55| El otro lado del rechazo

31.1K 2.1K 2.7K
                                    

LA CÁMARA SE ACTIVÓ CON LA SORPRESA DEL FOTÓGRAFO, la imagen de Agatha junto a sus progenitores no tardó en aparecer, cayendo en el suelo sin nadie que estuviera pendiente para recogerla

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

LA CÁMARA SE ACTIVÓ CON LA SORPRESA DEL FOTÓGRAFO, la imagen de Agatha junto a sus progenitores no tardó en aparecer, cayendo en el suelo sin nadie que estuviera pendiente para recogerla. Todos estaban paralizados con la información recibida. No podían procesarla con facilidad, se les hacía inconcebible que la heroína de la Segunda Guerra Mágica fuera a tener una hija con uno de los mortífagos más cercanos del señor Oscuro.

Sin embargo, siempre estuvieron las pistas. Los parecidos, las semejanzas. El mundo solo decidió permanecer ciego ante lo obvio. Porque los humanos suelen ser más felices permaneciendo en la ignorancia que afrontando la realidad en la que se encuentran viviendo.

La primera persona en reaccionar fue Astoria Greengrass, quien quedó inconsciente por la impresión de la noticia. La segunda fue Ronald Weasley. Su rostro estaba casi del color de su cabello, el ceño fruncido, los puños apretados hasta que sus nudillos se tornaron blanquecinos y los labios apretados en una fina línea. En sus ojos brillaba el dolor de la traición. Parecía que en cualquier momento explotaría.

—Hermione —alcanzó a pronunciar, apenas podía reconocer su propia voz porque la ira no lo dejaba sonar igual—, ¿qué demonios significa esto?

La aludida sintió su corazón detenerse, su respiración cortándose durante unos segundos. Los ojos se le cristalizaron y las manos no dejaban de temblarle.

—Ron... yo... puedo, puedo explicarlo —balbuceó torpemente, alejándose un poco de Agatha y Draco para caminar en la dirección de su esposo.

Ron retrocedió, su rostro contrayéndose en una mueca que denotaba su dolor y, quizá, un deje de asco.

—¿Explicar qué? ¿Cómo puedes explicar razonablemente el hecho de que me fuiste infiel con... Malfoy? —La pregunta fue dicha con tanto veneno que la mitad de la multitud quedó paralizada—. Me traicionaste, Hermione. Y lo peor es que tuve a tu hija bastarda viviendo conmigo bajo mi techo, dándole de comer en mi mesa y ni siquiera me di cuenta.

—Ron...

—Dime, Hermione, ¿fue gracioso verme la cara de idiota? —cuestionó y su barbilla tembló—. ¿Acaso me decías que ibas al trabajo y solo te encontrabas con Malfoy a reírte sobre lo iluso y tonto que soy mientras te revolcabas con él como una zorra?

Hermione apenas pudo reaccionar ante sus palabras. Quedó en una sola pieza, las lágrimas acumulándose en sus ojos almendrados. En cualquier otra ocasión le hubiera replicado a Ron, pero en ese momento no podía pensar en otra cosa que no fuera lo culpable que se sentía. No quería herirlo de esa forma, pero tampoco podía permitir que su hija continuara cargando el sufrimiento de ser el secreto, de tener que ver a sus hermanos con sus respectivas familias felices, mientras ella permanecía en las sombras.

Trató de pronunciar al menos una disculpa, pero las palabras se quedaron atoradas en su garganta.

Ron sacudió la cabeza ante el silencio de su esposa. No quería seguir viviendo en esa humillación pública. Quería desaparecer del mundo entero. Se volteó para marcharse cuando la voz de Draco lo hizo detenerse en seco.

La hija de Draco Malfoy y Hermione Granger. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora