Chapter Seventeen: In the Wood

320 26 13
                                    

—Oye, ¿estas bien? —le pregunté.
Este me miró y esbozó una débil sonrisa.
—Si, solo algo cansado. Perdón por no haber venido.
Cuando miraba a Matt de reojo notaba que lucia distraído...más de lo usual. Ni él ni yo mencionamos lo de hace dos noches en el bosque. Aunque sabía que había pasado, sentía como si él pretendiera que era un nuevo día y nada de los días anteriores hubiese sucedido. Le di espacio y aunque al principio no sabía como mirarlo a los ojos, Matt estaba de lo más tranquilo hablando conmigo a lo que yo supuse que de seguro para él no había sido la gran cosa o solo no quería hacer las cosas incómodas. Cual fuese el caso yo estaba hecha un manojo de nervios y pena porque no sabía que decirle o cómo actuar, pero al ver su indiferencia al tema, mi entusiasmo bajo y tan solo acepté en no tocar el tema. Lo último que deseaba era verme desesperada y hostigarlo. Además de que últimamente se veía más pálido de lo usual. ¿Decaído, tal vez?
—¿Has comido? —le pregunté y este soltó un suspiro largo.
—No como debería —respondió con la mirada baja a mi walkman.
—¿No quieres irte a descansar? —le pregunté.
Él negó en silencio. Me regaló una débil sonrisa y después se levantó para acomodar las películas en los estantes, pensaba ir tras de él e insistir pero llegaron clientes a los que tuve que atender.
—Buenas tardes.
—Buenas tardes.
Se notaba que se estaba esforzando en aparentar estar bien, lo sabía porque yo hacía lo mismo. Quería ayudarle pero no sabía cómo. Ni siquiera sabía que le sucedía. Me sentía inútil y desplazada pues me hacía sentir que no me tenía la suficiente confianza como para venir a mi y expresar lo que fuese que le estuviera molestando. Tampoco me había dicho nada de la pista que le había hecho, no sabía nada y su indiferencia comenzaba a lastimarme y a confundirme.
Tal vez el darle algo de espacio era lo mejor.
—Puedes irte yendo, yo cerraré —le hice saber para después volver a la caja sin darle tiempo de protestar.
Atendí a los últimos clientes del día y una vez que se fueron aproveché para apagar el letrero neón de "ABIERTO" y cerrar la puerta con seguro.
Cuando me di la vuelta, Matt estaba detrás de mi.
—Te dije que te podías ir —le repetí y pase aún lado de él tratando de no sonar molesta aunque tal vez fue inútil ante mi indiferencia.
—Y yo no respondí —dijo siguiéndome detrás de mi— ¿Estas molesta?
—No, Matt. Solo ve a descansar —insistí mientras apagaba la computadora y acomodaba la silla para después tomar mis cosas.
—Me da la impresión que no me quieres cerca —comentó mirándome serio.
—¿Cómo dices? —lo encare lanzándole una expresión de sarcasmo— Más bien eres tú quien ha estado distante. He respetado tu espacio estos días porque lo último que quiero es hostigarte. Tú eres él que me da la impresión de no querer estar aquí —confesé y solté un suspiro.
—No es así. Es solo que... —se interrumpió como si estuviera por decir algo que no debería— Perdón.
—Esta bien, en serio. Es solo que...a veces no te entiendo. Trato de seguirte el ritmo pero siento como si te costara estar conmigo. No sé en donde estamos o que debería hacer. Se que te pasa algo y quisiera que pudieras decirme. Pero entiendo que te cuesta hacerlo por lo que no sé qué más hacer, dime Matt. ¿Qué debo hacer? ¿Qué te sucede?
Este mantuvo sus ojos mirando los míos. Estaba claro que lucia apenado y algo frustrado al querer y no poder expresarse. Soltó un suspiro y bajo la mirada. Estaba claro que las palabras se encontraban atoradas y el verlo así me hizo sentir culpable. Tragué grueso y lo único que hice fue acercarme y rodearlo en un abrazo haciéndole entender que estaba bien si no me decía. Tal vez yo pedía mucho y en algún momento, cuando él se sintiera seguro y las palabras fluyeran, me lo diría.
