XXIV: Wedding

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Aún recuerda cómo conoció a Katsuki, hacía ya muchísimo tiempo, ni siquiera recordaba cuántos años habían pasado desde ese momento. Al principio, lo encontró de lo más grosero por la forma en la que siempre estaba insultando a todos y maldiciendo, pero tenía que admitirlo, era el chico más varonil que hubiera visto jamás, y cuándo tuvo la oportunidad de hablar con él, no le cupo duda de que era un gran chico, racional aunque muchas personas pensaran lo contrario.

Logró ganarse su amistad, ni siquiera el mismo sabía cómo, —a día de hoy, sigue sin saberlo.— pero lo hizo. Se convirtieron en mejores amigos pronto, y no iba a mentir, a Katsuki no le costó mucho trabajo enamorarlo. Con tan sólo un año de amistad, ya sentía su corazón latir demasiado rápido cuando él se acercaba, cómo los vellos en su nuca se erizaban cuándo lo tocaba, o cómo sus ojos parecían no querer dejar de mirarlo jamás, quizá por miedo a que, si apartaba la mirada, él se alejaría, muchos podrían llamarlo enamoradizo, pero él sabía muy bien lo que sentía.

No puede creer que ahora mismo, en menos de una hora, se vaya a casar con él. Parece un sueño demasiado perfecto como para ser una realidad. De tan sólo pensarlo, siente que vuelve a ser ese Eijiro enamorado de dieciséis años, —aunque realmente, nunca ha dejado de serlo.— sigue igual de enamorado de Katsuki, y no puede esperar para convertirse en su esposo, en darle todo y compartir por siempre su vida con él. Es tal cuál lo ha imaginado.

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La habitación es un maldito desastre, esa es la única palabra con la que puede describirlo. Un horrible desastre. Y eso no está ayudando para nada a calmar sus nervios, siente que le va a dar algo antes de poder poner un sólo pie en el altar. Y aunque él nunca suele estar nervioso, lo cierto es que esta situación lo supera.

¡Se va a casar con su Eijiro! cree que es motivo de más para estar nervioso, y más si aún no está enfundado en su traje y Deku y Todoroki han hecho un gran desastre en la habitación. Esta situación es demasiado para él.

—¡Dadme mi traje de una maldita vez, idiotas!

—¡Kacchan, no te alteres!

¿Cómo no va a alterarse? el simple hecho de pensar que cualquier cosa podría ir mal lo aterra, le da miedo pensar que cualquier cosa puede pasar, quizá Eijiro se arrepienta en el último momento, quizá pase algún desafortunado durante la ceremonia. ¿Que haría si resulta ser un mal marido? eso es lo que más le atormenta, Eijiro se merece al mejor esposo que pueda existir, ¿que pasa si no es él? ¿que pasará si no puede darle la vida que se merece? el hecho de hacer a Eijiro infeliz en algún punto por su culpa lo aterra. Y a la vez lo altera.

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Respira hondo, una, dos y hasta tres veces antes de entrar en el lugar de la boda. Todo parece tan surrealista y de ensueño que siente que podría echarse a llorar en ese mismo momento de pura felicidad, pero no lo hará, porque Katsuki Bakugou no llora en público. Ve tantas caras conocidas, todas sonrientes, que se siente abrumado y a la vez cálido, todas esas personas ahí, apoyándolo el día de su boda. Es genial.

No tarda más de un minuto en llegar al altar, mientras Eijiro también se encamina hacia él, con la gran sonrisa que imaginaba que tendría en su rostro. No puede evitar sonreír al ver a su prometido, enfundado en su traje de novio, listo para convertirse definitivamente en su esposo. Una vez quedan frente a frente, no puede evitar no decirle nada sobre lo hermoso que realmente se ve.

—Estás genial.—Susurra, con la intención de que ninguno invitado los escuche, cosa en la que falla, pues puede percibir varias risitas mal disimuladas a sus espaldas.

Dios, está muy nervioso.

—Tú también lo estás.

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A la salida, son recibidos por montones de felicitaciones, aplausos y decenas de voces vitoreando y gritando un alegre, "¡vivan los novios!" Ahora tiene a Eijiro agarrado de la mano, ahora sí, siendo su esposo. Tal y cómo siempre ha sonado. Agarra su mano fuertemente, cómo si quisiera evitar que Eijiro se escape, aunque para estas alturas, sabe que no lo hará.

Se gira a verlo, viendo su bonito perfil, con una sonrisa gigante, riendo suavemente ante la celebración de sus conocidos. Es tan lindo. Definitivamente, ama a este chico, ahora su esposo, quién lo diría.














Krbk month 2023 [Bakushima]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora