FINAL

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Las estaciones siguieron pasando. Taehyung dio a luz a un precioso cachorro rubio, en cuanto nació, Hyunjin dejó de llorar como lo hacía cuando se sentía solo. Jungkook y Taehyung volvieron a confirmar que la Diosa compensaba el dolor de todos por igual.

La vida avanza. Eso era un hecho. Algunos miembros de la manada migraron, entre ellos los Min y los Wang, como habían dicho. Las despedidas siempre eran tristes, pero la promesa de reencontrarse alguna vez, daba esperanza. La paz seguía reinando en la aldea. Había prosperado enormemente después de todo lo ocurrido, la gente volvió a confiar en sus líderes y como decía Seokjin, la Diosa compensaba todo el dolor.

Jungkook despertó mucho antes que su esposo, besó su mejilla con delicadeza y lo arropó en la cama para que estuviese cómodo. El alfa suspiró y se puso de pie. Se miró en el espejo y sonrió, el recuerdo de algunos años atrás, cuando su hija mayor le encontró su primera cana lo hizo reír, ahora esas canas ya no estaban tan ocultas entre sus cabellos negros, pero le gustaba. Su rostro maduro se parecía cada día más al de su padre.

Ese día, era el primero después de mucho tiempo en el que no había algo por hacer, por eso Jungkook, gozando de su tiempo libre, decidió comenzar a preparar el desayuno de su familia con calma. Estaba batiendo un par de huevos cuando Hyunjin apareció en la cocina. De lejos pensó que se trataba de su hermano, pero al acercarse notó el parecido a la familia de Taehyung. -Buenos días, Hyun. ¿No es muy temprano? -preguntó su padre con una sonrisa.

-Woojin me despertó porque se estaba riendo dormido y yo ya no pude seguir durmiendo. -Se quejó el adolescente.

-¿Por qué no me ayudas con el desayuno? -Sugirió su padre sin darle opción.

-Va a venir Woojin y sólo se va a sentar a comer. -Reclamó Hyunjin. ¡Ay, cómo extrañaba tener adolescentes en casa!

-Bueno, cuando tu hermano venga lo ponemos a trabajar para que se gane sus alimentos. -Respondió Jungkook sin prestarle más importancia.

-¡No! -Exclamó Hyunjin. - Siempre despierta hambriento, no quiero hacerlo esperar.

Jungkook abrazó a su hijo y besó su cabeza con cariño. A pesar de ser un par de adolescentes que vivían peleando por todo, se procuraban de una manera en que sólo quienes compartían el útero de mamá se comportaban así y eso lo sabía porque creció viendo a los mellizos, incluso si Woojin llegó al mundo unos meses después, era más que evidente que aquel cachorro que habían perdido no quiso dejar a su hermano solo.

-¡Mamá, estoy en casa! -La voz de una omega resonó en la sala. Jungkook se asomó para ver a la pareja que entraba.

-¿No es un poco raro que llames "mamá" a mi cuñado? -preguntó Youngbok con una risita.

-Será tu cuñado, pero para mí es mi madre y Jungkook es mi padre, así que no me digas nada. -respondió So-Dam orgullosa. -Papá, hola. ¿Mamá?

So-Dam se había acoplado tan bien a la manada, tanto que sin proponérselo, consideraba a Taehyung y a Jungkook sus padres, la pareja la "adoptó" con alegría. Desde el primer día que llegó a la casa se había sentido parte de la familia. Bora adoraba a So-Dam y So-Dam a Bora, ambas se habían vuelto muy cercanas en poco tiempo, sobre todo después de que Ara, Jia y Myung se fueran de la aldea. Sin embargo, So-Dam también era muy popular entre las trillizas y qué decir de Kai, cuando Jungkook no estaba cerca, So-Dam era quien lo aconsejaba sobre cómo cortejar a Beomgyu. El poco tiempo que convivió con los Min y con los Wang había sido suficiente para que les robara el corazón y Namjoon y Seokjin sabían que la Diosa la había enviado para compensar el dolor de Youngbok. Cualquiera pensaría que So-Dam había vivido toda su vida ahí. El trabajo de Taehyung para que la manada aceptara a los omegas traficados sin ser tan rudos como lo fueron con él definitivamente rindió frutos.

Luar [Omegaverse KookV]Where stories live. Discover now