Pude sentir como sus brazos no tardaron en rodear mi cuerpo. Su cabeza descansó sobre el hueco de mi hombro escondiendo su rostro como si buscara consuelo. Tal vez tenía muchas cosas que le era difícil expresarse verbalmente, entonces recordé aquellas libretas en su repisa y comprendí que era alguien que expresaba sus emociones en papel y tinta.
Lo que fuese, yo debía respetarlo y hacerle ver que lo apoyaba fuese lo que estuviera arrastrando.
Demonios. No sé por qué mierda estaba llorando. Matt debió darse cuenta por mi cuerpo temblando al contenerme o por la humedad de mis lágrimas sobre su camisa pues, me apretó con más fuerzas como haciéndome saber que todo estaba bien.
Él no dijo nada y no hubo necesidad de. Simplemente permanecimos abrazados como si aquel contacto fuese lo suficiente como para trasmitir lo que en palabras no podíamos decir. Él me entendía y yo lo entendía.
El momento fue interrumpido por un estrepitoso ruido de golpes contra la puerta de cristal haciendo que ambos nos soltáramos y diéramos un paso hacia atrás al ver a Jared con una expresión de furia en su mirada.
—Carajo —musite.
Al elevar la vista hacia Matt vi como este tenía el cejo fruncido con una expresión de enterrarlo bajo tierra en ese preciso momento.
Pude sentir la mano de Matt aferrándose a mi muñeca evitando que me fuera de su lado. Lo miré de reojo y toqué su mano en signo de que se tranquilizara.
—Te veo mañana —le susurre.
—Theo —me lo pidió.
—No pasará nada —le hice saber tratando de convencerlo aunque lo hice más para mi que para él.
En mi interior no quería irme de su lado pero tampoco quería que Jared le hiciera algo a Matt solo por sus estupidos arranques o que Matt se metiera en problemas aunque deseaba que pudiera hacer algo para no tenerme que ir con el ebrio de mi padrastro.
Zafé mi muñeca con delicadeza con Matt observándome como si con eso pudiera evitar que me fuera de su lado, aún así, tan solo se quedó ahí de pie resignado mientras yo me iba por la parte trasera para encontrarme con Jared.
—Creí haberte dicho que no quería volverte a ver con ese niño —me regañó llegando hasta mi.
—Y yo nunca accedí a tu petición. ¿O si? —le dije pasando de largo aunque de inmediato me dio un tirón al tomarme de mi brazo con rudeza.
Solté un quejido ahogado.
—¡No me toques! —gruñi por lo bajo intentando zafarme.
—Eres igual que tú estupida madre. Son unas estupidas que no sirven más que para abrir sus piernas.
—Lo que yo haga es mi maldito problema, bastardo.
En cuanto mis palabras salieron de mi boca su mano se estampó en mi mejilla volteándome la cara y resonando como un eco en el ambiente. Lo siguiente qué pasó fue que escuché un golpe seco sobre el asfalto. De inmediato miré sobre mi hombro y vi a Matt.
—Por qué no te metes con alguien de tu tamaño, perra —le dijo este a Jared que hacía tirado en el piso.
Abrí mi boca con sorpresa.
—Matt —corrí hasta él y puse mis manos sobre su pecho intentado que retrocediera.
Cuando eleve la mirada para verlo noté que alrededor de su iris se marcaba un grueso círculo color negro enmarcando la profundidad del color azul en el centro y las venas rojas se intensificaban como si fueran inyectadas de sangre, solo por un segundo me pareció ver la mirada de un animal con hambre y ansias.
Lo miré con preocupación y con algo de miedo.
Sentí como alguien me daba un tirón de mi hombro alejándome de con Matt hasta caer en el asfalto, me habría golpeado la cabeza de no haber puesto mis manos para sostener el peso de mi cuerpo. Cuando me di cuenta vi a Jared y a Matt tirados en el suelo mientras este último lo tomaba del cuello con tanta rabia que por un segundo creí que estamparía su cabeza contra el concreto, Jared parecía aturdido y movía sus manos haciendo lo posible por que lo dejara. Estaba desesperado. Rápido me levanté como pude y antes de que pudiera llegar hasta ellos, Matt lo soltó y se levantó de encima de Jared sin siquiera mirarme.
—¡Hey! ¿Todo está bien? —escuché una voz a lo lejos.
Mire detrás de mí y vi al oficial Lane acercándose.
¡Maldición!
No pude evitarlo y salir corriendo detrás de Matt y dejar a Jared ahí tirado. Me importaba un carajo si estaba bien o no. Que se veía perturbado, si. ¿Qué me importaba? Claro que no.
Corrí a todo pulmón aunque lo hubiera perdido de vista. No había necesidad de saber hacia donde se había dirigido, tan solo seguí la ruta que estaba acostumbrada y para cuando pase el pueblo, las luces de los relámpagos iluminaron el oscuro camino del bosque seguido del sonido de los truenos en el cielo. Me detuve un segundo y miré arriba en donde vi relámpagos asomándose sobre las nubes grises que cubrían las estrellas y la luz de la luna. El viento sopló tan fuerte que comenzó a mover las ramas de los árboles y a levantar las hojas y la tierra del suelo.
Continúe corriendo y no pasó más que minutos cuando sentí las primeras gotas golpear mi rostro y segundos después cayó el diluvio mojándome por completo de inmediato.
¡Maldición!
Conocía muy bien la ruta pero debía de admitir que con la cortina de lluvia invadiendo mi panorama, me era difícil distinguir el camino correcto. Miré a varios lados diciéndome por dónde ir, había descendido el paso para no perderme en las profundidades. Aún así, hice lo posible por continuar y dejarme guiar por mi instinto.
—¡Matt! ¡MATT! —grité no sabia si gritar ayudaría a que me escuchara con los truenos y el sonido de la lluvia azotando. Pero quise intentar— ¡MATT! ¡MATTHEW!
Al detenerme y mirar con atención en donde me encontraba comprendí que no tenía idea hacia donde continuar. Entonces entre los sonidos de la lluvia y los truenos, escuché un gruñido, aquel gruñido ahogado de un animal. Giré sobre mi hombro en dirección hacia aquel ruido pero era inútil. Comencé a retroceder. De pronto el regresar no era una mala idea. Giré sobre mi talón con la intención de echarme a correr cuando mi pie tropezó con algo haciéndome perder el equilibrio y caer de espalda.
Al tratar de incorporarme a unos metros de mi vi una silueta que emergía de entre la oscuridad. Entrecerré mis ojos tratando de agudizar la vista y mirar más allá de la cortina de lluvia, cuando me fue posible lograrlo, mi respiración se cortó y los latidos de mi corazón comenzaron a palpitar estrepitosamente.
¿Qué demonios era eso? ¿Un animal? ¿Pero qué clase de animal sería eso?
Me arrastré hacia atrás alejándome con cautela sin despegar la vista de aquella criatura que hacía en cuatro y encorvado mirándome fijamente a mi dirección. De pronto vi como aquella figura se levantaba en dos y fue en ese momento que no me importó y como pude me levanté torpemente echándome a correr lejos de ahí solo para volver a tropezar y esta vez había un terrible olor a putrefacción.
Mis ojos se abrieron horrorizada y sin poder contenerlo, solté un grito ahogado al reconocer un brazo desmembrado, con el hueso salido y su piel carcomida como si hubiera sido desgarrada.
De pronto no sabía cómo pero me había puesto a correr como una completa desquiciada. Solo quería alejarme lo antes posible y salir de aquel bosque. En ningún momento miré hacia atrás. Continúe moviendo mis piernas como si no hubiera un mañana, fue tanta mi conmoción que cuando topé con alguien mí insisto fue empujar y zafarme.
—¡Theo! ¡Theo! Soy yo. Soy yo. Matt.
Al escuchar su voz pude prestar atención. Quería llorar pero lo único que hice fue abrazarlo con fuerza buscando un refugio.
—¡Matt! —dije entre sollozos y desesperación— Ayúdame, por favor.

CHANGES [Matt & Chris Sturniolo] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora