Chapter Eleven: The first missing

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En el trayecto a casa, no había tenido humor de charlar. Mi cabeza se encontraba con un sin fin de pensamientos que me privaban de sentirme yo misma. Era como si una horrible mortificación invadiera mis sentidos por lo que me obligaba a reír mientras que por dentro me moría de la angustia y mi atención se encontraba en otro lado. Matt caminaba a mi lado charlando sobre la nueva película que acababa de ver, ambos discutíamos los puntos que nos habían parecido algo flojos pero que al mismo tiempo contaba con aspectos buenos. Las palabras salían de mi boca pero sabía que no estaba tan consiente de lo que estaba hablando. Opinaba pero no lo hacía como debía.
De pronto sentí como me daba un leve empujón con su hombro. Lo miré y este elevó sus cejas como si me pidiera una explicación.
—¿Qué pasa? —le pregunté riendo por lo bajo.
—Eso mismo podría preguntarte yo a ti. ¿Qué te pasa? Has estado distraída. ¿Algo te molesta? —me preguntó.
—No, solo estaba agobiada por el ensayo —miento y frotó mis dedos sobre mi frente.
No me gusta mentirle pero tampoco quería confesarle que verlo pasar un buen rato con Maddie me había hecho sentir insegura cuando fui yo la que hizo posible para que él estuviera a su lado. No tenía derecho a sentirme así además de que era egoísta de mi parte no querer que hiciera más amigos si él lo deseaba. No quería ser ese tipo de persona, pero no quería perderlo al mismo tiempo.
Me frustraba sentirme así. ¡Maldita sea!
—Dime que necesitas y yo te ayudaré. Mañana puedo guiarte —me recuerda y caigo en cuenta que había quedado en ir a su casa.
—Si. Cierto. ¿A qué hora?
—¿Como a las 12:00?
Dibujo una débil sonrisa y asiento.
Cuando llegamos a la esquina de mi cuadra, ambos nos detenemos para despedirnos como lo llevamos haciendo estos últimos días que me ha acompañado. Siempre le digo que no tiene que quedarse esperando a que ingrese a casa, que se puede ir ya que no quisiera que se volviera tan tarde.
—Me da pendiente que regreses a estas horas de la noche y más si vives por el bosque. —le digo con algo de pena.
—Ya te dije que está bien. Te aseguro que nada malo me pasará —garantizó con tanta seguridad que me hizo sentir como si fuera una promesa.

Si tan solo hubiera una manera de hacerme saber que ha llegado bien, me sentiría un poco mejor, aunque su sonrisa confiada casi como si fuera de burla me expresaba como si él estuviera en control y decidiera su destino.
Vi como sus ojos se desviaron de los míos cuando en algún punto detrás de mi captó algo que provocó que su sonrisa se fuera borrando. Junté mis cejas y giré sobre mi talón buscando con la mirada lo que sus ojos azules veían con tanta atención. Era el carro de una patrulla con sus luces encendidas estacionada delante de mi casa. Abrí mi boca y una angustia invadió todo mi cuerpo. Volví de inmediato mi atención a Matt quien me miraba serio y algo preocupado. No hizo falta decir nada. Me di la vuelta y comencé a caminar a paso apresurado. No hice nada para detener a Matt quien caminaba detrás de mi. Se que debía de hacerlo pero no quería llegar a casa sola. No en este momento.

Cuando llegue vi a un oficial en el pórtico hablando con Jared afuera de la puerta. Los ojos oscuros de mi padrastro de inmediato pasaron del oficial a mi y después a Matt quien se encontraba a mi lado. Jared me señaló con la mirada y el oficial se dio la vuelta como si acabara de encontrar a la persona que buscaba. No entendí nada y tampoco pude abrir mi boca para cuestionar qué pasaba. Lo único que pude sentir fue como la mirada de Jared se oscurecía de enojo cuando hacía contacto visual conmigo, era como si me reprochara algo de lo que no tenía idea.

El oficial se alejó de Jared y comenzó a caminar hacia mi.

