Chapter Nineteen: History & Myth

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"Por supuesto que estoy bromeando"

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"Por supuesto que estoy bromeando".
Pensé que al escucharlo responder positivamente a mi pregunta yo me sentiría aliviada pero, lo único que sentí fue inquietud pues en mi interior presentía que su confesión era honesta. Pero solo reí con nerviosismo y Matt volvió a actuar como siempre, solo que esta vez un poco más animado.
Quería sentirme en la misma sintonía que él pero me sentía atrasada. Tal vez le daba muchas vueltas, pero me era difícil actuar con normalidad ante lo vivido. Tan solo en un día, todo había ocurrido y más confundida no podía sentirme.

Quise seguirle el ritmo pero se me dificultaba.

Ahora mi mente pensaba en muchas oraciones y situaciones que habían ocurrido; dentro del bosque, con Garret, Dacon, la llegada de Matt y cómo el oficial Lane desconfiaba de él. Algo estaba pasando pero ¿qué?

La noticia del brazo mutilado en el bosque no tardó en aparecer en el periódico, era de lo que todos en el pueblo hablaban. Yo no quise si quiera animarme a leer la nota pues no me interesaba indagar más y revivir aquella escena. Lo único que deseaba era olvidarlo y enterrarlo y suprimir aquel recuerdo como los anteriores.
En la escuela todos susurraban más de lo mismo, era novedad y algo macabro para las fechas que nos encontrábamos. De pronto Maria y Will llegaron a mi lado leyendo el periódico que sostenían en sus manos. Tragué grueso y cuando me di cuenta Matt venía detrás de ellos. Al mirarme me regaló una débil sonrisa y arqueó una ceja refiriéndose a todo el cuchicheo de nuestro alrededor. Me hizo un poco de gracia su expresión aunque no duró mucho cuando sentí intriga por nuestra "conversación" de ayer por la tarde. Ahora solo forzaba una sonrisa.
—¿Puedes creer que hayan encontrado un brazo? —me preguntó Maria.
Elevé mis cejas y abrí mis ojos con ironía. Tan solo negué.
—Dicen que una estudiante la encontró —agrego Will.
Tragué grueso y por primera vez me atreví a mirar aquel pedazo de papel que sostenían mis amigos.
Sentí como Matt llegaba hasta mi saludando a mis amigos.
—¿Ya te enteraste Matt? —le preguntó Maria.
—Es de lo que todo mundo habla —respondió y pude sentir como su mano se posaba en mi hombro en signo de apoyo.
Su contacto me estremeció y elevé la mirada sutilmente para ver su reacción. Tenía una sonrisa amable dibujada en sus labios como si me dijera que todo estaba bien. Me hizo sentir apoyada y que no estaba sola, y solo por un segundo olvidé lo que tanto me había quitado el sueño; mi inquietud.
—Mierda... —soltó Will en un tono de sorpresa.
A lo que me hizo posar mi atención a él.
—Creen que sea de Garret.
—¿El tipo que desapareció? —cuestionó Maria sorprendida.
Incluso yo abrí mis ojos y pude sentir como mi cuerpo se tensó, curiosamente la mano de Matt que solo hacía apenas y tocando mi hombro, se aferró a mi piel. Fue como si me cortaran el aliento y mi corazón comenzó a latir precipitadamente al recordar el sentimiento de miedo en aquel oscuro bosque y el horror al tocar aquella extremidad carcomida.
—Oh por dios —soltó Maria con desagrado.
Entonces mi pecho se sintió comprimido, como si me fuera difícil respirar. Todo a mi alrededor de pronto se sentía lento y como si el sonido externo se fundiera. No sé qué era o que sentía pero no me agradaba no tener control.
—¿Theo? ¿Estas bien? —escuché la voz de Maria como si fuera de lejos cuando la tenía a menos de un metro de mi.
Asentí y con una sonrisa forzada me di la media vuelta soltando tan solo la palabra "baño".
Mis pies no se dirigieron al baño sino al único lugar que se encontraría solo a esta hora del día: la biblioteca. Cuando ingrese me fui directo a los últimos estantes. En seguida me recargué y eché mi cabeza hacia atrás. No sabía cómo detenerlo pero mi respiración comenzó agitarse, casi a hiperventilar. Nunca me había sentido de esta manera, yo tan solo pensé que si...que si...
—Tranquila. Escúchame. Respira hondo —me indicó la voz de Matt.
Abrí mis ojos y él estaba parado frente a mi con sus manos frías sosteniendo mi rostro con delicadeza.
