Segunda Temporada | I

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Las lunas siguieron avanzando hasta llegar casi al final de Yule, cuando Wang Jia llegó a la manada. Imbolc llegó y con él, Min Ara y finalmente, la familia fue bendecida con la primera hija del líder: Jeon Bora. Quien nació justo el día de la celebración a Ostara. Esa mañana, Taehyung había salido de la casa muy temprano, contrario a los deseos de su marido, pidiéndole que descansara por su avanzado embarazo, el omega insistió que debía ayudar a su suegro Jin a preparar todo para la fiesta que celebrarían en honor al inicio de la primavera, era la festividad más importante de la manada, pues a partir de ese momento, los días serían más largos y las noches más cortas, era el festejo del crecimiento de la vegetación y simbolizaba la fertilidad de los campos y los omegas, era el momento ideal para aquellos quienes querían concebir, pues se encomendaban a la Diosa Luna en un pequeño ritual, del que la Madre Luna y su yerno Taehyung, serían los oficiadores.

Sin embargo, esto no fue posible, pues Taehyung entró en trabajo de parto apenas habían comenzado. Casi como si su hijo lo pudiera saber, Seong-Jin tuvo otro de sus episodios: una crisis de llanto que desbordó en un ataque de ira, el cachorro gruñía a su padre y arrojaba todo lo que podía para romperlo. Le tomó al líder tanto tiempo contenerlo, que le fue imposible llegar a apoyar a su omega pariendo y estuvo justo cuando su pequeña lloraba por salir del vientre de su madre. Jungkook nunca había respirado más aliviado al saber que era el padre de una preciosa niña porque las leyes de la manada indicaban que los hijos del líder, al ser de distintas madres, debían pelear a muerte por el puesto o en su defecto, quien rechazara el puesto, debía ser desterrado para evitar problemas futuros, el alfa definitivamente no quería que sus hijos pelearan y eso dividiera a la familia, por lo que ser padre de puras niñas sonaba perfecto para él.

Él sabía que su cachorro comenzaría a evidenciar el resentimiento hacia el lazo que Taehyung y Jungkook empezaban a formar con sus cachorros, un año después de la llegada de Bora, nació Kai. Un precioso varón que compartía los rasgos físicos de su madre y su padre en perfecto equilibrio. Jungkook había pedido a su padre que se tratara el asunto del líder con discreción, Kai estaba recién nacido y preocupar a su omega en ese estado era sencillamente cruel. No se abordaría el tema hasta que ambos tuvieran edad suficiente para afrontar las consecuencias.

Y aunque dentro de la cabeza de Jungkook se hacía una tormenta sólo de pensar en eso, el amor en su hogar era tan grande que bastaban las manitas pequeñas de su hija sobre sus mejillas para calmarlo, incluso con el paso del tiempo, Jungkook no se perdonaba el haber estado ausente la mayor parte del parto de Taehyung, después de eso estuvo tan presente como le era emocional y físicamente posible, al ser sus hermanos muy pequeños, Seong-Jin no los supuso amenaza y su comportamiento dócil y amable volvió a florecer, cosa que hizo que Jungkook respirara tranquilo y en el hogar Jeon, la paz y el amor adornaban cada rincón del lugar, Taehyung y Jungkook eran los padres más amorosos con sus pequeños, hacían de todo para que los recuerdos que guardaran de su niñez siempre estuvieran llenos de alegría y diversión, como la vez que Taehyung preparó con sus tres hijos, tres pasteles en lo que Jungkook volvía a casa. Cuando Jungkook llegó y vio a sus cachorros con un pastel frente a cada uno, le dio una mirada extraña a su esposo, no podían dejar que sus hijos se comieran esa cantidad de azúcar justo antes de ir a la cama, pero la sonrisa en el rostro de Taehyung le indicó que no estaba hablando de pasteles. ¡Trillizos! ¡Su omega estaba embarazado de trillizos! Enorme fue la sorpresa al recibir a Jeon Namra, Jeon Hana y Jeon Eunju, tres preciosas niñas que nacieron justo antes de la cosecha de Samhain.

Los años se fueron volando, la manada había crecido y como todo ciclo, había quienes ya habían partido al otro mundo, los ancianos de la aldea eran pocos, dando lugar a adultos maduros y jóvenes para fortalecer los cimientos de la manada. Jungkook podía ver en sus hijos el paso de los años también, Seong-Jin se había convertido en un alfa que seguía, incansablemente, los pasos de su padre y su abuelo, faltaba poco para su mayoría de edad y entonces, los temores más grandes de Jungkook comenzaban a materializarse, su primogénito se estaba alejando de la familia, con la excusa de entrenar más duro pasaba demasiado tiempo lejos de casa y por más que Jungkook quería mantener el lazo entre ellos, el joven alfa lo apartaba. La pubertad de Seong-Jin había sido de las cosas más difíciles que había vivido como padre, su hijo, al ser mayor y más grande que sus hermanos, constantemente hacía llorar a las trillizas, sin mencionar las veces que puso en peligro a Bora y a Kai, pues los cachorros lo seguían mucho, sintiendo completa admiración y fascinación por su hermano mayor, éste se encargaba de dejarles muy claro que no los veía de la misma manera.

Luar [Omegaverse KookV]Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora