otra estudiante fue encontrada muerta cerca de la residencia.  Todo el grupo académico fue llamado para dar anuncio de que las clases serán canceladas hasta nuevo aviso y que íbamos a ser interrogados.

El investigador que me tocó era un hijo de puta. Me hizo preguntas sobre la chica como si ya tuviera por sentado que yo tenía algo que ver. Y todo por las heridas de mis nudillos y el rasguño en mi cara. 

Lo de los nudillos le repetí varias que fue arreglando mi coche en la mañana. Traté de sonar lo mas convincente que pude porque tuve temor que descubriera en lo realmente ando metido. Él no estaba convencido con mi falsa aclaración. Empezaba a ponerme nervioso, ninguna de mis declaraciones funcionaba.

Entonces recordé a alguien.

Le pedí al investigador si me permitía salir para buscar a la persona en cuestión. Él dudo un poco y después aceptó. Como un loco empecé a buscar a la infiltrada por los pasillos y cuando la hallé no vacilé en traerla conmigo. 

Cuando la infiltrada dio su relato hubo un momento en el que me volví sordo y me dediqué a contemplarla al mismo tiempo me preguntaba por qué con ella es diferente a las demás.

¿Qué es lo que tiene que me afecta de esta manera?

He estado con cientos de chicas y ninguna de ellas hace lo que ella hace.

Días atrás cuando la pillé en mi habitación— a pesar de mi enojo— ¡joder! quería besarla, quería morder sus labios carnosos y saborear su lengua, quería saber a qué sabia esa boca parlanchina.

Y no es la primera vez que tengo este deseo. Cuando la llevé a mi cuarto y quería que se callara, en el momento que me subí a su cuerpo allí también me sucedió lo mismo, no escuchaba nada, solo veía el movimiento de sus labios y el deseo de probarlos.

Es extraño, muy extraño lo que me esta ocurriendo con ella.

Y cualquier cosa que haga no lo olvido.

Como cuando me dijo que tenia la sonrisa bonita y los putos brownies de maní que me regaló los cuales todavía tengo y me los he comido uno a uno, tanto fue el efecto que causó que las galletas que me regaló la bonita no tuvieron tanta relevancia. A pesar que en algunos encontré cascaras de huevo, no cambió nada, como tampoco cambia el hecho que me haya ayudado, con toda su labia logró que el patético agente que no le quitaba la mirada de sus tetas se comiera el cuento. 

Y Llegaste Tú| Terminada| CorrigiendoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora