Capitulo 45

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Lance...

Acaricio mis labios con la punta de mis dedos. Mi tío me está hablando y no he podido concentrar. Sé que es algo de la boda o ¿de la agencia donde trabaja? ¡Carajo! no lo sé. La infiltrada me tiene ocupado el pensamiento.

Anoche pude sacar todo lo que estaba ahogando.

Tenía en mente jamás hacerlo pero la aparición de esos maricones de Italia cambió mi opinión . Abu me había llamado justo cuando la chica de ojos grandes y de caricatura se había ido con ellos a bailar. En especial con el hijo de puta de Carlos. No pude resistir en contarle lo que me estaba ocurriendo, me sentía asfixiado y desesperado. No sabía que me ocurría hasta que ella volvió aclararme una vez más lo que me ocurría.

Celos, angustia y tristeza.

La mezcla de ellos tres era lo que me tenían actuando como un loco. Abu me dijo que si no hablaba pronto me iba a arrepentir toda la vida y eso era peor que jamás haberlo intentado.

Y lo hice, después de pensarlo cómo unas mil veces me fui detrás de mi infiltrada

—¿Lance?

Cuando ella me confirmó por medio de un beso que le gustaba. Sentí una felicidad un única. Hiperventilé y creo que hasta se me detuvo el corazón. Fue tan extraño y al vez tan encantador que todavía no lo asimilo.

Bueno tampoco asimilo que me estoy enamorando de melanie. Jamás lo creí posible porque no la soportaba y no era mi tipo. Para nada. Ahora ha cambiado todo y cada vez que la miro me gusta más como sus imperfecciones. Una de ellas es su ceja pelona.

Esta mañana tuvimos una pequeña discusión que se resolvió con un gesto muy especial de ella que me hizo temblar y afirmar que está mujer es totalmente diferente a todas las que he conocido.

No la vi en todo el día y me senti vacío aunque molesto. Ella me reclamó por haber revisado su laptop sin recordar que la había pillado en el mío.

Pasé el resto de la mañana en mi habitación y luego me fui a su desastre de cuarto para saber si se encontraba alli. Observé su cama sin sábanas y  la bombilla del techo. Me causó mucha gracia darme cuenta que todavía no ha recordado ponerla y que se sigue alumbrando con las lámparas.

Luego fui al gimnasio y estuve allí varias horas hablando con Christopher. Un joven no más de treinta años y con quién he entablado una pequeña amistad. Me contó que finalmente se le declaró a la chica que llevaba años detrás y que está le correspondió. Estuve así de contarle que mi historia es parecida a la mía pero después recordé que hasta ahora lo nuestro es secreto y preferí callar.

Hasta ahora.

—¿Hijo?

Tengo deseo de ingresar a la habitación de la infiltrada y besarla hasta que se me sequen los labios. Que me deje sin aliento. Que me haga vivir todo eso que me provoca tantas emociones y siga dejándome sus huellas con su toque, con su mirada, con sus palabras.

Sigo sonriendo como pendejo cada vez que me miro en el espejo.

Todas las mujeres han elogiado mi cuerpo de forma lujuriosa pero menos de forma genuina como lo hizo la infiltrada. Ese elogio quedó marcado para siempre y ahora alargo mi sonrisa para que me siga repitiendo.

—¡Lance! —me sobresalto y la cara enfurruñada de mi tío aparece en mi campo visual, parpadeo y me llevo una mano al pecho —.¿Hijo que pasa? ¿Estás aquí?

—Si-si.

—Pisa tierra — chasquea los dedos frente a mi cara y vuelvo a pisar tierra. Dios estaba reviviendo cuando ella me besó, fue jodidamente increíble—.Estás demasiado ido.

Y Llegaste Tú| Terminada| CorrigiendoWhere stories live. Discover now