Sonrisa Perdida

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Capítulo 14: Sonrisa Perdida

Minutos y horas que pasaban hacían de ésa mañana la más dura, ya que otro día en la institución debía de arrancar. A pesar de que tan solo faltaban veinte minutos para que el molesto timbre de inicio a las clases, que sin duda alguna eran un gran suplicio para los alumnos.

En el trayecto, los hermanos Lucero caminaban sin demostrar ni una seña, el semblante del mayor era uno temeroso, dudoso e inseguro, todo a causa de lo que podría llegar a suceder ese día en la escuela. Mientras que el rostro del menor era uno completamente inexpresivo y neutro, las razones de su cara eran completamente desconocidas para el mayor despertando la curiosidad, sin embargo no quería interferir en los sentimientos del pequeño, nada más se limitaba a formular preguntas para sí mismo.

- ¿Que le pasara...?, ¿ Estará bien...?, ¿Le sucede algo...? - Con tal de no empeorar nada, aunque la situación estaba controlada, permitió que el silencio los dominará a ambos y una fuerza misteriosa evitará que formulara alguna seña.

Una vez llegaron hacía la institución sus caminos fueron divididos, pues el menor debía ingresar a su respectivo salón de segundo año mientras que el mayor debía ingresar al de quinto año.

Oculto bajo su oscura capucha ocultaba su figura, optaba por verse invisible a ser visible y que todos sus pares reconocieran sus defectos.

Sin detenerse en ningún sitio ingresó en su salón, donde se encontraban los típicos sectores sociales divididos. Al pasar entre ellos recibió ciertas miradas de despreció por parte de todos ellos, hiriéndolo por dentro. El sabía que nunca encajaría en ellos.

Tomó asiento en su típico banco ubicado en la última fila del salón que daba hacía la ventana que le ofrecía unas vistas maravillosas. Su mesa ofrecía un asiento para un alumno más, sin embargo nadie optó por ocuparlo.

Tan solo pocos minutos para el inició a la clase de historia y los alumnos comenzaban a ocupar sus respectivos lugares asignados por la mayor autoridad, entre todos los alumnos uno fue reconocido automáticamente por su propio ojo, tan solo era aquél joven de cabellos castaños con el nombre del amor.

Al percatarse de que este se acercaba hacía su posición, sintió su corazón palpitar más rápido de lo normal, sus manos apretaban su campera deportiva con más fuerza, su respiración se aceleraba, todo era una reacción fusionada con los nervios...

Continuará.

La Meta de 27Where stories live. Discover now