Tercera Temporada | IX

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El sonido húmedo y obsceno de sus besos y las respiraciones bajas agitadas de ambos eran lo único que podía escucharse. Taehyung se aferraba con fuerza empujando la nuca de su marido con una mano mientras que con la otra acariciaba devotamente la piel desnuda de su torso. Sus caderas chocaban y se movían sobre las de su alfa creando una fricción deliciosa que los tenía duros a ambos y algo mojado a él; su celo se había visto afectado después del parto que tuvo pero cuando se recuperó difícilmente podían separarse y en los últimos días, Jungkook y él buscaban cualquier momento a solas para tener un encuentro, el baño de su habitación era su lugar favorito.

Taehyung reprimió un gemido agudo cuando sintió a las manos de su esposo colarse bajo su bata de dormir, le separó las piernas con su rodilla y tomó una para levantarla mientras que su otra mano se aprovechaba de la humedad provocada y presionaba cerca de su entrada. El omega tuvo que sostenerse con fuerza de Jungkook y morder su labio inferior cuando un par de dedos lo invadieron y comenzaron a simular embestidas haciéndolo sentir que fácilmente con eso podría terminar. Taehyung llevó sus labios al cuello de su esposo trazando un camino hasta su oído donde se detuvo gimiendo y susurrando todo lo que en realidad quería que le hiciera, aprovechando la situación sus manos se movían hábiles hasta el pantalón del pelinegro para poder tomar su miembro y ayudarlo con esa erección que ya parecía dolorosa. Sin embargo, tuvo que parar en el instante en que el llanto del pequeño Hyunjin se escuchó proveniente de la habitación y ese instinto de mamá no lo dejó pensar en otra cosa.

Taehyung abrió los ojos y empujó a Jungkook casi sin querer hacerlo, acomodó su bata y tuvo que tomar agua fría para ponerse en la cara y recuperar un poco el aliento. Hyunjin ya tenía cuatro meses de nacido y en ese tiempo el omega había descubierto muchas cosas sobre su pequeño, como que la manera en que lloraba no era normal. Su bebé sabía que no había estado sólo y resentía a su hermano.

-Lo siento, cariño, te lo compensaré.- dijo a Jungkook dándole un besito en la mejilla antes de salir hacia la habitación para atender a su cachorro.

El cerebro de alfa de Jungkook se tardó en procesar lo que había ocurrido, pero una sonrisa boba se dibujó en su rostro con ese besito. Lo que Taehyung no sabía era que lo que más le gustaba a Jungkook era esa faceta de mamá, cuando ponía a sus hijos como su prioridad aunque unos segundos antes estuviera rogando por él.

-Esperaré paciente. -dijo con inocencia mientras acomodaba su ropa y escondía su erección, siguiendo a su marido y saboreando su cuerpo desde atrás, si pudiese enterrar la cara en el trasero de Taehyung, él sería feliz ahí.

Al llegar a la habitación del bebé, Taehyung se apresuró a tomarlo en brazos y Jungkook abrazó a su esposo por detrás, rodeando su cintura con delicadeza y recargando la barbilla en el hombro de su omega. Jungkook olfateó su cuello y cerró los ojos. -¿Qué te hiciste, mi amor? -preguntó en un susurro. - Hueles delicioso, sabes delicioso. -dijo lamiendo su cuello a expensas de ganarse un regaño por comportarse de manera inapropiada enfrente de su cachorro.

-Jungkook...- regañó el omega reprimiendo una risita y encogiéndose ligeramente. -No digas eso enfrente del bebé, te está viendo.- señaló a su pequeño quién observaba a su padre con el ceño fruncido como si pudiera saber que quería quitarle la atención de su madre.

-¿Qué pasa, mi amor? -preguntó al cachorro. - Mamá es mío. -Su hijo se quejó y Jungkook soltó una risa alegre. -Te lo puedo prestar un par de horas, pero necesitaré que te duermas temprano. ¿De acuerdo? -preguntó a modo de juego y el alfa le dio un besito de esquimal a su bebé. El cachorro sonrió a su padre y Jungkook se sintió completamente enternecido.

Taehyung también sonrió al verlos. -Jungkook, tenemos que apurarnos ya, toda la aldea se ofreció a preparar el festín para celebrar tu cumpleaños y no podemos llegar tarde, sería grosero de nuestra parte. Además, ya quiero darte tu regalo.- comentó de manera sugerente dándole un besito en los labios. El cachorro volvió a quejarse. -¡Ay! Este bebé enojón, perdón, mi vida, ven vamos a darte de desayunar.- dijo el omega tomando asiento y descubriendo su pecho para alimentar a su bebé.

Luar [Omegaverse KookV]Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt