Capítulo 59

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Lance...

Abue me sirve la cena mientras chateo con Robin. Esta noche tengo una palea. La ultima desde que me metí en esta mierda. Por primera vez en toda mi vida me siento ansioso y nervioso. Finalmente esta pesadilla llegó a su fin, finalmente juntaré todo el dinero para buscar a mi madre.

—Tienes que afeitarte muchacho— regaña mi abu—.Jamás te había visto tan descuidado. Tu siempre has sido cuidadoso con tu aspecto. Exageradamente.

—Por culpa de ella—mascullo.

—¿Ella?—levanto la vista al oír su tono de desaprobación.

—Papá tenia razón — odio admitir —.Las mujeres solo te hacen sufrir.

Me da por la cabeza con el trapo varias veces y me levanto de la silla para que pare con los ataques.

—¡Abu!—exclamo adolorido.

—Si vuelves a repetir algo así te doy con la escoba—gruñe.

—Es la verdad— digo con rencor—.Le supliqué que no se fuera y lo hizo. ¿Sabes lo que me da mas coraje? es que tenia planeado irse y lo tuvo oculto.  ¡Eso me tiene encabronado!

—Solo se mudó del lugar no se fue del país hijo.

—Es igual.

Niega en desaprobación.

—¿Cuándo se te va pasar el enojo?

No contesto.

Siento mucha rabia todavía y no se cuando se me va a quitar este sentimiento que me recorre las venas.

—¿Vas a seguir así hasta que ella se canse?—otra vez me quedo callado y sigo comiendo. Tomo el teléfono y apruebo el combate de esta noche a Robin—.Por si no lo sabes. Las mujeres tenemos un limite y una vez que dejamos de insistir no hay marcha atrás. No hay poder que haga cambiarnos de opinión. Si la pierdes es por culpa tuya. 

El apestoso de Robin me recibe de brazos abiertos como si fuera el padre mas orgulloso del mundo. Sonrío ante su patético gesto y le respondo con un golpe suave en el hombro. Rápidamente me platica sobre el oponente. Por sus descripciones creí que era el marica de juancho. Ha pedido la revancha, no acepta que lo haya derrotado. Robin ha tratado de convencerme pero ni loco, la primera logró salir con vida, la segunda no creo que tenga tanta suerte y no me pienso arriesgar.

—Estas horrible.

—Estamos en una pelea o en un puto concurso de modelaje— escupo.

Estiro los brazos para que forre mis puños y él lo hace sin chistar.  Sigue informando de mi oponente. Viene del Bronx y ha ganado invicto. No me asusta. Esos qué alardean mucho son los que más caen pronto.

—¿Estas seguro en dejar este mundo? — levanto la vista, robin parece conmovido. Tiene sentimientos el hijo de puta, no creía que fuera tan marica—.Mira con tu talento puedes alcanzar mucho más. Créeme.

Sonrío de forma fugaz y le lanzo un puño cerca de su rostro. Robin me mira con

—Esta es mi última pelea — digo decido—. Ingresé a esto por un motivo y por ese mismo me retiro. No hay marcha atrás Robin.

—Me vas a hacer llorar — ruedo los ojos —Has sido de los mejores clientes que he tenido en toda mi vida. Jamás se me habían llenado tanto los bolsillos de no ser por ti. Y si fuera otro no te dejaría ir — lo miro con advertencia y noto que traga lento. Él sabe que no puede obligar a quedarse, se lo dije el primer día —Pero un trato es un trato y soy un hombre de palabra.

Relajo los hombros. 

Robin termina de vendar los nudillos y me deja solo. Practico un poco lanzando puños al aire para calentar. La bulla se escucha a lo lejos. el lugar se siente repleto. Algunos gritan mi nombre y otros la de tipo.

Y Llegaste Tú| Terminada| CorrigiendoWhere stories live. Discover now