—Buenas noches, Theodora —me saludo cordial y en un tono suave.
—Buenas noches oficial Lane —respondí con la voz temblorosa— ¿Sucede algo...malo? —pregunté al fin.
Este esbozó una débil sonrisa como para tranquilizarme.
—¿Conoces a Garret Emerson? —me preguntó.
Junté mis cejas. No entendí. Aún así respondí con cierta acidez.
—Si.
—Está desaparecido —me informó y abrí mi boca no porque me importara sino por el hecho de que alguien hubiese desaparecido.
Apreté mis labios, crucé mis brazos y relajé mi cuerpo. Ese imbecil no me importaba en lo absoluto, toda la angustia que había sentido unos segundos atrás se había esfumado en el segundo que el nombre de ese puerco salió de la boca del oficial Lane.
—¿Ella que tiene que ver con eso, disculpe? —intervino Matt haciendo que la atención del oficial pasara de mí a él.
—Que me informan que ella fue la última persona que lo vio la noche del miércoles —responde y entonces mi atención vuelve al oficial.
¿La noche del miércoles? Veo de reojo a Jared quien me lanza una mirada severa. Fue aquella vez que...
—Lo siento pero, ¿qué quiere saber? —cuestioné en un tono de voz insegura.
—Solo es protocolo Theodora. Alguien dijo que los vio caminar juntos y necesito saber si sabes algo.
—¿Algo como qué? —intervino Matt.
El oficial Lane lo miró con curiosidad.
—¿Eres el chico que se acaba de mudar a la casona del bosque no? —le preguntó.
—Matthew Sturniolo —se presentó.
—¿Solo eres tú? —interrogó con curiosidad.
Matt se enderezó y colocó sus manos en los bolsillos viéndose algo imponente.
—Así es —su voz fue áspera.
—¿Cuantos años tienes? —entrecerró los ojos lanzándole una mirada de sospecha.
—Los suficientes como para vivir solo —respondió suave pero al mismo tiempo con cierta altanería.
Lane arqueó una ceja. Se notaba bastante interesado ahora en mi amigo que me dio la impresión que se había olvidado por completo de mi existencia y el motivo que lo había traído a mi puerta. Mire de reojo a Jared quien con el entrecejo fruncido no me quitaba los ojos de encima. Lo ignoré y tragué grueso.
No quería hacerle ver que me intimidaba.
—El es el chico de quien Garret me habló —intervino de repente Jared señalando a Matt.
Junté mis cejas, y los ojos del oficial Lane pasaron de él a mi y de nuevo a él con suspicacia.
—¿Conociste a Garret? —le preguntó el oficial a Matt.
—Así es. —respondió sin expresión alguna.
—Fue el martes. Matt me acompañaba a casa cuando... —hice una pausa rápida antes de proseguir— se detuvo en el coche a saludar.
Pude sentir la mirada de Matt sobre mi pero la ignoré pues no deseaba decir de más o tener que explicar con detalle la situación.
—¿Ustedes son amigos desde cuando? —cuestionó en un tono amable pero que escondía intriga— Si no estoy mal, tú acabas de mudarte y ambos parecen llevarse lo bastante bien como si fueran amigos de años.
No entendí a donde quería llegar.
—Tiene buenos gustos en películas. Eso fue lo que nos hizo llevarnos bien. Ella me las recomienda y luego las analizamos —respondió Matt con tanta serenidad y confianza que me hizo sentir como si solo lo dijera para satisfacer al oficial.
—Dices que la acompañabas a casa aquella noche. Hoy, a lo que veo de nuevo lo hacías. —preguntó implícitamente— ¿Por qué el miércoles no?
—Porque Maddie y Luca lo invitaron a pasar el rato con ellos —respondí al fin captando la atención del oficial
—Eso quiere decir que tú estuviste con ellos, ¿no es así? —volvió su vista a Matt reafirmando la historia.
—No en realidad. Me quedé unos minutos y después me fui a casa —respondió serio y esta vez soy yo quien lo mira pues yo imaginaba que había pasado el resto de la noche en compañía del grupo de Maddie.
—¿Por qué la acompañas a casa? Hoy en día no es común que los chicos como tú se preocupen por llevar hasta la puerta de su casa a una chica. Además, no es tu ruta —ladeo la cabeza.
Aunque su voz sonara con curiosidad, podía percibir que había una cierta desconfianza en la manera de sus expresiones fáciles. Su sonrisa de lado y sus cejas pobladas arqueándose en busca de alguna pista que le permitiera hilar los cabos sueltos como si desconfiara del castaño y sus intenciones.
Matt se mantiene en silencio por unos segundos. Temo a que pueda hablar de más y le cuente sobre mi altercado con Garret y la advertencia de Jared. Noto como sus ojos azules miran sobre el hombro del oficial directo hacia los ojos oscuros de Jared como si con eso le hiciera saber lo que sabe.
—Porque así me criaron —es lo único que responde Matt.
El oficial Lane eleva sus cejas con una ligera expresión de sarcasmo.
—Que chico tan...caballeroso. —expresó en un tono suave pero con cierta desconfianza— ¿Estas seguro de que este es el chico del que Garret habló? —se dirigió a Jared— No se ve como un idiota. Algo altanero pero no alguien que le grite a sus mayores. Incluso trae a tu hija a salvo.
Vi como Jared solo tensaba la mandíbula. El que hubiese quedado como un mentiroso para nada era de su agrado, mucho menos quedar en ridiculo frente a la autoridad por un chico de 17 años. Tal vez el oficial no se daba cuenta pero aquella broma me costaría una buena cachetada una vez que quedáramos solos.
—Vi a Garret aquella noche, intercambiamos palabras como por 3 minutos en la casa abandonada dos cuadras atrás, después yo continúe mi camino, llegue a casa y no supe más de él. —respondí al fin a su pregunta.
El oficial Lane volvió su completa atención a mi. Después esbozó una débil sonrisa fingida y asintió.
—Bueno, si eso fue. —dijo con pesar— Lamento haberlos molestado a esta hora pero debía venir. Como protocolo —me explicó a lo que asentí comprendiendo— Si llegan a saber algo más, lo que sea, no duden en hacérmelo saber.
—¿No se habrá ido a perder a quien sabe dónde? —pregunté casi en un murmullo aunque no lo suficiente bajo pues el oficial respondió.
—No sin su coche.
Junté mis cejas.
—¿Cree que alguien le hizo algo? —me atreví a preguntarle y no porque tuviera interés en su bienestar.
—Solo se que una persona ha desaparecido, Theodora —contestó y después miró a Matt— Es un pueblo tranquilo así que si alguien reporta una desaparición de quien sea, se toma en cuenta. No importa la persona —aclaró.

Pues espero y jamás vuelva. Pensé.

CHANGES [Matt & Chris Sturniolo] Where stories live. Discover now