28- "LLEGANDO DEL MÁS ALLÁ"

19 10 28
                                    

Anabelle Collins.

    Derrepente me levanto y solo veo una claridad. ¿Estaré muerta? Es lo único que pasa por mi cabeza en ese instante, pero luego entro en sí, y mirando con más detenimiento a mi alrededor, me doy cuenta de que estoy en un cuarto de hospital. Trato de levantarme, pero... Al moverme un dolor inmenso me descoloca del mundo. Cierro mis ojos con fuerza, tratando de controlar el dolor intenso de cabeza.

   Trato de pedir ayuda, pero derrepente siento unas inmensas ganas de vomitar, y antes de poder hacer cualquier cosa. Dejo que todo salga, empapando la cama, el piso y todo lo que esta a mi alrededor.

   Al momento siento que alguien sujeta mi cabello, pero no estoy segura de quién es. Hasta que subo la mirada, mientras limpio  la comisura de mis labios llena de vómito. Y mis ojos se encontraron con un par de iris azules que tanto había extrañado.

___¿Estás bien?,___pregunta con preocupación en su voz.

___Descartando el hecho de que estoy cubierta de vómito y en una cama de hospital, pues si. Estoy maravillosa.__Le respondo con ironía a lo que el me alza una ceja en desaprobación.

___Te desmayaste y te golpeaste con una piedra, por eso te traje rápidamente aquí.

  Iba a responderle pero, a mi mente llegó el motivo de mi desmayo así que mis nervios se alteraron de inmediato.

___¿Y mi papá?,___pregunto alterada.___¿Dónde está? Necesito verlo.

___Llamare a la doctora primero, no te pararas de allí sin antes saber que estás bien.

___Pero...,___iba a refutar, pero sus ojos me callaron de un soplido.

     Por la indignación, no me quedo otra opción que cruzarme de brazos con un puchero de molestia en mi rostro.

   Pasaron unos minutos que se yo cuántos en realidad, y al ver que ni Chris ni un fantasma parecían. Decidí levantarme de la cama y salir de aquí.

  Cómo pude me sujete de la baranda de la camilla, y me esterilice. Tomé con fuerza el colchón y me puse de pie, pero derrepente el dolor de cabeza me cegó por completo, cerré los ojos mientras maldecía entre dientes hasta que sentía que mis piernas fallaban poco a poco, y antes de poder reaccionar mis piernas quedaron como fideos y caí al suelo dándome un golpe muy fuerte en la cadera.


Comencé a soltar quejidos muy agudos y al instante Chris llegó con una doctora, al verme tendida en el piso, retorciendome de dolor, ambos salieron corriendo y me ayudaron a levantarme con cuidado, depositándome así, de nuevo en la camilla.

__¿Qué fue lo que pasó aquí?,__preguntó la doctora mirándome con preocupación.

__Trate de levantarme, pero... El dolor de cabeza fue insoportable y cuando trate de dar un paso mis piernas fallaron.__Me explique, aunque opmiti el porqué quería irme de la habitación.

__No debiste intentar levantarte,__acotó Chris viéndome con desaprobación.

__Muy bien, vamos a revisar que todo esté en orden,__intervino la doctora,__¿dijiste que te dolía la cabeza al levantarte?

__Sí, y mis piernas estaban muy débiles.

    Ella me miró con mucha atención, mientras examinaba el golpe en mi cadera y me media la tensión arterial.

   Pero ni el dolor ni las miradas de molestia de Christopher, me hacían olvidar a mi padre.
     
»¿Dónde estará? ¿Estará bien?«

For you, for me. Where stories live. Discover now