Mi pecho subía y bajaba. Estaba desesperada porque no podía hacer lo que me pedía. Era como ahogarme.
—Respira hondo. Todo está bien. Lo sé porque a mi me ha pasado. —me hizo saber— Solo necesitas una distracción. Algo que te haga pasar tu enfoque a otro lado.
—¿A otro lado? —dije agitada.
—Solo quiero que sepas que lo que voy hacer es porque quiero y no porque debo —me informó.
—¿...Qué? —junté mis cejas y en seguida con sus manos atrajo mi rostro al suyo acortando el poco espacio que nos separaba uno del otro. Sus labios se conectaron con los míos dejándome perpleja y con los ojos abiertos como platos.
De pronto su beso se sintió tan diferente que aquella vez en el bosque. No entendí qué era diferente, tan solo se sentía como si una electricidad recorriera mi espalda y aunque en efecto sus labios eran fríos, era como tocar un malvavisco tan dulce y cálido. Solo abrí un poco mis labios y cuando menos me di cuenta, mis manos se encontraban rodeadas en su cuello. Era un beso tan delicado que comenzó a escalar a uno con tanto lleno de necesidad que, de habernos encontrado en un lugar más privado nos habríamos tumbado y continuar con el beso. Sin embargo, debió de recordar que estábamos en la biblioteca y no en su casa pues fue él quien se apartó primero recargándose en el estante de en frente mientras echaba sus manos detrás de espalda con su mirada fija en mi.
Tragué grueso e inconscientemente toque suavemente mis labios solo para cerciorarme que aún se encontraban húmedos y que lo que acababa de pasar no había sido por mi imaginación. No sabía que decir. No quería arruinar este momento pero debía de decir algo.
—¿A si calmas a las personas siempre? —le pregunté sin miedo a mirarlo a los ojos.
Matt río suavemente.
—Solo aproveché la oportunidad contigo. —confeso con una media sonrisa.
—Tenía que sufrir un... —hice una pausa pues no tenía idea que me había ocurrido.
—Ataque de pánico —completó por mi.
—Un ataque de pánico para que volvieras a besarme.
Su sonrisa no desaparecido pero si hizo una ligera expresión de confusión con sus cejas. Parecía que lo había tomado por sorpresa. Bajó la cabeza y como si lo recordara comenzó a asentir.
—Claro. En el bosque. —tragó grueso y una vez más elevó la mirada.
—¿Entonces que significa Matt? —le pregunte.
—¿A que te refieres? —respondió con otra pregunta.
Tragué grueso.
—Dijiste que no podías tenerme como amante. ¿Sigues pensando lo mismo?
Matt bajo la mirada.
—Aún me debato ese asunto en mi cabeza. Y aún sostengo que no creo ser lo que necesites en tu vida.
—¿Aunque yo piense lo contrario? Al final es mi decisión Matt. Si decido o no estar contigo esa debería ser yo quien lo decida y no tu.
—¿Quieres estar conmigo...incluso aunque yo no sea lo que tú crees que sea? —me cuestionó de nuevo elevando la mirada.
—Matt, el que fuiste antes no me importa. Te quiero por lo que eres en este momento de mi vida. Ese chico que entró por primera vez al video-club. Me gustaste desde que te vi y más cuando venías a preguntar sobre películas y me escuchabas interesado por mis reseñas. Aquel que me acompañaba a casa y escuchó mis problemas sin juzgarme o mirarme diferente. Soy yo la que siente que no soy lo suficiente para alguien como tú, y pudiste haberme hecho sentir así pero la realidad es que fue todo lo contrario. Cada día que me menospreciaba tú llegabas y era como si todo lo que pensara lo desechara porque tú me hacías sentir digna y con valor. Es cierto que tienes tu pasado y tus secretos pero no quiero saber en un futuro que pude haber encontrado a alguien que siente lo que yo y no haber hecho nada. Quiero seguir siendo tu amiga pero también tu novia. No quiero conformarme en esta corta vida. Merezco mucho y eso tú me lo hiciste ver. Tu eres esa persona Matthew.
—Bueno, es tu decisión entonces —me dijo y dibujó una débil sonrisa. Mis ojos se iluminaron— ¿Quieres estar conmigo, aún cuando llegue el día y te enteres que no soy lo que tú creías que era?
—Oh, Matt... —sonreí y caminé hacia él para rodearlo en un abrazo.
Sus brazos no tardaron en corresponderme y abrazarme con fuerza.
—Deberíamos ir a clases —me susurró sobre mi oído.

