Chapter Thirty Six: Between Lavender and Rosemary

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Chris

Una vez la dejé descansando en la cama, no pude evitar no observarla y pensar qué es lo que había pasado. La manera en la que se aferró a mi cuerpo suplicando que la ayudara, que le quitara ese dolor... Si no hubiera sido porque Nick me ordena morderla, jamás lo hubiera hecho. Temí por unos momentos cuando succionaba su sangre que no me detendría, el líquido inundando mi boca embriagó por un segundo mis sentidos, pero al mismo tiempo, temía en que mi placer le ocasionara algún otro daño. Entonces todo se detuvo y con las pocas fuerzas que le quedaban intento agradecerme solo para después desmayarse en mis brazos.
La observé desde el marco de la puerta con sus ojos cerrados y su pecho subiendo y bajando lentamente. Tragué grueso y luego mi atención se desvío hacia un punto de la habitación de mi hermano reconsiderando si todo esto valía la pena. Se que ella estaba dispuesta a cooperar, ¿pero a que costó? No tenía una vida sencilla antes de Matt pero después de él ha sido cada vez peor. Es como si tuviera que pagar un precio muy alto con tal de estar a nuestro lado. ¿Lo valía? ¿Todo ese dolor debía de ser necesario?
Bajé la mirada y sentí una enorme incomodidad de tan solo pensarlo. Me comenzaba a cuestionar ¿que era lo correcto? ¿Habría otra manera? Debería de haber otra manera en la que no sufriera físicamente.
Cerré los ojos y solté un suspiro.
—Chris —me llamó mi hermano detrás de mi.
De inmediato giré sobre mi hombro y le pedí que bajara la voz. Este juntó sus cejas y rápido me alejé de la puerta para acercarme a él.
—Tienes que despertarla —me aconsejó en un tono determinante.
Abrí los ojos con alerta.
—¡Estas loco! —gruñí por lo bajo pues no deseaba que se despertara.
—Tiene que decirnos qué pasó. De seguro ha recordado algo de entre todos esos recuerdos —protestó.
—¿Lo dices en serio? —cuestioné con incredulidad— Si no te has dado cuenta, acaba de suicidarse su madre. No tiene dinero. No tiene hogar. Y a parte acaba de tener un ataque que de seguro fríe su cerebro. ¿Así o más claro?
Nick me observó con seriedad y una expresión de dureza.
—Tenemos que —replicó mi hermano y entonces hizo la osadía de ponerse a caminar hacia el cuarto.
No lo dudé ni un segundo y me interpuse en su camino.
Me recriminó con la mirada. Apretó su mandíbula y después giró sobre su talón yendo hacia afuera de la casa. Lo seguí porque sabía que debía de hacerlo. Afuera, este se quedó quieto mirando con resignación el cielo estrellado.
—Esto ya no está bien Nick.
—¿A caso me estás diciendo que ya no te interesa encontrar a Matt? —recriminó.
—¡No seas ridículo! ¡Claro que me interesa! ¡Tú lo sabes! —lo señalé con indignación.
—¡No! ¡De hecho ya no lo se! —me lanzó una expresión llena de severidad.
—¿Qué quieres decir Nicolas? —le cuestione en un tono duro que casi sonó como un gruñido.
—¿En serio quieres que te lo diga? —me respondió con otra pregunta sin inmutarse a mi reacción ofendida y de coraje— Te gusta —soltó al fin y sus palabras jamás me habían hecho sentir tanto daño y culpa como siete letras.
Abrí mis ojos y tensé la mandíbula.
—¡Estas mal! —exclamé dándome la vuelta.
—¿Lo estoy? ¡Por qué carajos no lo admites! Te he observado últimamente y te conozco. —continuó y sentí como me seguía—¡TU SABES QUE SE!
—¡NO SABES UNA MIERDA NICOLAS! ¡SIEMPRE CREES QUE LO SABES TODO Y NO ES ASÍ!
—¡Y TÚ NO SABES SER HONESTO! ¡NI SIQUIERA CONTIGO MISMO! ¡POR DIOS! La proteges sin darte cuenta. La escuchas. Disfrutas de su compañía...
Y sin soportarlo mas, levante mi mano llevando mi puño hacia su mejilla tirándolo al suelo impidiéndole continuar más. Nick se levantó de inmediato con una expresión de coraje y se abalanzó sobre mi tirándome a la tierra húmeda con gran impacto que si hubiésemos estado dentro de la casa habría hecho un hoyo en la madera del piso. Solté un gemido de dolor y en seguida abrí mis ojos para después tomarlo del cuello y con todo mi peso hice que nos diéramos la vuelta para ahora yo estar encima de él.
