Siete | VII

894 96 22
                                    

No iba a mentir, su lobo se sentía bastante nervioso y emocionado al mismo tiempo, cuando se ponía a pensar en pasar el resto de su vida con Taehyung no podía más que sonreír, así que cuando estuvieron afuera de la casa, caminaron un poco, sólo hasta donde la luz de la Luna iluminara bien el lugar, pues quería que la Diosa fuera testigo de lo que estaba a punto de hacer. Se paró frente al omega para poder verlo a los ojos y empezó a hablar. - Sé que en la cena te pedí ser mi compañero delante de mi familia, pero quiero hacerlo frente a la Diosa Luna también. Taehyung, agradezco tanto a la Diosa el habernos encontrado, sé que si no era hace unos días, hubiera sido en unos cuantos más, no me importaría tener que esperar una vida entera si con eso puedes ser lo primero que veo cuando despierto y lo último que escucho antes de dormir. Quiero que recuerdes esto como el momento en que decidimos unir nuestras vidas. Te agradezco por aceptarme como tu compañero y así como tú, prometo honrarte y cuidarte. Todos los días de mi vida serán por y para ti. ¿Me dejarías ser tu esposo? -preguntó arrodillándose frente al omega y sacando de su bolsillo un delicado anillo con una piedra preciosa color verde. Era el anillo que cada líder daba a su omega cuando aceptaba el mando, cómo símbolo de la unión entre ambos, convirtiéndose en uno mismo por la bendición de la Diosa. Jungkook había guardado ese anillo desde que su padre le cedió el mando ni siquiera pensó en dárselo a la madre de Seong-Jin porque sabía que debía guardarlo para su destinado y ahora que se lo entregaba, la emoción recorría su cuerpo, no podía dejar de sonreír y mirar con amor a su omega. Todo era como siempre había querido.

Taehyung no pudo contener la emoción, al principio se sintió un poco nervioso cuando Jungkook lo sacó de la casa pero ahora sentía que el pecho iba a explotarle de felicidad. Observó el anillo con emoción, era precioso, nada que hubiera visto antes y eso era aún mejor. Llevó su vista a Jungkook con la boca abierta por el regocijo y chilló de felicidad. Quería lanzarse a sus brazos y al mismo tiempo no sabía qué hacer. -¡Sí!- exclamó. -¡Claro que sí quiero!- no lo contuvo más y se abrazó al pelinegro para darle un pequeño beso en sus labios. -Quiero estar toda mi vida contigo.- susurró cerca de su boca.

Jungkook estaba seguro que nunca había sentido una felicidad tan grande y pura como la que estaba experimentando en ese momento. No podía describir la sensación de calidez que el omega le brindaba, así que resumió todo eso en un beso lleno de amor y deseo por su compañero.

Cuando volvieron a la casa, la familia los esperaba sonrientes, era obvio que sabían a qué habían salido y luego de muchas felicitaciones y un brindis por los futuros esposos, se despidieron de sus padres para volver a casa.

-Papi, ¿Puedo quedarme con los mellizos? -preguntó Seong-Jin. - El tío Jack nos va a llevar a cazar mañana. -dijo feliz.

Jungkook se agachó a su altura y acarició su cabeza. Normalmente no le decía que no a su hijo cuando se trataba de quedarse con sus tíos menores, pero las palabras de Yoongi daban vueltas en su cabeza, tenía que hablar con su hijo sobre lo que estaba escuchando y repitiendo. El pelinegro suspiró y asintió con la cabeza. - Sí, mi amor, quédate con ellos. -Cedió. No podía sólo quitarle su diversión sin explicarle qué pasaba y tampoco quería hacerlo en la casa delante de Taehyung, así que lo mejor era dejar esa plática para otro día. - Dame un beso. -Pidió a su hijo y éste le tronó un beso en la mejilla a su padre. - Despídete de Taehyung. -Lo animó con una voz dulce. El cachorro caminó hacia donde el omega y tiró de su ropa con delicadeza para llamar su atención.

-Mi papá me dio permiso de quedarme con los mellizos. -le dijo a Taehyung con una voz dulce. - ¿Puedo quedarme? -preguntó y luego buscó a su papá con la mirada. - Los mellizos siempre le piden permiso a mi abuelo Jin aunque mi abuelo Nam haya dicho que sí. -Le explicó con timidez.

Jungkook sintió una emoción recorrer su pecho, incluso su visión se volvió borrosa por unos segundos al contener las lágrimas que quería derramar. Seong-Jin estaba aceptando a Taehyung como su madre sin cuestionar o protestar, el cachorro conocía el amor de madre por su abuelo Jin y ahora buscaba eso en Taehyung. No podía estar más orgulloso de su pequeño, ahora con mayor razón debía explicarle las cosas para mantener esa inocencia y amor puro en él. El alfa miró a su omega y le alzó las cejas. - ¿Qué dices, mamá? -preguntó con alegría.

Luar [Omegaverse KookV]Where stories live. Discover now