Torpe Accidente

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Capítulo 9: Torpe Accidente




Dos jóvenes ingresaron al restaurante con ganas de probar lo que el menú les ofrecía, sin embargo nunca vieron venir al mesero que los atendería.

- Buenas tardes ¿Les dejo la cartilla con...? - Al ver el cliente que se le presentaba en la mesa quedó algo sorprendido- ¿¡Valentín Acosta!?

- ¡¿Aarón Lucero!? ¡Wow, no sabía que trabajabas aquí!- Sin saber cómo reaccionar ante tal situación sólo se quedó observando al muchacho.

- Si, jeje... - Los nervios lo dominaban, pues nunca se cruzó con sus compañeros de aula.

- ¿Recuerdas a Julián? Egresó hace dos años con el mejor promedió.

- Si... Hola... - Aún nervioso.

- Wow, cambiaste un montón desde la última ves que te vi- La última vez que vio a Aarón era un poco más bajito de lo que era actualmente y su cuerpo cambió mucho más de lo que antes era.

- Si, solo es que... En mi casa hago ejercicio...

- Che, no sé, esto es raro, ya que... ¡¡Dios!!- Reía ante la situación que se presentaba.

- Si, jaja... Al final ¿Qué van a pedir?- Pregunto mientras sacaba de su uniforme la libreta con la que siempre toma los pedidos y la lapicera bordada.

- Dos capuccinos- Mencionó mientras leía la carta.

- ¿Algún acompañamiento?

- Por ahora no, pero cualquier cosa te avisamos ¿Okis?

- Ok...- Sin objetar nada más se retiró de aquélla mesa en dirección a la caja que daba a la cocina- ¡Dos capuchinos!- Al ser menor de edad no tenía acceso a lo que era la preparación de la comida.

Al entrar a la cocina se cruzó con su amigo quién lo encontró en una situación algo extraña.

- ¿Que te paso?- Extrañado al ver el repentino cambió de humor del menor, se preocupo un poco.

- Nada, es que son unos compañeros de la institución y digamos que tengo una relación distante con todos ellos.

- Te entiendo, yo también era así, es más siento que me veo en un espejo, solo que más joven - Ante eso logró sacarle una sonrisa al menor- Ve, tienes que trabajar.

- Esta bien- Salió por la puerta con una sonrisa notoria que indicaba que todo estaba bien, aunque por dentro se moría por los nervios ya que al tener a dos compañeros de su institución mirando como el trabajaba, lo tensaba cada vez más.

Mientras se dedicada a tomar órdenes y limpiar algunas mesas, recibió un llamado indicando que ambos cafés ya estaban listos en una charola.

Cuando fue a buscarla su pulso comenzó a temblar, ya que al tener que volver a cruzarse con sus compañeros eso lo tensaba aún más.

A paso lento se fue acercando hacía aquélla mesa en la que se encontraban ambos hermanos esperando.

Colocó el primer café para Julián, sin embargo cuando fue a colocar el segundo su pie tropezó con la mochila de Valentín, causando que el café cayera en todo el ropaje del adolescente.

- ¡Perdóname, perdóname, perdóname! ¡No fue mi intención!

- ¡Esta bien, tranquilo, ya paso!- Comenzó a reírse ante la reacción del menor, ya que este lo trataba de ayudar de cualquier manera.

- ¡Perdóname! Yo te ayudó, te seco con lo que tenga, ¡Pero perdón!- Su mente se nublo Por completó, lo único que pasaba por su mente era ayudarlo.

- ¡Esta bien! No te hagas drama, yo puedo limpiarme- Al ver como Aarón intentaba secarle el cuerpo con un pañuelo que llevaba con el en su uniforme le causaba cierta gracia.

Julián no sabía ni como reaccionar, sus ojos estaban helados al ver semejante escena, solo que por dentro lloraba de la risa.

- Eemm yo, yo te traigo otro de cortesía, te traeré otro café gratis.

- No, yo lo pagaré, nada gratis- Negaba por completo la oferta.

- No no no, te lo daré aunque no quieras.

- Yo te daré el dinero, pero no me lo regales.

- ¡Pero intentó ayudarte!

- ¡Pero solo quiero ser buena persona!

- Entonces lo aceptaras.

- Ya esta, no te hagas mas drama.

- Pero yo... - Fue callado al sentir en sus labios el dedo índice de Valentín impedir el paso de su habla.

- Esta todo bien con que quieras ayudarme, pero no te hagas drama, en mi casa puedo limpiarme- Le dedicó una tierna sonrisa para que Aarón se relajara ante tal torpeza.

- Al menos déjame ayudarte con esa mancha en el baño, ahí te puedo ayudar y te presto una remera que tengo en mi mochila, por favor... - Le suplico con la mirada de tal manera que el de cabello castañono pueda negar.

- Esta bien, me convenciste, pero vos no te lo tomes todo hasta que regrese - Señaló mientras se contenía las ganas de reír.

- No prometo nada- Mencionó a la ves que revolvía el café con la cuchara que ofrecían.

Valentín fue acompañado por Aarón hacía el baño, no sin antes buscar aquélla mochila en la que se encontraba aquélla remera.

Una vez entraron cerraron la puerta con la traba que indicaba Ocupado.

Continuará.

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