Asentí y antes de alejarme le di un pequeño beso rápido sobre sus labios tomándolo desprevenido, aún así una sonrisa se dibujó en sus labios.
Cuando estábamos caminando directo a la puerta vimos que comenzaron a entrar nuestros compañeros de clases. De inmediato nos detuvimos y nos escondimos antes de ser vistos por alguno de ellos. Matt abrió los ojos e hizo una mueca mostrando sus dientes.
—Solo hay que llegar como si nada.
Matt se asomó por una abertura en el estante y después volvió su vista a mi.
—Parece que la clase será aquí —me informó— Sal tú primero y... —hizo una pausa para después mirar en los libros y sacar uno— Ve. De seguro avanzaremos nuestros ensayos.

Cuando nos incorporamos a la clase, Will de inmediato me preguntó si estaba bien, pero cuando vio a Matt llegar al minuto debió hilar todo pues solo esbozó una media sonrisa como si acabara de comprender la situación. Volvió a enfocar su atención al libro y me recomendó que fuera a conseguir uno que no fuera de psicología. Matt que se encontraba al lado de Will escuchó y soltó una risilla.
—Ahorita vuelvo —avisé y me levanté para devolver el libro y buscar en la sección de historia.
Cuando llegué a la sección, Maddie se encontraba ahí en busca de uno. Me sentí incómoda y ella al verme tan solo me sonrió con amabilidad para después enfocarse en su los lomos de los libros. Hice lo mismo e intenté concentrarme en busca de lo mío.
—Este es muy interesante pero no viene lo que necesito —me habló Maddie a lo que la tuve que mirar curiosa pues su ofrecimiento aunque era muy tentador no dejaba de ser extraño pues nunca se había atrevido a ofrecerme algo mucho menos algo que se refiriera a nuestras clases. Era extraño pero no proteste, tan solo tomé el libro con una débil sonrisa— Espero te sirva, Theo —se despidió y se llevó otro libro entre sus manos.
Miré el libro en mis manos y leí el título: Exploración e historia en mitos y leyendas de los pueblos europeos.
Se veía algo viejo y con la portada desgastada, aún así comencé a hojearlo. Lo curioso es que no tenía autor y era primer ejemplar.
Me lo llevé a la mesa donde rápidamente atrapó mi atención de los temas que abordaban los capítulos; como los mitos de las brujas en los diferentes pueblos, su propósito y el rol que jugaron a lo largo de los años. Al principio eran servidoras de la naturaleza, guías del pueblo que eran escuchadas en busca de ayuda y consejos. Eran respetadas para después ser señaladas como enviadas de la oscuridad y degradadas a ser temidas por sus dones y capacidades sobrenaturales. Vivieron ocultas como ratas de alcantarillas por temor a ser asesinadas pues en el siglo X en un pueblo europeo su rey que era conocido por saquear pequeñas villas y destruirlas para tener a las personas como esclavos, vivían un grupo de mujeres con ciertos dones que como castigo maldijeron al rey y su reino en un lugar lleno de muerte y terror; todas ellas se sacrificaron con su vida con tal de traer de la muerte criaturas de la noche con el cuerpo de los hombres pero arrebatándoles el alma como un castigo y recordatorio de la crueldad de sus acciones.
Estas criaturas caminaban en la luz del sol, pero para poder sobrevivir y mantenerse debían de cazar a su propia especie. Atraían a cualquiera que se cruzara por su camino en la mitad de la noche con su belleza solo para después mostrar su verdadera forma putrefacta y horripilante de lo que ahora eran. Ellos no saciaban su hambre absorbiendo solo su sangre sino que debían abrir el cuerpo para comer sus órganos. Esta criatura fue conocida como vampiro: un ser inmortal con cualidades de belleza para atraer a su víctima y después mostrar su verdadero ser en la completa oscuridad del bosque. No tienen un propósito en sí más que solo vagar condenados por la eternidad de su vida sobreviviendo con base de aniquilar y devorar los restos del cuerpo que entierran pues, estos vampiros suelen visitar los cementerios ya que comen la carne putrefacta de la víctima una vez que se descomponen, por eso mismo son también conocidos como carroñeros.
Detuve la lectura abruptamente y no sé por qué pero mis ojos viajaron hacia Matt que hacía concentrado en su lectura mientras hacía anotaciones en su cuaderno. Debió sentir mi mirada pues detuvo los movimientos de su mano y en seguida viajó discretamente su atención del libro hacia mi.
Entonces recordé:
"Me enfermé y morí de viruela pero reviví por obra el vampiro Razvan y porque uno de mis hermanos no me dejó morir".

CHANGES [Matt & Chris Sturniolo] Where stories live. Discover now