59| Los pasos de un acosador

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AGATHA MALFOY SABÍA QUE NO ERA UNA ASESINA, pero hubo un rastro de duda en su interior que la hizo sentir enferma

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AGATHA MALFOY SABÍA QUE NO ERA UNA ASESINA, pero hubo un rastro de duda en su interior que la hizo sentir enferma. ¿Cómo podían inculparla de algo tan terrible, de haber asesinado a sangre fría a una de sus amigas? No, ¿cómo podían pensar que ella había quitado una vida en general? Sabía que tarde o temprano tendría que ensuciarse las manos al deshacerse de Lyra, pero no quería tener que cargar con eso desde antes.

Podía sentir la culpa adherirse a su piel, al mismo tiempo que su estómago se retorció por los pensamientos que cruzaron su cabeza. Imágenes de los recuerdos vívidos y detallados del cuerpo sangriento de Dianne sobre su cabeza le gritaron que había sido culpable de su muerte, aunque fuera indirectamente. Había quitado vidas incluso cuando las maldiciones y las torturas no fueron causadas por sus manos.

Cerró los ojos y permitió que el aire húmedo del Londres rural la cobijara, calmando sus angustias. Al menos lo suficiente para escuchar la breve explicación que James les estaba dando a sus amigos. Mencionó lo del Oastori, explicó las clases que tomaban con Dakota y cómo eso era una amenaza a la vida de Agatha. No abundó mucho en la conexión que tenían para evitar herir más a Lysander, pero estaba segura de que su exnovio podía leer entre líneas.

—Hay algo más —avisó Agatha.

Alex parpadeó varias veces, procesando la información que parecía sacada de algún cuento de horror, y su mirada adquirió un toque de incredulidad.

—¿Más? ¿No basta con el hecho de que una criatura oscura busca matarte? —preguntó la muchacha castaña.

Agatha apretó los labios, sabiendo que su vida no era fácil de explicar. Tampoco era la más cómoda para vivir. A veces deseaba quitarse la piel para cambiar de persona y alejarse por completo de lo que involucraba ser ella.

—Sí. Tengo un acosador que ha amenazado mi vida en una numerosa cantidad de ocasiones. No sé quién es o cómo es capaz de saber cada segundo de mi vida. Pero lo hace. —Tomó un momento para recomponerse—. Creo que es peligroso. Si me lo preguntas, una parte de mí no duda que haya sido la persona responsable de la muerte de Dianne.

—¿Por qué no lo dijiste?

—No es tan sencillo —respondió Agatha—. Estoy segura de que esa persona es la responsable de que ahora sea una fugitiva. Si es capaz de poder culparme de un asesinato, ¿qué más creen que pueda hacer?

La muchacha se puso de pie y se dirigió a una de las ventanas por las que podía ver directamente una laguna que estaba cerca de la cabaña en la que se estaban ocultando. Estaban en el norte del país, casi en la frontera, en un pequeño pueblo remoto que pocos conocían. Por fortuna, no era un lugar que estuviera a su nombre. No formaba parte de la herencia de sus padres adoptivos, de modo que los aurores no serían capaz de encontrarla allí.

—¿Esta casa es tuya? —preguntó Fred II luego de unos minutos en silencio.

Agatha negó.

—Pertenece a unos amigos de mis padres adoptivos. Solo vienen una vez al año en navidad, lo cual no es en mucho tiempo, así que podremos escondernos aquí en lo que decidimos qué hacer —respondió Agatha, girando para poder observarlos.

La hija de Draco Malfoy y Hermione Granger. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora