Tras verse atentado por la muerte de su madre en un accidente automovilístico, no sólo perdió a uno de los seres más influyentes en su vida, a la vez intentó adaptarse al nuevo cambio de su hermano menor, quién al estar presente en ese accidente nun...
- Feliz cumpleaños a mi… Feliz cumpleaños a mi… Feliz cumpleaños chico triste y solitario… Feliz cumpleaños a mi…- Cerró sus ojos mientras una lágrima patinó por sus mejillas, pidió sus tres deseos y sopló aquel muffin de cumpleaños que llevaba una velita bien decorada.
Tan solo el reloj marcó las 00:00 de la noche, dando inicio a aquel día que todo el mundo normalmente espera, el día en el que festejamos un año más en nuestras vidas. En aquel solitario cuarto, Aarón intentaba mantener a duras penas una sonrisa intentando no caer en el pesimismo, ser optimista y que nada, ni nadie arruinaría el día en el que él debía de importar.
Sin apetito dejó su muffin en su mesita de luz para así recostarse en su propia cama y cuestionar las posibles variables de aquel día, ¿Qué podría ocurrir? ¿Cómo se mantendría contento sin evitar llorar? ¿Dónde lo pasaría o a quién podría contárselo? Solamente para mostrarse alguien feliz…
- Es tu día, solamente tú importas… ¿A quién le importo…? Solo soy una persona que estorba en la sociedad, ya que no debería estar llorando todo el tiempo… No debería amargar a todos… No debo mostrarme triste… Pero no puedo evitarlo…- Cerró sus ojos para así pensar con más claridad- Cumplo dieciocho, ya soy alguien mayor… Pronto tendré una vida y no debo arruinarla más de lo que está… ¡Ya lo sé! En lo posible el martes iré al cementerio y tendré una charla con mi madre… A pesar de que ella no esté, siempre me escuchara… Además, faltan nueve días para el fin de las vacaciones de invierno, las debo de disfrutar al máximo y en lo posible, cambiar… Debo cambiar… No debo ser tan predecible… Soy alguien inteligente, sabré que hacer…- Aun con sus ojos cerrados, logró captar como la puerta se abría lentamente dando el paso a la luz del pasillo.
Esa luz chocó con intensidad en sus ojos, aunque por nada del mundo los abriría. A paso lento aquella persona que abrió la puerta de su cuarto se acercó a la posición del adolescente, pues este creía que el castaño se encontraba dormido. Ladeo su cabeza en dirección a la mesita de noche, donde reposaba aquel muffin, solamente lo observo para después guardarlo en un lugar correcto.
- Feliz cumpleaños…- Aquella voz fue más que reconocible, era su padre…
Sintió unos brazos tomarlo por sorpresa, lo estaba abrazando… No era un abrazo simple o de compasión, aquel abrazo parecía ir en serio… Aquel abrazo fue el gesto más hermoso que pudo haber recibido en los inicios de su gran día, no le importaba el no recibir algún regalo, el mayor regalo que le podían haber dado era ese abrazo, en el cual se transmitía todo el cariño que necesitaba… Se sentía mucho más que especial…
Mantuvo su cuerpo inmóvil, solamente para hacerle creer al más grande que se hallaba más que dormido, cuando en realidad era todo lo contrario. Aquel tierno gesto perduró unos minutos más, aunque el momento perduraría en su memoria como un gran recuerdo. Sintió como su padre se separaba de su cuerpo, donde escuchó con gran claridad unas palabras que parecían ser más que sinceras.
- Ya cumples dieciocho y nunca me di cuenta el momento en el que creciste, puede ser que mí trato hacia ti no fue el más grato en estos tiempos, pero al menos agradece que nunca te eche de la casa. Eres uno de los mayores logros que he tenido en toda mi vida, te las apañaste para armar tu vida por tu cuenta, cosa que nunca me imaginé… Antes de que nacieras, tu madre y yo estábamos nerviosos, creíamos que no sabríamos ser unos buenos padres, pero nos equivocamos. Veo que has madurado, has crecido, y pronto te irás a formar tu vida. Pero, a pesar de todo lo que está ocurriendo, desearía perdonarte, disculparme por todo lo que te he hecho, sin embargo es algo imposible de hacer… Me da rabia, me da odio que no valores a tu hermano… Me gustaría quererte como quiero a Gael, pero hay algo que Gael nunca tendrá de mi y tu si… Mi orgullo y satisfacción, me siento orgulloso de ti Aaron. Eres lo que yo esperaba hijo…- Concluyó sus palabras para luego retirarse de aquel cuarto, sin antes tomar aquel muffin para luego guardarlo.
Contó internamente 60 segundos para así abrir sus ojos y descubrir que se encontraba nuevamente solo, por un momento imagino que todo lo ocurrido fue un sueño, o que Gael nuevamente volvió a drogarlo, sin embargo al ver que su muffin no se encontraba en su mesita, comprendió que todo lo ocurrido fue real.
- Se siente orgulloso de mi… Nunca me ha dicho palabras tan lindas… Me siento tan feliz… Este, este creo que será mi mejor cumpleaños… No pude haber pedido algo mejor… Por lo menos, le importo a mi padre… Y él desea perdonarme, pero no puede por la culpa del psicópata… Espero no cambie de opinión…- Lentamente cerró sus ojos para así caer dormido, no sin antes taparse con sus sábanas para no pasar frío, sin embargo esa vez una pequeña mueca de felicidad se plantó en su rostro, una sonrisa que ni el más profundo sueño fue capaz de borrar.
¿Nunca les ha pasado que un momento de su vida volvieron a ser niños por un instante? Ese abrazo me devolvió a mí época más inocente, donde nada más me preocupaba en abrazar a papá.
Donde aún era feliz y éramos solo tu y yo...
Continuará.
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