Chapter Thirty Seven: Forever

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1632

Siempre habíamos sido nosotros tres desde pequeños. No solo por ser trillizos sino porque de alguna manera u otra, nos complementábamos. Nunca sentimos una distinción por parte de nuestros padres, sin embargo, con nuestro hermano mayor Justin quien era seis años mayor que nosotros, tenía el peso de ser la cabeza de la familia. Una responsabilidad que él no deseaba como tal pero que era necesaria. Justin siempre nos acompañó y estuvo para los tres de diferentes maneras, recuerdo que reía mucho y jugaba con nosotros...pero conforme los años llegaron, comenzó a distanciarse y cada vez lo veíamos menos. Entonces solo fuimos mis padres, Nicolas, Matthew y yo.

Tuvimos una transición difícil pues, el padre de mi padre era un marinero que estaba al servicio de la corona francesa, que junto con Giovanni de Verrazano exploraron la costa de Massachusetts en 1524. Después los ingleses intervinieron para el siglo XVII y mandaron a dos jóvenes en un viaje que tuvo como descubrimiento Provincetown en 1602 por Bartholomew Gosnold, mientras que el capitán John Smith continuó navegando a lo largo de la costa en 1614 otorgándole el nombre de Nueva Inglaterra a la región. Para este lapso de tiempo, mi madre tendría a Justin de unos 5 años y mi padre habría estado embarcado en los viajes junto con Gosnold a la edad de 19. En este lapso estaría casado con mi madre pero ante sus embarcaciones y largos viajes, habrían tenido a mi hermano mayor a la edad de 24 años, una edad que para la época era tardío y con prejuicios. Cinco años después se enteraría que estaba en cinta de lo que creía sería un segundo hijo. El problema fue que no deseaba dejarla de nuevo y embarcarse, por lo que tomaron la decisión de moverse a Provincetown, donde ella esperaría y criaría a mi hermano sola. Era una oportunidad arriesgada pero optaron por tomarla y ver qué deparaba el futuro.

Ambos eran forasteros en un nuevo territorio y fueron unas de las primeras familias que se asentarían en dicha tierra. Mi madre era determinada y junto a mi padre hicieron lo posible por construir lo que en un futuro sería nuestro hogar. No fue sencillo, hubo muchos momentos en los que batallaron pero, deseaban crecer. Por eso cuando llegamos al mundo en 1613 descubriría que no tendría a un varón sino a tres. Mi padre tendría 30 y mi madre 27, Justin 6 años. No era común ver a trillizos y más en un tierra casi virgen donde solo se encontraban menos de 20 familias en el área, por eso cada vez que nos topábamos a las personas sus miradas curiosas se posaban en nosotros como si fuéramos una especie rara. Era incómodo la verdad. Recuerdo  a Matthew jugar con su manos pegadas en su estómago ante la ansiedad que le provocaba tener la atención de los desconocidos, a mí no me molestaba pero lo que sí, era que hicieran sentir así a mi hermano, por eso siempre los miraba con el cejo fruncido. De los tres, Nicolas siempre fue el que no le importaba mostrarse como era, era más valiente y cumplía el rol de hermano mayor pese a haber nacido los tres al mismo tiempo.

Conforme fuimos creciendo nos dimos cuenta que mi madre era conocida y bien recibida por los pueblerinos. Ella ayudaba dando clases en su tiempo libre. Era una mujer gentil y de buen corazón. Estaba agradecido de haber nacido y ser su hijo. Ella era la mejor mujer que veían mis ojos, y cuando padre llegaba todo se volvía más brillante y lleno de paz. Estábamos en familia y lo único que podíamos hacer era disfrutar esos pequeños momentos que teníamos todos reuníos. Además de que nos llevaba a pescar pues debíamos de tener conocimiento para ayudar a nuestra madre a traer comida a la mesa. Nos decía que así como nosotros la teníamos a ella, ella nos tenía a nosotros y debíamos de aportar algo para que la carga fuera menos pesada. Nos hizo conscientes a una edad muy temprana en la que aún éramos vestidos por nuestra madre pero al mismo tiempo que sabíamos explorar y traer leña a la casa.
Cuando salíamos al bosque en busca de madera, Justin nos acompañaba y los tres competíamos por encontrar tanta madera como pudiéramos y cuando llegábamos cada uno contaba cuanto habíamos recogido y el ganador podría podría tener un pedazo extra de la famosa tarta de manzana de mamá. Cuando ganaba -lo cual ere muy seguido- solía compartir el pedazo con los dos. Justin nos miraba con una sonrisa. Cuando Nicolas ganaba, se acercaba a Justin y le ofrecía la mitad. Cuando Matthew ganaba, iba con mamá y se lo entregaba no sin antes haber agarrado la puntita.

CHANGES [Matt & Chris Sturniolo] Where stories live. Discover now