—¡DILO DE NUEVO! ¡DILO! ¡DI QUE TE EQUIVOCAS! —le exigí gritándole a su rostro como un completo lunático.
Entonces vi como una media sonrisa comenzó a dibujarse en los labios de mi hermano dejándome desconectado, para después soltarse a reír como un completo maniaco. Lentamente mi agarre se suavizó y aunque aún me encontraba encima de él, lo observé con inquietud pues no tenía idea que mierdas era tan gracioso.
—Estas jodido, Chris —dijo entre risas— No lo admites porque sabes que estas mal.
Tensé la mandíbula y aunque deseaba en ese instante romperle el cuello, simplemente solté de un tirón su playera levantándome de encima de él.
Sus palabras resonaron en mi cabeza una y otra vez como el sonido de campanadas siendo golpeadas una seguidas de otras; insoportable.
Tragué grueso y cerré mis manos en puños con tanta fuerza que pude sentir mis uñas encajándose en la palma de mi piel.
—Dijiste que me acercara —le reproche.
—No que te encariñaras —corrigió en un tono severo.
Eso fue peor pues no pude protestar ya que, aunque deseaba responderle de vuelta, nada salió de mi boca.
—Ella ya confía en ti, Chris. Te busca porque te ve como un espacio seguro. Tal vez no te has dado cuenta pero inconscientemente la usaste para tapar ese espacio que por mucho tiempo Matt había dejado. —dijo Nick en tono suave y más calmado— Respóndeme algo, si para poder encontrar a Matt signifique que ella perezca...¿Lo aceptarías?
Lo miré sobre mi hombro con horror en mis ojos e intenté responderle, pero entonces Nick cerró los ojos con una expresión de decepción.
—Si. —respondí al fin y pude sentir la amargura de esas dos letras en mi boca.
Nick me volvió a mirar, esta vez resignado y derrotado.
—Si esto hubiera sido el principio cuando llegamos, hubieses respondido sin dudarlo. —me hizo saber y me dio una suave palmada en mi hombro, no sin antes agregar—: Vi el miedo y la desesperación en tu mirada cuando la sostenías en tus brazos y el alivio cuando abrió sus ojos y te miró. Solo lo vi una vez y fue cuando Matt enfermó.
Ambos no dijimos nada, solo hacía eco nuestras respiraciones. Él me miraba y yo hacía lo posible por no conectar la mirada con el.
De pronto escuché el crujir de la madera y como un rayo golpeando un árbol, posé mi atención hacia la entrada de la casa donde la vi parada con una expresión de cansancio y apenas sosteniéndose.
—Theo, pero que... —intenté decir pero ella salió de la casa como si arrastrara los pies.
Fue entonces que me atreví a ir hacía con ella para ayudarla o regresarla hacia adentro. Sin embargo, ella me miró y negó con la cabeza haciéndome entender que la dejara pasar. Eso hice y solo observé cómo continuaba caminando hacia el jardín donde las lavandas crecían y de pronto calló de rodillas. Como una ráfaga de viento llegué hasta su lado pues pensé que había sido el agotamiento, cuando en realidad había sido a propósito. La observé con curiosidad pues de pronto comenzó a escarbar en algún punto entre la lavanda y el romero. Quería detenerla por lo que fuera a encontrar ahí ya que no deseaba que se diera cuenta del cementerio que teníamos bajo esas bellas y olorosas flores que escondían el olor, no obstante, me mantuve petrificado observando cómo se ensuciaba las manos escarbando como si supiera que buscar. Me alejé y compartí miradas con Nick quien estaba igual de confundido y curioso por su extraña actitud. No dijimos nada por varios segundos. No sabíamos que hacer en este punto en realidad.
—¿Crees que se le fundió el cerebro? —me susurró al oído a lo que le lance una mirada amenazante seguido de un golpe en el estómago por su comentario.
Nuestra pequeña riña fue ignorada pues ella seguía escarbando lo más rápido posible con un frenesí que comenzó a alertarme. Tragué grueso y justo cuando estaba por intervenir la escuché soltar una maldición para después soltar un quejido de dolor. Olí el olor a su sangre.
