X: Dads

265 32 0
                                    

La primera vez que Katsuki y Eijiro, recién casados fueron a un orfanato para cumplir su sueño de ser padres, se enamoraron a primera vista de una niña más hermosa que alguna vez hayan visto, de apenas dos años, llamada Hanae. No pudieron evitar no sentir una ternura inmediata por ella, incluso Katsuki no pudo suprimir la suave sonrisa que floreció en sus labios en cuánto la vio. Definitivamente, quería que esa fuera su hija.

Ahora han pasado cuatro años, y ambos saben que adoptar a la pequeña fue la mejor decisión que pudieron tomar. Decir que la quieren sería poco, la adoran y aman con todo su corazón sin importar qué, y siempre estarán ahí para apoyarla en todo, ella es lo más importante en sus vidas. Hanae ahora es una niña de seis años, alegre y juguetona. Y aunque sea poco probable ya que no son sus padres biológicos, Katsuki siempre asegura que su hija tiene exactamente la misma sonrisa que su esposo.

Y ahora, su pequeña hija tendrá que comenzar la escuela primaria de una vez por todas.

◕◕◕◕◕◕◕◕◕◕◕

Mira la escena desde el sofá con ternura, Eijiro le hace unas pequeñas coletitas a Hanae, quién desayuna alegremente, ilusionada por su primer día de clases. Ojalá pudiera decir que él estaba igual de ilusionado que su hija por comenzar la escuela.

—¡Papi!—Exclama la pequeña emocionada.—¿Crees que haré muchos amiguitos?

—¡Claro que sí!—Responde Eijiro con la misma ilusión y energía, definitivamente, son iguales.—¡Todos van a querer ser tus amigos y jugarán contigo!

—¡Bien!

—Pero recuerda que sólo puedes jugar en el recreo.—Añade Katsuki.—Mientras estés en clase, tienes que prestarle atención a la maestra y no jugar.

—Sí, papá.

Una vez Kirishima termina de hacerle el peinado a Hanae, esta salta de la silla en la que estaba sentada, con una sonrisa de oreja a oreja y prácticamente saltando de alegría.
La familia al completo camina hacia la escuela, mientras la pequeña salta por las calles y parlotea emocionada sobre como ese día va a hacer muchísimos amigos nuevos. Eijiro también sonríe dulcemente, y contesta con la misma ilusión y energía que su hija, mientras Katsuki todo lo que puede hacer es sonreír y tomar la mano de ambos, y de vez en cuándo hacer alguna aportación en la conversación entre su hija y su esposo.

Una vez llegan a la escuela, ambos llenan el rostro de la pequeña Hanae de besos, y esta pronto felizmente ingresa en la escuela.

◕◕◕◕◕◕◕◕◕◕◕

En cuánto llegan a la casa, Eijiro se abraza a su cuello con cariño.

—¿Qué ocurre, Ei?

—¡Nuestra bebé ya va a la primaria, ha crecido demasiado!

—Eres un dramático.

—¡No lo soy! ¡Pero Hanae ha crecido demasiado rápido!—Exclama, rompiendo el abrazo.—¡No es justo!

—Si ya estás así porque acaba de empezar la primaria, no quiero ni imaginar cómo estarás cuándo se vaya a la universidad o se independice.

—¡No me digas eso!

—En algún momento pasará, cariño.

—Es que... me gustaría que se quedara así por siempre, ¿sabes? alegre, pequeñita y juguetona...

—¿Cuándo te volviste así, Ei? siempre pensé que tú serías el más ilusionado al ver a nuestra hija crecer.

—¡Y estoy muy ilusionado! ya quiero ver en la clase de mujer en la que se va a convertir, dónde va a vivir, en qué va a trabajar, con quién se casará, si tendremos nietos, ¡no puedo esperar para ver la vida que tendrá!

—¿Entonces que es lo que pasa?

—Es que me da miedo.

—¿El que te da miedo Ei?

—Me da algo de miedo que nuestra relación con ella cambie cuándo crezca, que ella cambie y no sea capaz de entenderla, y termine siendo un mal padre.

—Eijiro Kirishima-Bakugou y mal padre no van de la mano, juntos no tienen sentido, así que deja de decir tonterías. Siempre serás el mejor padre, y Hanae siempre sabrá lo mucho que la amas.

—¿Estás seguro?

—Segurísimo. Eres el mejor padre, el mejor marido y la mejor persona que he conocido nunca.

—Ay, Katsuki, me sonrojas.

—Te amo.

Nunca se lo dirá en voz alta, pero considera que la primera mejor decisión de su vida fue adoptar a Hanae, y la segunda definitivamente fue pedirle matrimonio a Eijiro. Lo adora tanto como adora a su hija, y siente que jamás podrá dejar de quererlo.

—Yo también te amo.

—Adoro la familia que hemos construido juntos. Jamás imaginé que ser padre sería tan bueno.

—Podríamos adoptar a un niño, y darle un hermanito a Hanae.

—¿Quieres otro hijo?

—¿Por qué no? cómo has dicho, somos los mejores padres, y Hanae lleva años queriendo un hermanito, lo escribe cada año en su carta de deseos a Santa Claus.

—¿En serio?—Suelta una suave risa.

—Totalmente. Si tan sólo te fijaras en su cara de decepción cuando abre los regalos y no ve a un nuevo bebé.

—Entonces de acuerdo, adoptemos a un nuevo bebé.


Krbk month 2023 [Bakushima]Where stories live. Discover now