1-''EL DESTINO''

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CAPITULO-01

''HAY UNA ESTRECHA CUERDA, QUE SEPARA LA CASUALIDAD DEL DESTINO''

EL DESTINO

Todo comenzó una tarde de verano en el pequeño pueblo de Fidelfor, yo me encontraba sentada en la orilla de la playa, pensando tonterías y admirando el atardecer. Amaba contemplar cuándo el sol caía en el océano, dándole paso a la hermosa luna. Aquella cosa provocaba en mi una sensación de paz inigualable. Lo que nunca me imaginé fue que la vida me presentaría a la persona que sería mi más linda casualidad. 

...

"la vida te da sorpresas muy difíciles de explicar, y muchas a veces terminan siendo el mejor regalo que el destino te puede dar".

...

Anabelle Collins.

En medio de mi admiración, sentía cómo si alguien me estuviera admirando a mi.
¿Qué loco no? Pero así era, al dirigir mi mirada a un lado de la playa, me encontré con un hombre, muy guapo por cierto; que estaba sentado en una silla con un libro en manos, observándome fijamente. Cosa que no me incómodo hasta que el hombre comenzó a dirigirse hacía a mi. Pude sentir cómo mi corazón comenzaba a latir muy rápido, dejé mis pensamientos locos a un lado, y comencé a recoger la manta dónde estaba sentada para no ensuciar mi ropa de arena, para así poder salir huyendo de allí.  Pero entonces sentí un toque de los dedos de alguien en mi hombro, me di la vuelta nerviosa y ahí estaba él, sonriendo tímidamente.

__Hola. ¿Qué tal? __Preguntó aquel chico con una sonrisa muy encantadora.

__Eh...Hola, bien. __Respondí tartamudeante.

»Relájate mujer, es solo un chico lindo«

__Disculpa por haberte asustado, __se excuso algo nervioso. __Lo que pasa es que me sorprendió ver a una chica tan linda, estando triste viendo esa hermosa puesta de sol.

__No te preocupes y gracias,__ le respondí de forma seca pero sin sonar mal educada.

__No hay cuidado, __sonrió cortés. __ ¿Vienes muy seguido a ver las puesta de sol?

__Sí, mucho. La verdad venir aquí es mi lugar seguro, __conteste algo triste, pero mostrando una leve sonrisa. 

__Pienso lo mismo, la verdad eso y leer un buen libro es lo único que me da paz.


De repente un silencio nos invadió y sin darnos cuenta nos quedamos viendo al vacío, admirando la puesta de sol que ya estaba descendiendo a punto de tocar el océano.

No sé cómo, pero... De la nada nuestras miradas se encontraron y fue un momento tan mágico y especial. Algo que jamás había experimentado con nadie.

¿Cómo podía sentirme así con alguien que acababa de conocer?

__Oye, ¿quieres ir a tomar algo? __ Pregunto, sacándonos de aquel momento.

__Sí, claro. Vamos. __ Accedí casi de inmediato, para acto seguido comenzar a caminar por la playa buscando un lugar agradable.

.....

Nos sentamos en un quiosco que estaba no muy lejos de dónde nos encontrábamos hace un rato viendo el atardecer. Me platicó acerca del libro que estaba leyendo, y hablamos sobre fotografía y un par de cosas más sin mucha importancia. No podía creer lo bien que me sentía hablando con aquel desconocido, pero cómo todo en la vida tiene un final, y el mío era que si no llegaba antes de la cena mi madre me mataría, Así que muy cordialmente agradecí su invitación despidiéndome de él, y me dirigí a la salida del mini-restaurante.

__¡¡Oye, oye!!__ Grito el chico de la playa.

__¿Qué pasa?, ¿sucede algo?__ Le pregunté, poniéndome al frente de él.

__Disculpa por gritar, ___tomo una bocanada de aire y prosiguió. ___ Es que no se tu nombre.

__Ah claro. ___ Sonreí. ___ Me llamo Anabelle, Anabelle Collins __extendí mi mano para presentarme.

__Mucho gustó Anabelle. Mi nombre es Christopher Davis, __se presento, estrechando mi mano.

__El gusto es mío Christopher, pero ya me tengo que ir. Nos vemos luego.

__Esta bien, tranquila. ¿Te puedo dar un aventón si quieres? __Se ofreció pero yo prefería irme sola.

__No te preocupes, vivo a unas cuadras de aquí. Pero gracias por el ofrecimiento.

   Me acerque a él para despedirme con un beso en la mejilla, cosa que me puso algo nerviosa no se porque. Pero para mí sorpresa al reincorporarme el estaba hasta peor que yo de rojo.

__Mu-uy bien, nos vemos Anabelle. __Se despidió algo nervioso, mientras tartamudeaba y sus mejillas estaban del color de un tomate maduro.

Me di la vuelta despidiéndome a lo lejos con la mano y seguí mi camino para llegar a casa.

El corazón me latía muy fuerte,  yo estaba nerviosa y no dejaba de pensar en lo bien que la había pasado con aquel chico. Christopher, el chico de la playa.

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Bueno, bueno, hasta aquí el primer capítulo de está linda historia. Esperó les guste, y me apoyen para seguir escribiendo y poder terminar está historia con broche de oro.

¿Qué les pareció?👀

Nota: Recuerden votar y dejar su comentario o simplemente recomendar la historia, para ayudarme a poder crear más.

Los quiero, besitos 💋💋💋

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