—Theo. —la llamé arrodillándome a su lado. Noté que sostenía una de sus manos conteniendo el dolor de lo que parecía ser un delgado corte en su sdedos— Calma, deja... —le pedí pero me interrumpí cuando me encontré con su rostro ya que, me desconcerté pues derramaba lágrimas de sus ojos con una expresión de desespero y dolor y no por aquella herida.
Entonces baje la mirada y vi tras aquel hueco algo brillante y alargado que aún cubría la mitad por la tierra. Junté mis cejas curioso y tragué grueso.
Era de plata y afilado. Fue cuando lo noté y todo tuvo sentido.
—Nick —apenas y pude soltar su nombre, que aunque fue más como un monosílabo, se que me escucho.
—¿Qué? —me preguntó y aunque quería responderle, no podía pues mis ojos analizaban aquel pedazo de plata como si me absorbiera en el tiempo.
El terror me invadió y de un salto me alejé arrastrando a Nick conmigo.
—¡Pero que carajos te sucede! —exclamó mi hermano con desesperación y colera.
Entonces Theo metió la mano y sacó una delgada y larga daga de entre la tierra.
Se levantó mirándola entre sus manos y luego nos miró con una expresión de ira reflejada en sus ojos verdes. Pude sentir a Nick tensarse en mi agarre y supe que lo había entendido.
Noté como sus manos sostenían con fuerza aquella arma de la que no tenía menor idea el poder que sostenía entre sus dedos. Entonces con todas las fuerzas que le quedaban lanzó la daga hacia algún rincón no tan lejos de ella como si con eso pudiera desaparecer su dolor.
Nick y yo nos confundimos y compartimos miradas sin comprender aquello. Poco a poco nos fuimos apartando uno del otro hasta alejarnos por completo y mientras el iba hacia la dirección de aquel artefacto, yo me acercaba a Theo con cautela, quien lucía vacía y derrotada. Temí acercarme pero no fue hasta que escuché sus sollozos que comprendí que solo se sentía indefensa.
¿Que había pasado?
—Theo —la llamé en un tono bajo.
—Esperaba que fuera un error —dijo aunque parecía que se lo decía a sí misma. Tenía la cabeza baja con sus brazos caídos.
—De que hablas —le pregunté aún con miedo en mi voz.
—Lo vi. Él me lo pidió. —respondió y no comprendí— Solo fue un segundo pero lo vi —agregó.
Vacile y en seguida toqué su hombro con delicadeza. No quería asustarla o perturbarla. En su estado no sabía que esperar.
Entonces sonó un estruendoso trueno que hizo eco en el bosque y seguido se soltó la lluvia mojándonos de una.
—Yo... Yo...
—Theo —la llamé.
—El estaba preocupado y apurado —me dijo con desesperación en su tono— Algo cambió en él cuando los vio. A esa pareja. —continuo y esta vez elevó su rostro.
—Theo, por favor escúchame. ¿Sabes lo que hace esa daga? —le cuestione sin esconder mi preocupación en mi voz.
Ella asintió y apretó sus labios cometiendo el temblor de ellos para después responder:
—Los puede matar.
Apreté mi mandíbula e hice lo posible por tragarme la preocupación de que ella supiera eso. Nick al encontrarla le exigiría cuentas y como se que mi hermano puede nublarse el juicio cuando se siente amenazado, haría lo que fuera por sacarle información a Theo. Como ella estaba ahorita no podría si quiera explicarle. Solo decía frases a medias y todo caería en una horrible confusión si no nos comunicábamos. Así que lo único que pude hacer fue llevármela de ahí lo más rápido y lejos posible.



🥀🖤🦇🩸🪦⚰️✨
Solo deseo que lo lean, por eso no pude continuar escribiendo más y aplazando la publicación. Es corta, lo se. Pero el siguiente capítulo si será largo porque abordaré varias situaciones. En este punto marca el inicio de la aceptación y negación de los sentimientos. Continuó lento con Chris y Theo porque deseo mostrarles algo orgánico, más por el primero pues se que jamás podría andar con la pareja de su hermano, incluso si siente algo.
Créanme que cuando les digo que soy la primera en poder plasmar ese momento porque cuando llegue, será complicado y doloroso.
Y de nuevo, muchas gracias por acompañarme en otro capítulo más. Les debo todo a ustedes, son maravillosas y les deseo lo mejor en sus vidas. Gracias por estar aquí 🖤✨🥹🫶🏻🥲

CHANGES [Matt & Chris Sturniolo] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora