Día en Soledad: La Danza del Corazón

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Capítulo 40: Día en Soledad: La Danza del Corazón

El día de la conmemoración del fallecimiento de Belén había llegado y por el momento Aarón era el único frente al lugar donde reposaba su querida madre. Con aquella rosa negra en manos, tomó asiento a la par de la tumba donde ella descansaba en paz. Colocó la rosa sobre la tierra para luego realizar la señal de dios, rezando por el bienestar de su madre.

- En el nombre del padre, del hijo y del espíritu santo, amén... - Suspiró algo devastado, no podía evitar imaginar cómo sería su vida si ella continuara con vida, sin duda hubiera sido algo maravilloso el convivir junto a la persona que le dio la vida. Algunas cristalinas lágrimas cayeron desde sus mejillas a su vestimenta oscura, la cual era de aquellas tonalidades por respeto al resto de los difuntos.

Elevo su mirada al cielo intentando relajarse, sintiendo como los débiles rayos del sol chocar con su rostro. De la forma más ingeniosa posible, había logrado un trabajo excelente a la hora de camuflar aquel importante golpe recibido por el hombre que se hacía llamar su padre, pues con un poco de maquillaje logró disimular el morado golpe que se alojaba en su ojo. Dolía, dolía horrores y aproximadamente tendría que soportar aquel moretón unas dos semanas. Nada más se limitó a suspirar con pesadez y así comenzar a hablar sin consuelo.

- Mamá... No sabes cuanto te extraño, te necesito a mi lado, necesito tu amor, daría lo que fuera por oír tus latidos, dándome calma... Si en verdad supieras lo que fue mi vida en este año...- Una minúscula sonrisa se dibujó en él, una sonrisa de infortunio- En resumen, experimente mi primer amor, el cual no terminó tan bien que digamos... Descubrí que Gael, mi tan "querido" hermano, resultó odiarme con todo su ser haciendo de mi vida una miseria... Y papá, bueno... El quiere disculparse por sus malos tratos, pero no puede por el sentimiento de impotencia... O bueno, quería disculparse... Pero ahora no tengo dudas de que enserio me repudia... Me odia... Me odia por causa de Gael...- Por unos breves instantes se mantuvo en silencio- No sabes como anhelo ser un muchacho normal, feliz y... Feliz... Solamente busco ser feliz, pero no importa lo que haga... No lo soy... Deseo que un día, un milagro pisara mi vida, cambiándola para siempre...

Una lágrima cayó en dirección a la tumba.

- Ya no importa a quien le cuente todo esto... Me ignoran de todos modos...

Una brisa de viento recorrió el lugar, agitando tanto a los árboles como a las hojas.

- Ma... Me darías una señal... Una señal que me conduzca a una nueva vida... ¿Por favor...? Quiero desahogarme... Quiero que todos sepan lo que estoy viviendo a diario... Me burlan, me molestan... Por favor, ayúdame...

Dame una señal...

~~~

Luego de un largo día ahogando sus penas en la tumba en la que yacía su madre en su sueño eterno, Aarón necesitaba algo que liberara, distrajera y apartara su mente de la realidad, requería de una urgente distracción, pues no deseaba amargar su vida más de lo que se encontraba, ya que como se prometió a sí mismo, él cambiaría y en lo posible radicalmente.

En el momento en que regresara al colegio luego de su receso de dos semanas, el intentaría mostrarse como una persona diferente, en la que nada ni nadie le afectaría en lo absoluto, no debía de temer, no debía de dudar, solamente debía ser el mismo. Intentaría que todas las palabras hirientes de sus compañeros le valgan un huevo, expresado de la manera más banal. Ellos no eran nada para andar juzgando y criticando su propia vida.

Paso a paso el caminaba con una mochila en manos, con su mirada apagada admiraba el hermoso paisaje que la costa ofrecía, cada pisada se tornaba un tanto pesada a causa de la arena, pero luego se tornaría mucho más ligera de lo que en verdad era. Su vestimenta no era nada más ni nada menos que aquel equipo deportivo que lo caracterizaba, el cual estuvo presente en la gran cantidad de sus prácticas. Aquella mochila llevaba lo justo y necesario, una botella con agua, una toalla, vendajes y su celular.

Ese mismo día había recibido un curioso mensaje de Dante, quien luego de su despido había incrementado un preocupante sentimiento hacia el castaño, angustiado de todo lo que pudo haber pasado luego de tan triste suceso. Para mantener aún más confidencial todo lo que podían haber hablado mediante celular, optó por invitarlo ese mismo día a charlar luego de su práctica en la Bristol.

Deposito su mochila en la arena de la playa para luego retirar su abrigo, dejando a la vista su tonificada figura bien trabajada, colocó su abrigo sobre su mochila y retiró su celular. Entre todas sus aplicaciones, específicamente se dirigió a la cual contenía todos sus álbumes de música. Para iniciar con su típico precalentamiento, colocó una canción más que conocida, solamente que esa versión de la misma era algo lenta, "Remember my Name"

Tan solo inicio, suspiro relajadamente para mostrar una pequeña mueca de felicidad, ya que para su persona no existía nada mejor que una relajante práctica en la playa, especialmente en invierno, pues a causa del frío nadie se atrevía a ingresar a las mismas, cosa que relajaba el interior del castaño.

Finos movimientos corporales brotaban de su cuerpo, ligeras combinaciones con sus piernas y brazos, expresiones faciales acompañaban sus pasos mientras cerraba sus ojos conteniendo el dolor del calentamiento. Deslizó sus manos hacia la arena para luego tirar su espalda hacia atrás, manteniendo el equilibrio.

Sin ningún apuro inicio con sus saltos, seguido de varias medias lunas intentando que su espalda se flexionara mucho más de lo normal, debía de forzar su cuerpo en muy pocos minutos para que este terminara capacitado para su sin fin de figuras.

- ¡Remember my Name!- Tan solo inicio el segundo estribillo, abrió sus piernas en posición de Spagat, intercalando diversos Splits y realizar una vuelta de carro desde el piso con un solo impulso de su brazo.

Al quedar de pie, nuevamente realizó una vuelta de carro sin manos y caer en la compleja posición de sonja o hidroblaje. Observó el océano y repitió sus movimientos de espalda. Se dejó caer hacia atrás en puente para así cargar toda su fuerza en sus brazos e intercalar un Split en pleno pase.

- Baby Remember my Name...- Descendió en la pose de Split mientras cubría su rostro...

Aleatoriamente inició "Luna tu", de Alessandro Safina dándole paso a su más expresivo movimiento artístico, solamente que en ningún momento se percató de la presencia de un joven castaño observarlo desde una de las cercas.

- Luna tu, sabes el secreto de la eternidad y el misterio que hay detrás de la verdad. Guiarme que a ti mí corazón te oye, me siento perdido y no se... No se - Era inevitable cantar de vez en cuando, todo producto de estar tan inmerso en los sentimientos que transmitía la música, haciendo que su cuerpo y mente se conectarán de manera armoniosa, creando movimientos tan impresionantes e igual de elegantes.

Era sublime su contorsión, la flexibilidad con la que curvaba su espalda era todo menos dolorosa. Sus expresiones acompañaban el ritmo y su cuerpo se expandía sin limitaciones, incrementado la dificultad de sus saltos y posiciones, se dejaba fluir en una improvisada coreografía donde la arena volaba entre cada movimiento dotado de gracia y sentimiento.

- ¡Que hay amores que destruyen corazones!, como el fuego que todo lo puede abrasar. ¡Pero hay amores, dueños de nuestras pasiones! Que es la fuerza que al mundo siempre hará girar...- Entre giros y saltos continuó su práctica, sin embargo cuando terminó una de sus tantas coreos, el tan irreconocible sonido de unas manos aplaudiendo lentamente, lo desconcertaron por completo. Al voltear su mirada, no podía creer quien fue su espectador en todo ese momento.

Continuará.

Remember my Name ~ Amy Gerhartz

Luna tu ~ Alessandro Safina

La Meta de 27Where stories live. Discover now