El Precio de la Rebeldía

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Capítulo 38: El Precio de la Rebeldía

Despedido.

Había sido despedido de la manera más injusta ante su aviso. El disturbio generado por causa de su padre había sido la excusa perfecta para que Gabriel lo corriera de su puesto como mesero, puesto al que le había tomado cierto cariño. Poco a poco todo parecía desmoronarse, desde su ruptura todo se había convertido en una pesadillesca odisea.

Una pesadilla encarnada en la misma realidad, donde no existía la más pequeña escapatoria.

- ¡¡Maldito desgraciado!!- La puerta fue azotada sin piedad, observando con una infernal furia a su primogénito- ¡¡Eres un maldito desagradecido Aarón!!- Observó como el mencionado camino en dirección a la cocina, ignorando sus descontrolados gritos de ira- ¡A mí no me das la espalda!- Lo tomó bruscamente por su hombro para así observar su neutral expresión.

- ¡¡Ya déjame en paz!!- Por mero instinto terminó por empujar la mano del adulto.

- ¿Que te deje en paz? Estás muy equivocado si pensas que mereces paz luego de haber montado un circo en el restaurante- Cada respiración era bien marcada, siendo su débil intento de canalización.

- ¿Que yo monte un circo? Tu apareciste y no dudaste en humillarme frente a todos. Me ridiculizaste frente a los comensales, mis compañeros y mí jefe. ¡Lograste que me despidan!- Sentía su corazón acelerado.

- Para empezar, ¿Con el permiso de quién comenzaste a trabajar? Recién hoy cumples 18 y eras menor de edad. Tu única obligación es estudiar Aarón, ¿¡Que es esa locura de andar trabajando tan pequeño!?

- ¿Ahora te interesa lo que hago?

- Yo soy tu padre y soy quien te da sustento. Yo soy quien trabaja para que no te falte nada, ni a ti ni a Gael- La tensión entre ambos era abrumadora, tan filosa que era capaz de cortar con la paciencia de ambos.

- Tal vez, pero más allá de eso, nunca te fijaste si necesitaba algo más que un pedazo de pan. Si tenía un gusto ocasional, yo me lo pagaba. Mis viajes y traslados salían de mí bolsillo, la comida en la escuela igual. Mis materiales de estudio y de trabajo, ¡Todo venía de mí! Incluso si debía asistir a emergencias, yo pagaba los médicos, ¡Tu solo te fijaste si Gael necesitaba algo!

- ¡¡Porque el si es agradecido con lo que tiene!! Y tú… ¡Tú le tienes envidia!- Sin control, golpeó su puño con histeria en la mesa- Gael merece mucho más que tú porque el si es buen hijo, no un descontrolado y rebelde que le hizo falta límites.

- ¡¡Gael es una mierda de persona!!- Grito desesperado la gran verdad que retenía dentro de él.

- ¡¡¡Cierra la boca Aarón. No te voy a permitir que hables así de tu hermano!!!

- ¡¡Defiendes a una porquería de persona!! Eso es ese maldito hijo de puta, ¡¡Es una basura!!- Aarón no se encontraba en sus cinco sentidos, la impotencia de todos los sucesos acontecidos últimamente desataban su más pues impotencia y desesperación.

- ¡Tu siempre hablaste mal de tu hermano!, ¡Siempre lo maltrataste y lo hiciste a menos por su condición! La verdadera basura de persona aquí eres tú. Encima que planeabas alejarlo de mí porque creías que yo soy mal padre y lo maltrataria igual que a ti. ¿Quien te piensas que sos pendejo de mierda?

En reiteradas ocasiones había tenido discusiones fuertes con su padre, pero ninguna tan peligrosa como lo era esa misma. Siempre se mostró temeroso a la autoridad que reflejaba Alessandro, guardando silencio y conteniendo todo el dolor y furia que este dejaba en su sangre. Sin embargo, el límite había sido rebalsado como gota de agua en un vaso, ya no era capaz de aguantar la impotencia que lo dominaba ante la más grande injusticia que había sufrido.

La Meta de 27Where stories live. Discover now